sábado, 9 de octubre de 2021

VIDA BREVE DE UN PROFESOR ( 19 )

 EDUCAR  MEZCLANDO  LO  DULCE  CON  LO  ÚTIL




   Exactamente como pretendía Horacio ,  cuya  "Epístola  ad  Pisones"  deberían leer todos los profesores antes de impartir su primera clase ,  pues que los grandes maestros antiguos quedaron en la Historia ,  pero deben permanecer en la memoria viva de cuantos al arte se dedican ,  bien como creadores ,  bien como profesores capaces de explicar y orientar como los alumnos esperan para su propia formación .

   El cargamento era importante .  Tantos y buenos maestros gravitando sobre suu cerebro para la tarea nada fácil que le aguardaba ,  a expensas de su vocación contrastada y la capaciidad que Dios y la Naturaleza le fueren deparando según transcurrieran los trabajos y los días  ( Hesiodo ,  una vez más ,  al fondo ) ,  para que al final ,  la cosecha pudiere ser ópima ,  si  así les pareciere a sembradores y segadores en feliz consorcio . 

   Venían los alumnos en inmensas oleadas ,  cargados de ingenuidad ,  inocencia y falta de conocimientos .  Los más jóvenes ,  casi niños ,  pues que pasó tres cortos años entre los del bachillerato ,  en Instituto alejado de la gran ciudad ,  impregnados todos de agricultura ,  campo y montaña .  La primera vez que accedían a la enseñanza media en grupos numerosos ,  todo un Campo de Agramante cultural a la vista ,  sin previsión de horizontes .

   Lo recuerda bien .  Instituto recién creado ,  porque andábamos en la década del dearrollismo ,  del despegue  social y económico y las cosas buenas crecían por doquier , alimentando grandes esperanzas .

   Población pequeña y un tanto destartalada en la construcción .  Mucha vida callejera por el clima .  Crecimiento en disparidad .  Y el pequeño centro educativo a las afueras .

   Llegaron cinco profesores jóvenes ,  con la oposición recién ganada .  Emprendedores y ,  como diría Cantinflas el mexicano ,  "con muchas ganas de hacer justicia" .  Se dieron a la tarea en cuarpo y alma ,  intentando a veces renovaciones drásticas que los templados directores frenaban desde posiciones más conservadoras .  No les importaba demasiado .  La alegría de vivir contagiaba la tarea ,  que no se limitaba al interior de las aulas .  Había un eje convencido de todos :  el conocimiento como garantía de la libertad y la personal promoción en la vida .  Todo lo demás ,  verdura de las eras ,  como diría el gran elegíaco medieval .

   El profesor lo vivió a plenitud .  Pero esta parcela de felicidad pronto debió abandonarla ,  por razones de competencia y geografía .

  Durante algunos años compartió el instituto con la universidad ,  pues así lo permitía la ley ,  pero llegó un momento en que la universidad exigía dedicación plena ,  por obvias razones de trabajo y ocupación .  Pero también por la geografía .  La ultima cátedra de instituto estaba en pequeña población a quince kilómetro de l metrópoli ,  resultaba muy difícil la compatibilidad .

   El caso es que le encantaba dar clase de lengua a los adolescentes ,  y una hora después explicar literatura a quienes estaban terminando su licenciatura universitaria ,  y tuvo que abandonar ,  doloridamente ,  las reconfortantes aulas de primaria y de instituto ,  las que nunca regresaría en el futuro .  Por nadie pase .

   Una anécdota curiosa .  Por aquellos años conducía su automóvil con cierta soltura .  A primera hora aparcaba en la puerta del instituto con cómoda tranquilidad ,  hasta las once ,  hora del recreo .  Pero a las once tenía clase en la Facultad de Letras .  A esa hora , menos cinco minutos , el amable conserje del instituto le tenía preparado el coche con la puerta abierta y el motor en marcha .  Enfilaba la carretera con decisión y diez minutos más tarde ,  el amable conserje de la universidad le espera en la escalinata y se ocupaba de aparcarlo adecuadamente .

   Y aquí debe rendir sentido homenaje a los ujieres y conserjes de la época ,  eran otros tiempos .  Con varios de ellos desarrolló amistad mutuamente compensadora .  El de mayor continuidad solía decirle :  Profesor ,  no me dé más las gracias ,  yo le aparco y vigilo el coche y usted me enseña a hablar y escribir mejor ,  cada uno lo que sabe y puede ,  en queriendo ".