jueves, 28 de mayo de 2015

Camilo J. Cela, Alumno honoris causa por la universidad



    Alterno mi página facebook con el blog. Cada vez le encuentro más sentido a esta mezcla complementaria. En la primera, explicación más breve. Y en el blog, con más detalles y puntualidad.

                          IMAGENES INICIALES DE CELA
           

                                Alumno ´ honoris causa ´

  
 Ahí lo tenéis,pletórico de presencia y orgulloso por el honor que se le concedía. En la última foto, solo él, ostenta la banda o beca, pintada ex profeso para la ocasión por el buen pintor y amigo  Parra, que también quiso contribuír al desagravio, entre otras muchas personas e instituciones.
   Y es que la historia no tiene desperdicio. Un buen día, la Cátedra de Literatura Hispanoamericana decidió proponerlo para el título de Doctor honoris causa. Había visitado en varias ocasiones la universidad, nos unía una buena amistad y ostentaba valores literarios sobrados. Creímos todos que sería cuestión de trámite sin más averiguaciones. El Departamento lo aprobó por unanimidad. La Facultad de Letras, igual. Pero llegó el Claustro variopinto y decidió lo contrario: le negaron el honor.
  Nadie daba crédito, pero así sucedió. Reuní al equipo para estudiar la situación. Se enfadaron muchísimo y los envié a casa para que calmaran los ánimos, al fín jóvenes la mayoría y con gran sentido de la realidad, la ética y otros valores ignorados por el Claustro Universitario.
   A los pocos días, la madre de un alumno se presentó en mi despacho. Sin estudios superiores, pero inteligente y templada, me dijo:"Propóngalo usted para algo parecido, a ver si es posible que suavicemos esta vergüenza. Estoy muy indignada".
   También me dijo haber leído en los periódicos la opinión de varios catedráticos. Uno afirmó que aquello sería "seguidismo" (sic) y el Claustro debía desmarcarse. Otro reveló su frustración atávica:"Ya tenía yo ganas de suspender a un Premio Nobel". Y un tercero elevó la crítica literaria:"Camilo J. Cela es un escritor de segundo orden".
    No quise contribuír a su enfado y le prometí considerar su propuesta. Así aconteció, pues volví a reunir al equipo y acordamos proponerlo como ALUMNO HONORIS CAUSA. Un paseo militar o camino de rosas. Todos a favor, con el claustro    enclaustrado por razones obvias. Solo dos ejemplos para ilustrar. El Ayuntamiento le dedicó una hermosa plaza ajardinada. Y la Asociación de amigos de la capa lo nombró socio de honor. Un clamor institucional y personal, que agradecimos grandemente. El propio Cela se lo tomó con gran sentido del humor.
     Cambiamos todo el protocolo. Las autoridades pertinentes, comenzando por el Rector, fueron sustituídas por la Junta directiva de los estudiantes, de modo que el día de autos ellos dirigieron todo el ceremonial, mientras los profesores, con el Rector al frente, permanecíamos en el patio de butacas del  Paraninfo.
       Y así, nuestro Premio Nobel de Literatura recibió el galardón de Alumno honoris causa, título único en el mundo. Hasta en eso fue original, peculiar y destacado.
         El ambiente que aquellos días vivimos es inenarrable. Quizá en otra ocasión algo contaré como satisfacción retrospectiva. Por el momento basta que observéis la foto del citado Paraninfo, a rebosar, mientras varios cientos de personas quedaban en el pequeño campus, bajo el milenario ficus y otros beneméritos árboles.



lunes, 25 de mayo de 2015

Ernesto Sábato, Doctor honoris causa. Investidura memorable


     Ahíto de votaciones, políticos mendicantes y fariseos, grandilocuencia vacía, palabras con escaso sentido, ramplonería cultural evidente y algunos esenios mezclados con saduceos que ignoran serlo, regreso a los recuerdos vivos con imágenes que grabaron a fuego nuestra memoria.
         Ahí lo tenéis, en plenitud de méritos bien recibidos y ganados. En pleno fragor, todavía, el impresionante y patético in forme "Never more", redactado junto al fiscal Strassera. Tremenda investigación y vivencias de un tiempo argentino (univeral) que jamás debiera volver, ni para ellos ni para el resto de la humanidad.
          En las dos primeras fotografías, el Rector de la Universidad lee, en latín, los textos pertinentes al caso. En la siguiente me veo investido de formidable honor: leer la Laudatio del doctorando, en tanto que padrino del protagonista.
           La última lo muestra en el pequeño campus, rodeado del equipo de trabajo entonces en acción, más la Agregada Cultural de la Embajada Argentina en Madrid y una Catedrática de Matemáticas, buena lectora y devota del escritor, que devino gran amiga del autor de "El túnel" y "Sobre héroes y tumbas".
              Esto sí es democracia de altos timbres y categoría elevada. Reviviscente catarsis de tiempos mejores, no pasados, capaces de poblar la memoria personal y colectiva para que la historia y su sabiduría permanezcan por el bien de la humanidad, en continuado proceso de hominización creadora.


sábado, 23 de mayo de 2015




   TAMBIEN  ACABO  DE  SUBIR  A  MI  PAGINA  FACEBOOK  ESTA FOTO.  ES  LA  PRIMERA  QUE CONSERVO  DE  LA  GRAN  ANA  MARIA  MATUTE.  EL  PROXIMO  DIA  3  DE  JUNIO  SE  CUMPLE  PRIMER  ANIVERSARIO.. CONTEMPLADLA  Y  ESE  DIA , ESA  MAÑANA  Y  SIEMPRE, VOLVEREMOS  A  CONVERSAR.  ANA  MARIA LO  SIGUE  SIENDO  TODO  PARA  NOSOTROS.

viernes, 22 de mayo de 2015

Escritores inmensos, libros brillantes, recuerdos memorables









        CUATRO  PORTADAS   DE   OTROS  TANTOS  LIBROS  IMPORTANTES       
   
   Ahí los tenéis, los tres guapos y atractivos, que lo cortés no quita lo valiente. Jóvenes todavía y ya decisivos escritores famosos de allende los mares, como gustaba decir Menéndez y Pelayo, aunque todos correspondientes a nuestro mundo hispano, no importa si nacidos en América o España, pues que su patria común es la lengua que nos une pese a todos los filisteos de siempre. Por otra parte, Unamuno insistía en que esa lengua materna (y vernácula, si así lo deseamos) constituye la auténtica sangre del espíritu. Miel sobre hojuelas, entonces, que decimos en mi otra tierra, un poco más fuerte y áspera que la del Mediterráneo envolvente.
   Comenzamos por Octavio Paz, el mejicano universal que un buen día decidió viajar a Murcia, vía universidad. Lo llamé, se puso al teléfono una mucamita y me indicó que el señor estaba comiendo, escuchaba ruído de fondo y la vaz del escritor que venía. Le dije que llamaba de Murcia, pequeña universidad, profesor relativamente joven y la invitación, modesta, para visitarnos. Conversación amabilísima. "¿Conoce al pintor Ramón Gaya, buen amigo de siempre?" "¿Y quien no, en esta tierra?. Recuerdo a los dos en el Congreso Antifascista de 1938 (Valencia) año de mi nacimiento". Todo sobre ruedas acontinuación.
   Vino para permanecer dos días y estuvo una semana. Nada cobró por su conferencia y recital y fué digno de verlo triscar por los valles y montes del entorno, sudoroso, para visitar el Monsterio de La Fuensanta. Comimos en un mesón del valle, manteles a cuadros y condumio de la tierra, seducido por las alcaparras y el morcón. Allí se gestó una buena amistad individual y colectiva.
   Dicho y escrito tengo que mi equipo funcionaba como reloj suizo, en aquellos día con mayor razón, pues todos y algunos más deseaban gozar de tan elevada compañía. Lo llevé a las aulas, clases normales, repletas de alumnos expectantes y devotos. Hubo dos conferencias más académicas. Y un recital impresionante al atardecer, en el Paraninfo. Cuatrocientas personas en el interior y otras tantas en en campus familiar.
   Este libro recoge aquella lectura comentada de poemas, tal como aconteció, con las leves correcciones de la palabra oral. Resultó emocionante. Y quisimos que permanecieran en letra impresa los comentarios que sus poemas le suscitaban.
   Continúa Mario Benedetti. Lo habíamos recibido varias veces y, en esta ocasión, nos ofreció la editio princeps de su conocido poema: el original completo, que no aparece igual en ninguna publicación posterior. Grandeza y generosidad de amigo. Intentamos corresponder, en cierta medida, con este libro-joya interior y exterior.. La diseñadora se volcó en la "fermosa cobertura", para que a tono estuviera con el poema y los seleccionados estudios que lo acompañan. Todavía recibo peticiones de algún bibliófiso gratamente sorprendido.
   Al cabo, Julio Cortázar. celebramos su aniversario con un homenaje a la altura de las circunstancias. Casi quinientas páginas de muy seleccionados estudios sobre su obra y alrededores. Basta mirar el índice para calibrar la calidad de los textos y sus autores.
   El cuarto es el habitual escudero que acompaña. No lleva fotografía en la portada y celebra el sexagésimo aniversario del destinatario.Casi ochenta felicitacines escritas, que abarcan desde estudiantes Erasmus hasta escritores premios Nobel. cada vez que lo veo, no puedo evitar la emoción agradecida. Un gesto único de gentes muy cercanas en mis afectos. Nunca lo agradeceré bastante.
   Ninguno de los cuatro libros es venal. Los vengo distribuyendo con cuentagotas a quienes, merecedores, han tenido el interés amable de solicitarlos. Algunos ejemplares, pocos, conservo. Y cada vez me cuesta más desprenderme de tan preciados volúmenes. La vida es así de compensadora. 

martes, 12 de mayo de 2015

Con Roa Bastos en la serenidad del Mar Menor

   El Mar Menor es una pequeña ´albufera´  abierta al Mar Mayor o Mediterráneo. A su alrededor, pequeños pueblos de antiguos pescadores, hoy convertidos en centros de turismo marítimo, playas recoletas, oleaje inperceptible, aguas templadas que invitan al baño reparador y placentero.
      La fotografía está tomada veinte años atrás, todos mucho más jóvenes. Acabo de incorporarla a facebook y me place reproducirla aquí, como extensión placentera y virtud derivada de los libros. Se respira el ambiente de calidez y reposo propios del momento. La noche anterior habíamos fallado el enésimo Premio de Narración Breve "Julio Cortázar", con Roa Bastos como Presidente Vitalicio. Dos jóvenes y entusiastas lectores devotos del escritor. La señora, profesora de matemáticas, lectora impenitente y gran amiga suya. Con el tiempo, Javier el joven, devino amigo íntimo del escritor, acompañante sempiterno y presentador elegido por el novelista para los eventos literarios públicos.
   Que no sólo de pan vive el hombre. Y esta importante realidad también es producto de los libros y una de sus virtudes preponderantes. La amistad también está en los libros, como tantas cosas buenas al ser humano reservadas.
   Quizá no sea necesario recordarlo, pero lo hago. Quienes ya lo conocéis, la rcomendación es que no estaría de más volver sobre sus libros. Quienes aún no lo habéis leído, disponéis de dos textos eminentes, "Hijo de hombre" y "Yo, el supremo". Cuando los tengáis en las manos, me agradeceréis la sugerencia.

lunes, 11 de mayo de 2015

"Zaguán del cielo", barrio cuzqueño trocado en poesía

   Cuando tropiezas con versos consentidos, con alquitaradas palabras que hablan de vida y apuntan a las estrellas sin señalarlas, que recogen los innumerables pecios de la vida alrededor y alcanzan a constituír y proyectar la misma esencia de esa vida, adviertes que la poesía te ha salido al encuentro "para cambiar, no inultilmente, el mundo". Y compruebas, una vez más, que Hölderlin tenía razón:"Pleno de méritos, pero es poeticamente como el hombre habita esta tierra".
   Esa es la historia y, en gran parte, la vida de Gontzal Díez, de cuyo libro "Zaguán del cielo" incorporé un pequeño comentario en facebook. Hoy elevo el ángulo azimutal para contemplar una más amplia relación. Para el libro, léanse el prólogo de Amalia Iglesias, que descifra claves y pretensiones. Breve y muy revelador.
   Lo cierto es que conocí a Gontzal hace muchos años y desde el primer momento se produjo corriente de auténtica simpatía. Yo andaba bastante azacaneado con escritores de aquende y allende,con el claro propósito de traerlos a la universidad como espejo que proyectara su imagen fuera de las aulas. Literatura viva. Ël era un gran periodista de cultura y xcelente escritor. Establecimos clara corriente de ósmosis: por una parte, realizaba magnificas entrevistas a los escritores, pefectamente preparadas, habiendo leído su obra con atención, de modo que su conjunto, pues fueron muchas, podría constituír un gran libro a manera de testimonio de lo mucho y bueno que por entonces se escribía; por otra, colaboraba en los congresos, encuentros y conferencias que organizábamos, siempre con textos formidables, tanto por el contenido cuanto por el continente: tecnicamente impecables, literariamente muy creativos, pues insisto en el buen escritor que era.
   Pasamos ratos interesantes y divertidos, porque además hacía gala de un estupendo sentido del humor, quizá no muy asequible al mundo mediterráneo que nos rodeaba. Un vasco, un castellano transplantados a tierras de levante, buena y no poco explosiva combinación.
   Me gustaba verlo en mi mesa de despacho, con su grabadora, pero también con libreta de gusanillo y hojas cuadriculadas, donde apuntaba lo esencial con bolígrafo bic, de los de siempre. El resultado en el periódico siempre aparecía riguroso y conmovedor. Como ejemplo, la entrevista que le hizo a Roa Bastos ,con fotografía bajo el gran ficus de nuestro pequeño Campus de La Merced.
   Fueron años estimulantes y prometedores, muchos años. Pero un mal día, todavía joven, el destino determinó su fín, se nos fué y nos dejó una extraña sensación de acabamiento y presencia misteriosa. Todavía hoy,casi todo vencido por la edad, las crisis y las carencias literarias, cuando sucede algo, no por espaciado menos interesante, digo a los colaboradores que lo llamen. Sin duda, el saludable y unamuniano efecto de la amistad, que permanece.                 
   Termino por hoy con una de sus citas preferidas:"El muro es un mudo vigía, un guardián gélido, que encierra en su callada verdad el dramatismo oscuro de un inmóvil combate".( Ciro Alegría, "El mundo es ancho y ajeno". Y otra más personal aún: "La palabra, pues, tiene que desmenuzar el mundo". J. M. Arguedas, "El zorro de arriba y el zorro de abajo". Para que el mundo quede, finalmente, bien hecho.

viernes, 8 de mayo de 2015

Con México en El Escorial


  
     Buenos tiempos, también, aquellos de los Cursos de Verano en El Escorial. Rebosaba el cuerno de la abundancia, de manera que la intelectualidad proveniente del mundo universitario y la inteligente generosidad de las instituciones financieras, propiciaron el florecimiento estival. Allí coincidíamos gentes de las artes y las ciencias con la mayor naturalidad y fluidez del mundo. El hotel Felipe II, renovado, aportaba el espíritu de la belle epoque junto a la modernas técnicas para  estancias donde, horacianamente, mezclábamos lo dulce con lo útil  a la mayor gloria del trabajo y la diversión. Los coloquios en la inmensa terraza sobre los pinos, abajo el Monasterio con su impresionante piedra sillar, se prolongaban hasta bien entrada la noche. Las anécdotas son infinitas; contaré algunas, sobre todo la del Premio Nobel de Química y sus expansiones eróticas un tanto quevedescas.
   Por mi parte, tuve la fortuna de dirigir un Curso literario durante diez años seguidos. Por ellos pasaron los más significativos escritores hispanoamericanos, españoles y algún extranjero. El verano en que coincidieron Saramago, Roa Bastos, Bryce Echenique, Ana María Matute y Fernando Arrabal resultó apoteósico.
  La foto de hoy aporta la presencia mexicana. Sentados en la rotonda, el protagonista es un buen escritor, narrador primordial pero también poeta festivo de vena hilarante. Se llama Ignacio Gómez-Palacio y lo invitamos porque, el año anterior, había ganado la primera edición del Premio de Novela "Vargas Llosa", promovido por la Cátedra de Literatura Hispanoamericana y financiado por la Fundación Cajamurcia, al amparo de la Universidad, con la novela "La arregladora y el panadero sabedor". Excelente libro de tersa escritura y humor cervantino, cuya lectura recomiendo. Hermosos tiempos.

       PARA QUE VEÁIS LA MISMA FOTO FIN DE CURSO EN COLOR , MEJOR IMAGEN

miércoles, 6 de mayo de 2015


                     FIN DE CURSO,  EQUIPO JUVENIL DE TRABAJO, TIEMPOS BUENOS

      No hace muchos años, pero la realidad venía fluyendo de tiempo atrás. La foto es modélica, excelente documento pedagógico y de sociología clara. Un profesor, dos alumnos y dieciocho alumnas, elocuente porcentaje que responde a planteamientos intra y extrauniversitarios.
     Lo repito a menudo. En un momento dado, decidí que la tarea universitaria debía transcender y prolongarse fuera de las aulas, para lo cual se necesitaban equipos de trabajo de profesores, alumnos y otras beneméritas personas que también podían colaborar. 
    A la primera llamada respondieron con equilibrio numérico. Pero al paso de los años, crecían las alumnas, correlato de lo que acontecía en clase: disminución de chicos y aumento de chicas. En este curso había ciento sesenta matriculados. Una conclusión provisional: ellas eran mejores alumnas que ellos a la hora del trabajo y los resultados de notas y curriculum individual y colectivo. Y así continúa, con las excepciones propias del caso.
   Sigo pensando en lo que sucedía cuando entonces. Muchas veces comenté con mi padre, maestro excelente, por qué las escuelas rurales estaban todos (o casi), atendidas por maestras. Razón moral al fondo, al perecer impuesta por un personaje religioso de gran influencia, el Arzobispo de Madrid y Patriarca de las Indias, monseñor Eijo y Garay, al que casi nadie recordará, doy en suponer. Así era por entonces la moral, horra de la más elemental ética, antediluviana y represiva. Pero sobrevivíamos.
   Ya por aquellas calendas me extrañaba que la enseñanza estuviera sólo en manos femeninas o masculinas. Y me he pasado la vida académica predicando la proporcionalidad (no la paridad impuesta) porque considero la tarea educativa en términos similares a la familiar: un padre, una madre y la tribu. Los niños deben tener maestras y maestros, los jóvenes también, incluso los universitarios, cuestión y propuesta que podemos discutir cuanto sea preciso.
   Por eso me producen sonrisas comprensivas fotografías como la que acompaño. !Qué desproporción! En todo caso, es la realidad la que se impone, pues que en nuestros tiempos, esencialmente masculinos, los chicos veíamos en la enseñanza superior una forma de liberación casi absoluta. Ahora son las chicas las que andan metidas en tarea semejante, pues que entonces apenaas podían llegar a las aulas universitarias, por múltiples razones.
   En todo caso, los equipos de trabajo que he ido constituyendo a lo largo de medio siglo, han funcionado como un reloj suizo, sobre la base de tres exigencias para la selección: ser lectores impenitentes, no limitar horarios y gustar del trabajo en grupo.  Todos cumplían con el empeño y alcanzaron a ser más de doscientos, lo que me congratula y satisface a plenitud.
   A todos los tengo presentes, de la inmensa mayoría conservo grato recuerdo, muchos continúan la renovada relación, unos pocos se menifiestan auténticos discípulos. Algo se llevaron del trabajo voluntario, una cierta huella más o menos visible, que cambió en cierto grado sus vidas y que se irá haciendo visible en sus amigos, compañeros y alumnos.  Mi reconocimiento para todos, siempre desde la esperanza crítica.