viernes, 22 de mayo de 2015

Escritores inmensos, libros brillantes, recuerdos memorables









        CUATRO  PORTADAS   DE   OTROS  TANTOS  LIBROS  IMPORTANTES       
   
   Ahí los tenéis, los tres guapos y atractivos, que lo cortés no quita lo valiente. Jóvenes todavía y ya decisivos escritores famosos de allende los mares, como gustaba decir Menéndez y Pelayo, aunque todos correspondientes a nuestro mundo hispano, no importa si nacidos en América o España, pues que su patria común es la lengua que nos une pese a todos los filisteos de siempre. Por otra parte, Unamuno insistía en que esa lengua materna (y vernácula, si así lo deseamos) constituye la auténtica sangre del espíritu. Miel sobre hojuelas, entonces, que decimos en mi otra tierra, un poco más fuerte y áspera que la del Mediterráneo envolvente.
   Comenzamos por Octavio Paz, el mejicano universal que un buen día decidió viajar a Murcia, vía universidad. Lo llamé, se puso al teléfono una mucamita y me indicó que el señor estaba comiendo, escuchaba ruído de fondo y la vaz del escritor que venía. Le dije que llamaba de Murcia, pequeña universidad, profesor relativamente joven y la invitación, modesta, para visitarnos. Conversación amabilísima. "¿Conoce al pintor Ramón Gaya, buen amigo de siempre?" "¿Y quien no, en esta tierra?. Recuerdo a los dos en el Congreso Antifascista de 1938 (Valencia) año de mi nacimiento". Todo sobre ruedas acontinuación.
   Vino para permanecer dos días y estuvo una semana. Nada cobró por su conferencia y recital y fué digno de verlo triscar por los valles y montes del entorno, sudoroso, para visitar el Monsterio de La Fuensanta. Comimos en un mesón del valle, manteles a cuadros y condumio de la tierra, seducido por las alcaparras y el morcón. Allí se gestó una buena amistad individual y colectiva.
   Dicho y escrito tengo que mi equipo funcionaba como reloj suizo, en aquellos día con mayor razón, pues todos y algunos más deseaban gozar de tan elevada compañía. Lo llevé a las aulas, clases normales, repletas de alumnos expectantes y devotos. Hubo dos conferencias más académicas. Y un recital impresionante al atardecer, en el Paraninfo. Cuatrocientas personas en el interior y otras tantas en en campus familiar.
   Este libro recoge aquella lectura comentada de poemas, tal como aconteció, con las leves correcciones de la palabra oral. Resultó emocionante. Y quisimos que permanecieran en letra impresa los comentarios que sus poemas le suscitaban.
   Continúa Mario Benedetti. Lo habíamos recibido varias veces y, en esta ocasión, nos ofreció la editio princeps de su conocido poema: el original completo, que no aparece igual en ninguna publicación posterior. Grandeza y generosidad de amigo. Intentamos corresponder, en cierta medida, con este libro-joya interior y exterior.. La diseñadora se volcó en la "fermosa cobertura", para que a tono estuviera con el poema y los seleccionados estudios que lo acompañan. Todavía recibo peticiones de algún bibliófiso gratamente sorprendido.
   Al cabo, Julio Cortázar. celebramos su aniversario con un homenaje a la altura de las circunstancias. Casi quinientas páginas de muy seleccionados estudios sobre su obra y alrededores. Basta mirar el índice para calibrar la calidad de los textos y sus autores.
   El cuarto es el habitual escudero que acompaña. No lleva fotografía en la portada y celebra el sexagésimo aniversario del destinatario.Casi ochenta felicitacines escritas, que abarcan desde estudiantes Erasmus hasta escritores premios Nobel. cada vez que lo veo, no puedo evitar la emoción agradecida. Un gesto único de gentes muy cercanas en mis afectos. Nunca lo agradeceré bastante.
   Ninguno de los cuatro libros es venal. Los vengo distribuyendo con cuentagotas a quienes, merecedores, han tenido el interés amable de solicitarlos. Algunos ejemplares, pocos, conservo. Y cada vez me cuesta más desprenderme de tan preciados volúmenes. La vida es así de compensadora. 

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