miércoles, 29 de octubre de 2014

Emociones de la tarde

   La clase ha sido larga y fecunda, quizá un poco cansado de la garganta, tan utilizada durante medio siglo. Tarde de poesía, medios técnicos de medida, rima, libertad de verso, música en definitiva. Comenzamos con algo anodino: "Yo vi sobre un tomillo / quejarse un pajarillo". Comentarios elementales, incluída la posible cursilería del texto. Continué recitando: "Viendo su nido amado, / de quien era caudillo, / por un gañán robado". Se hizo el silencioexpectante y brotaron los comentarios jugosos. "Ni mármol duro y eterno, / ni música, ni pintura, / sino palabra en el tiempo". Machado, el tiempo la música, la pintura y, a la pòstre, unpoquito de mármol para que poesía exceda los caminos de lo inane, cotidiano y ramplón.
   Para despejar la cabeza, un pequeño paseo que termina en la iglesia de los franciscanos, adosada a la universidad. Aulas y claustro han sido importantes en mi vida. me siento para una breve visita, recordando viejos tiempos de hace muchoas años. Se reza el santo rosario con procediminto electrónico que no deja de sorprenderma. La melodía monótona me transporta.
   Viejas tardes aquellas. En la universidad discutíamos la consolación por la filosofía, que yo pretendía también para la literatura. Y en el convento, amigos y frailes juntos, discutíamos los problemas de la fé a la luz de las epístolas de San Pablo, con alto grado de racionalidad. Ahora ha terminado la letanía mariana y se alza la música desde el coro elevado. El Ave María. Primero la de Schubert, luego la de Gounod. Alta emoción. Primero un violín solista, luego una trompera sola. Al final, el órgano inquietante y sosegador al propio tiempo. Y allá en el fondo, como perdida en la timidez, el arpa que acompaña la felicidad del equilibrio.

El vulgo es necio

  Quizá sea oportuno recordar las palabras de Lope de Vega en tiempo actual, tan cercano al suyo en disensiones, enfados y luchas profesionales, agudos estiletes de  literatos contra literatos, desconfianza generalizada, social, política y económica, con amistad  fingida y afectos ausentes. Una especie de lucha por la vida mucho más selvática que barojiana. Y con la corrupción galopante al fondo, las arcas del Estado saqueadas y la perversión moral campando por sus respetos.
   En otro lugar he vertido recetas y opiniones, comprensivas y drásticas, para luchar contra tanto fraude y vilipendio de todos los valores que debieran ser permanentes e intocables. Dijo un ruso:"Para alguien que ha leído a Dickens le resulta más difícil disparar sobre su semejante". Según y conforme. Ahora me importa el vulgo y su responsabilidad. Los ladrones deben devolver lo robado y recibir el castigo legal pertinente, amés de pedir perdón y avergonzarse para los restos, sobre todo pensando en sus hijos. Está bien que denunciemos. Está bien que votemos siempre a los mismos "porque son los nuestros". Y ahí comienza la corrupción, consentida y aspirada, con una pregunta inquietante: ¿cuántos harían lo mismo si la ocasión se presentara, a tenor de lo dicho y hecho?
  La ironía feroz de Lope ahora se toma en serio, pues somos así de infradesarrollados y presuntuosos. Al vulgo le hablan en necio por ser justo y correspondiente. El vulgo lo acepta esperando que otros ( a veces el diable) le resuelvan los problemas. Y para ello, ni piensa, ni lee, ni estudia, ni trabaja. Que también lo dijo Shakespeare a través de Julio Cesar:"Casio mucho, es peligroso".

El vulgo es necio

martes, 21 de octubre de 2014

Ultima mínima reflexión vespertina

   Sin duda, la tarde cayendo está. Octubre bien avanzado, temperatura primaveral, cuando no veraniega. Extraña climatología, aunque cabe pensar que vivimos junto al Mediterráneo.
   Ayer escribí sobre mis posibles dolencias de otoño. Numerosas personas se han interesado por mi salud. ¿Cómo no agradecerlo? Ahí radica la pequeña idea: verdad, verosimilitud, imaginación. Una imagen extralógica para traducir el estado de ánimo que aporta el otoño y poder hablar de las otras estaciones. Lo dejó establecido Decroly: centro de atención llamativo para que los otros puedan sentir y expresar con mayor libertad y elevación lo suyo: emociones, ideas, fantasía liberadora, todo lo personal intransferible.
   Ha terminado la tarde. Se acaba la pequeña reflexión. Ha llegado la noche y su misterio.

   Flaubert afirmó:"Escribir es una manera de vivir". Para los que hemos pretendidoser buenos profesores, la escritura es fundamental. Escribes siempre, desde los exámenes hasta los pequeños textos de compromiso, pasando por libros, artículos, conferencias, etc.
   Un buen día te jubilas y continúas escribiendo mucho y hablando un poco menos, de manera que la escritura es al espíritu como la comida al cuerpo. Necesitas encontrarla, compartirla con los demás y, al cabo, deglutirla para el crecimiento, si fuere posible, en perfección. Desde que me recuerdo persona sobre la tierra, ni un día sin lectura creciente, ni un día sin escritura expresiva.
   Hasta que la realidad, contra la que también se escribe en ocasiones, redunda en la idea flaubertian. La escritura es un modo de vivir mejor, para tí y para todos aquellos que quieren compartir tan humano placer.

lunes, 20 de octubre de 2014

Estado de ánimo otoñal

 Hace unos días, en face book, escribí a propósito de Amiel y su estado de ánimo con respecto al paisaje y la vida. Hoy vuelvo a ello pensando en mí.
   El otoño no me deprime, antes al contrario, su temperatura y nubes y lluvia significa un estímulo múltiple que hace de mis ansiones un fuerte hontanar de alegría y equilibrio. Me gusta el otoño porque lo vivo bien, trabajo bien y me siento bien cara a los demás. No me preguntéis las razones pero es así. Lo mismo que no resisto el verano: el calor me degrada en todos los sentidos y la primavera la sobrellevo porque soy disciplinado desde niño. Primavera y verano las considero dos estaciones supérfluas que muy bien pudieran no existir, aunque comprendo que, por razones obvias y manidas, a multitud de gentes les entusiasma y el verano (vacaciones mediantes) supone una peculiar parafernalia de viajes delirantes, playas abarrotadas y ominosas para la salud, noches desenfrenadas, niños perplejos, adolescentes en crecida hormonal, jóvenes en desbandada, adultos un poco patéticos en busca de la eterena juventud y viejos abandonados y sorprendidos. Cuentas onerosas que se pagan con creces en el otoño, cuando se ha terminado el dinero, la tempeatura baja, el trabajo se agiganta y la mínima responsabilidad dice que hay que ser consecuentes.
   Por contra, nunca sentí la depresión postvacacional. Y considero el invierno como la gran estación a la medida y la exigencia humanas. Comprendo  a  los del norte y no me quejo de los del sur y su proclividad a la siesta relajante. Pero yo soy para el invierno y el invierno es para mí, pese a la edad provecta que ya visito. El frío, la necesidad de proteger el cuerpo, la claridad diáfa de las neuronas que se sienten removidas de su natural vagancia para el orden y la creatividad, el sol que calienta sin quemar, las noches estrelladas en tres dimensiones, los largos paseos musicales, la conversación amena, un buen cigarro puro en el salón frente al café humeante. Y un buen libro entre las manos.
   En todo caso y para tranquilidad de muchos, hoy no me siento espcialmente dispuesto para el bien común compartido. Me levanté cansado, la noche fué movida y salpicada de vómitos involuntarios e irrefrenables. Lo digo con el diapasón atemperado: padezco hernia de hiato desde hace cuarenta años. A nadie se la deseo aunque convivo con ella sin mayores sobresaltos y disgustos. Hoy me ha hecho notar su presencia y menos mal que ya pasó el verano. Me invade un mal humor gastroneuronal notable. Dieta suave, obligado reposo, no mucha compañía para eviitarles las posibles tarascadas de fuerte carácter, alguna tisana relajante y mucha música. La terapia me la conozco como si mi sombra fuera. Tres día de intraconfraternidad y pasará el episodio. Como la lluvia en sordina del sur.

sábado, 18 de octubre de 2014

Salutación del optimista
Hoy recuerdo el poema de Rubén Darío autoaplicándomelo. Soy nuevo en estas lides comunicativas. Por razón de edad, pensé que me quedaba en la máquina eléctrica, usoabusivo por mi parte. pero la enseñanza tiene muchas virtudes, entre otras el frescor de trabajar con gente joven que propicia el retraso de nuestra vejez. Y un grupo de ellos me han animada, me han incorporado a face book y me han diseñado este blog, sobre la base de una sugerencia mía: los quiero para escribir como lo hago en periódicos de papel, en clase, dando conferencias, si entrar en discusiones más o menos bizantinas que no podría seguir.
   Convencido que me han, aquí estoy con toda la inquietud estimulante para el trabajo. Debo decir que los medios de comunicación siempre me parecieron pieza clave para nuestro trabajo, pues que la universidad debe trabajar intramuros, pero también orearse y salir al exterior como base fundamental: las calles transitadas, las plazas recoletas, los jardines, los habitáculos ad hoc, toda una geografía espera las voces universitarias para su mejor desarrollo y solidaridad. Lo aprendido debe compartirse, no importa donde. Y, con mayor o menor fortuna, en ello vengo laborando desde que me considero persona sobre la tierra. De ahí mi optimismo personal y ajeno, que poco tiene que ver con la ingenuidad desorientada y pueril.
   Por el momento no deseo mayor cansancio para vosotros. Aquí me tenéis, dispuesto al diálogo y la discusión como siempre. Por palabras no ha de quedar. Confoemos también en las ideas y los sentimientos para que la trilogía sea completa.
  Abrazos matutinos y soleados, porque esta tierra mediterránea es así.

viernes, 17 de octubre de 2014

  La coartada suele ser perfecta para los corruptos y para quienes, buscando a la postre lo mismo, se revisten cuasi de pontifical y dictan sentencias como esta:"El éxito justifica cualquier degradación moral".
  En primer lugar ¿por qué el eufemismo "éxito" cuando se quere decir dinero y poder, por ese orden? Desde Adán, el dinero ha intentado justificar toda inmoralidad. Lo ha conseguido y lo sigue consiguiendo, que los inmorales son más y mejor preparados que los otros. Ejemplo: un camello callejero ingresa en la cárcel, mientras que un gran empresario de la droga recibe medallas y honores sociales.
   En segundo lugar, cállense los fariseos y arribistas con piel de nobleza y altruísmo. Hubo un tiempo  en que movías las ideas. Ese tiempose acabó. Hubo otro en que las palabras movían al mundo. También terminó eso tiempo. Llegó la nueva edad: los ejemplos movían a las gentes. Y en ello estamos. Pero si un personaje público ingresa 1o millones por su trabajo en este mundo, la sociedad que lo permite está corrompida por aprobar leyyes que  tales desmanes permiten. Pero si ese persoja dona 10.000 para los niños de Africa, su corrupción y la de los que aplauden no tiene límites. Fariseísmo a ultranza.
TEXTO PROPICIADO POR LA CONSIÓN DE UN PREMIO LITERARIO