domingo, 30 de septiembre de 2018

HABLAMOS AL ATARDECER

PRIMER  VERANO  EN  CASTILLA ,  DURUELO

   Al fin ,  pues ya lo ves ,  todo resuelto .  En situación de tranquilidad ,  decidimos organizar el tiempo sin la obsesión del trabajo casi como única ocupación .  Había que alternar lo dulce con lo útil ,  para el buen equilibrio psicosomático .
   Las vacaciones veraniegas las pasaríamos lejos del trabajo,  dejando en Murcia todo lo que a él se refiriera .  Descanso para todos y recuperación para el curso siguiente .
   Aquí vienen los amigos .  De manera especial doña Tere y don Fidel ,  maestros ambos y ,  durante unos años ,  ella alcaldesa ,  de sonado recuerdo en cuanto se refiere a la entresaca y la matarrasa de los pinos ,  más adelante volveré sobre el asunto .
   Nos dejaron una casa suya ,  que ocupamos Javier y nosotros dos ,  pues que Lydia y Mari Carmen aún no habían nacido .
   Y allá que nos fuimos los tres ,  unicamente acompañados por un libro tuyo de matemáticas y una carpeta mía para la escritura no profesional ,  por si teníamos horas libre que no todo fuera holganza .
   Te recuerdo un día normal .  Desayuno amable .  Un poco después yo cogía el coche con el infantito y nos íbamos al pinar ,  unos tres millones de pinos a nuestra disposición ,  amén del Duero apenas nacido .  
   Solíamos aposentarnos en Las Peñitas , id´ílico paisaje con pequeñas casitas de madera ,  mesas rústicas para las comidas ,  un recodo cantarín del río y todo césped natural .  Yo extendía la manta de cuadros para que Javier se moviera jugando más o menos a gatas .
   Tú permanecías en casa organizando .  La compra en las diversas tiendas del pueblo ,  la limpieza del hogar y preparar la comida .  Sobre la una te veíamos venir con tu pamela quitasol .  Y así hasta la hora de comer .
   Tras el repas ,  tú reposabas un poco de siesta bien merecida ,  y yo solía ir a la Sociedad con algunos amigos de la niñez ,  partidas de billar ,  las noticias en televisión y mucha charla recordatoria y cara al futuro de aquellas tierras todavía por desarrollar .
   El resto de la tarde ,  algunas excursiones :  la capital ,  Castroviejo ,  Cabeza Alta ,  Silos ,  Santa Inés ,  Burgos...
   Allá a las nueve ,  cena con el niño dormido .
   A la sazón y desde muy pronto ,  inciamos una costumbre que duró todos los años de nuestras vacaciones allá :  Tere y Fidel dejaban a sus cinco hijos durmiendo y venían a casa .  Largas conversaciones de todo tipo ,  muy consonantadas pues que los cuatro pertenecíamos a la enseñanza ,  que por entonces también era educación .
   Y llegado que era el día 18 de julio ,  romería y procesión a los prados de Santa Marina ,  así como el  25 excursión de cuadrillas a Castroviejo .  Pero esto son dos historias que merecen nuevo comentario .  Quédese ,  Carmen ,  para días venideros .

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