domingo, 30 de julio de 2017

VIDA DE UN PROFESOR ( 3 )

VIAJE  INICIÁTICO


   Recuerda el desvencijado y chirriante autobús que, desde las montañas entrañables ,  viajaron el joven y su padre a la capital, donde lo recogería un pariente para trasladarlo a Hellín  (Albacete) como destino de nueva residencia para iniciar los estudios de bachillerato.


   Subieron al tren al tren y la última emocionante imagen fue la del padre liando y encendiendo el sempiterno cigarrillo de picadura.
   Arribada a Madrid, cuya estación de Atocha ya conocía.  Cena opípara y excelente hotel. Iba de sorpresa en sorpresa,  como el desvío de viaje que hicieron a Toledo para conocer una parte de la familia.  La prima Conchita hizo de cicerone.  Las ruínas del Alcázar y la impresionante catedral le impactaron de modo particular.
   Al cabo,  atravesaron la inmensa llanura de La Mancha con la "pincelada azul de una montaña al fondo" ,  palabras que recuerda por haber leído a Azorín en los libros de su padre,  de la biblioteca escolar ( Cásicos castellanos completos) y algunos que le prestaba el sacerdote don Felipe.
  Unos días después de la llegada,  viaje de nuevo a la capital,  para realizar el examen de ingreso en el instituto.  Numerosas anécdotas del examen, de las retiene una para vosotros.  En el tribunal siempre había un cura,  para escanear los conocimientos religiosos de los infantitos.  Le preguntó los pecados capitales,  que recitó de memoria seguida según la doctrina.  Al llegar a la lujuria, repetió: "Apetito desordenado de carnales deleites".  Sorpresa y el sacerdote que pregunta: "¿Sabes lo que significa?".  Respuesta: "No".  Conclusión aliviada:  " !Menos mal! ".
  El bachillerato fue casi un paseo militar para el muchacho.  Los profesores comprobaron que,  salvo latin y francés,  dominaba todas las asignaturas correspondientes a los dos primeros cursos,  de modo que decidieron intensificar los idiomas y en junio calificar ambos cursos a la vez.  Dicho y hecho,  aunque su padre ,  gran pedagogo,  interrumpió la aventura.  En adelante, curso a curso,  para que los conocimientos se fueran remansando como conviene.  Lo cierto es que el joven se aburría bastante en clase,  pero donde hay patrón sabio,  poco manda marinero impetuoso.
    Hay que decir que la comunicación se hacía por carta manuscrita.  El padre se ocupaba de las cuestiones técnicas y profesionales casi en exclusiva,  sin marginar los aspectos humanos.  La madre todo todo lo volcaba en el amor y en la exigencia educativa,  los comportamientos,  etc.  Una carta semanal de ambos, siempre en el mismo sobre azul,  con la letra redonda y vertical del padre,  y la caligrafía picuda de la madre, muy propia de las monjas por aquel entonces.  Buenos pendolistas ambos.
  El chico respondía religiosa y semanalmente, preocupandose por los tres hermanos y contandoles todo como era de obligado cumplimiento.
   Bueno,  todo lo que podía contar,  porque no se olvide la edad de la criatura,  con todo el fragor neuronal y hormonal de la etapa vital que iba transitando.  Mucho estudio apasionado,  mucho deporte apasionado,  y mucha vida alrededor igualmente apasionada.  Calculen los lectores que,  hasta que volvió a ver a sus padres y hermanos,  pasaron tres largos años,  con lo que el feliz reeencuentro se produjo cercano él a los dieciocho.  Todo un hombre,  no solo unamuniano,  cargado de experiencia y sabiduría práctica,  fruto en gran medida de la soledad familiar en la que se hallaba.  
   Hay que decir,  también,  que su temperamento basal y su fuerte carácter mucho le ayudaron.  Sabía que el estudio significaba su liberación no solo personal, y eso estaba por encima de todo.   Lo  demás,  las hojuelas de su tierra,  aunque lo fundamental seguía siendo la miel.


viernes, 28 de julio de 2017

VIDA DE UN PROFESOR

     RESPUESTA  PARA  UN  BUEN  ALUMNO


   Nada más comenzar esta historia,  que confío emocionante,  debo interrrumpirla por causa del mismo modo emotiva.  Sucede que Ambrosio  ,  buen alumno con ribetes de discípulo , ha tenido la idea de promocionar un homenaje dedicado a mi persona ,  que fuí su profesor  entre tantos miles de alumnos a lo largo de mi dilatada carrera.  Sólo pareabienes para él ,  amén de mi particular agradecimiento por la incictiva ,  mucho más extraña,  y entrañable ,  en estos tiempos pacatos y apresurados ,  no sólo difíciles para la lírica.


   Ciertamente ,  Ambrosio ,  tu propuesta es admirable además de sorprendente.  Recuarda uno de los inveterados axiomas de la enseñanza :  si el alumno alcanza notables calificaciones ,  se debe a los talentos del propio alumno .  Si los alcanza deficientes , se debe a la incompetencia de los profesores.  Esto ha sido así durante siglos ,  con las consabidas y excelentes excepciones de familias y estudiantes que ,  bien educados ,  supieron comprender el valor de quienes orientaban magistrales a los ciudadanos meritorios , desde la más desvalida niñez hasta las aulas universitarias ,  y aún mucho tiempo después en la barojiana lucha por la vida.
   Que la tarea común de maestros y discípulos nunca termina.  Y acrecienta sus virtualidades perfectivas con el paso de los años , a tenor de otro principio inmutable ,  éste sí de gran calado para la humanidad y su desarrollo individual y colectivo :  cada maestro conspicuo ve perfeccionada su labor por el trabajo y dedicación de su discípulo.  Y así sucesivamente ,  mejorando hasta la consumación de los siglos ,  pues que en eso consiste la tarea educativa  desde los tiempos de las cavernas.
  Y es de notar la primera satisfacción de un maestro ,  cuando comprueba con placer cómo el discípulo asimila sus enseñanzas ,  camino de mejorarlas en cadena de gruesos y firmes eslabones sin fín previsible.
   Luego está la relación personal afectiva entre los maestros y los alfonsinos escolares.  Es necesaria la ósmosis intelectual para el desarrollo.  Pero quedaría en campo todavía frío y distante si no alcanza las cotas emocionales,  pues la vida es cerebro y corazón al unísono.  Cuando ambas manifestaciones caminan parejas y armonizadas ,  podemos hablar de auténtico desarrollo humano ,  donde la virtud prevalece ,  y la humanidad es cada hombre como microuniverso con todas las virtualidades de solidaridad y hermanamiento.
  En tal tesitura suele acontecer que la tarea educativa se convierte en auténtica misión redentora,  con todos los predicamentos favorables.
   Y en ello estamos.  Ahora tu promueves un homenaje y no sabes cuanto te lo agradezco.  Me recuerda los días de mi jubilación ,  de feliz memoria.  Todo fué formidable :  los alumnos,  los compañeros de Departamento ,  la Facultad entera ... Me ofrecieron de todo ,  un cuadro con mi retrato ,  la insignia distinguida de la Universidad y una sesión académica esplendorosa en el Hemiciclo a rebosar .  En la mesa presidencial ,  el rector,  el decano,  el jefe de departamento,  el profesor encargado de la Laudatio.... y el alcalde de Duruelo de la Sierra,  compañero de pupitre en la escuela de nuestro maestro (mi padre) ,  vocacional hasta la médula , que tanto hizo por tantos ,  en época no precisamente favorable para el estudio y otros privilegios. 
  Que lo académico se compensa y equilibra con las emociones de lo humano. Entre el público se encontraban los otros cuatro rectores,  con los que había trabajado y convivido tantos años. Y todo culminó con una cena,  donde "eran"  todos los que "estaban" ,  aunque no pudieron estar todos los que "eran" ,  porque más que un ágape hubiera resultado una manifestación. Y es que la tribu ha ido creciendo en edad,  dignidad y gobierno a lo largo de tantos años compensadores.
   Un auténtico gozo personal,  familiar y colectivo amistoso. Que cerró una época ,  un concepto y una praxis de la Universidad de muy elevados tonos.
   De lo que cuento hace ya unos años.  Ahora tú lanzas esta cordial invitación ,  que dice mucho en tu favor y el mío ,  en favor de la enseñanza bien entendida y mejor practicada .  Cierto que en la educación,  muchos son los llamados y pocos los elegidos.  Sin duda,  tú eres uno de ellos,  que cumple el clásico aforismo :  ser agradecido es de bien nacido.
   Te lo agradezco profundamente .  Y puedes estar seguro de que un día no lejano,  y con la alegría de la amistad ,  tomaremos ese humeante café que anuncias,  propicio para la buena conversación y el gozo de vivir.

martes, 25 de julio de 2017

VIDA DE UN PROFESOR ( 2 )

DE  LOS  APENINOS  A  LOS  ANDES
  Cuento emocionante leído y vivido cuando entonces,  en plena infancia y en la escuela rural de un gran maestro que formaba cuerpos y espíritus de niños , como si de la más alta misión se tratara.  Algunos maestros entonces,  y siempre,  se comportaban así,  marginando la época de miedo y escasez que les tocaba vivir.  Gracias a ellos,  en grandísima medida,  este nuestro país es lo que ha llegado a ser en sus capítulos buenos,  pese a los filisteos de siempre que todavía intentan regresar a las cavernas nuevamente pintadas.

   Leíamos el libro  "Corazón "  ( E.  D´  Amicis )  en todas las escuelas,  hasta que un malhadado arzobispo hizo que se prohibiera  "porque no se nombraba a Dios en sus páginas ",  qué barbaridad de ignorante y culpable actitud prepotente.
   Recordais que el niño Marco viaja de los Apeninos (Europa)  a los  Andes (América)  en busca de su madre,  con todas las peripecias que tal aventura supone.  Pues bien,  mutatis mutandi ,  el futuro profesor viaje en plena niñez del Cerro del Pino (Castilla la Nueva)  a la montaña de Urbión (Castilla la Vieja),  de una tierra en llanura fértil a otra donde lo montaraz predomina.
   periodo de los diez a los quince años ,  clave cronológica en la que su carácter ,  basado en muy definido temperamento ,  adquirirá los rasgos y características predominantes para el resto de su vida y que,  miel sobre hojuelas ,  troquelarán todo lo necesario para la trayectoria intelectual que le acompañará siempre.
   Primero un pueblo pequeño ,  Montaves ,  apenas quince vecinos y media docena de niños para una pequeñita escuela entre montañas ,  que reservaba dos sorpresas llamativas ya de entrada :  la bandera y la fotografia con texto de Ramón y Cajal.  Buena fotografía y excelente texto sobre la educación de los pueblos.  La bandera era la tricolor republicana.  Pasados diez años de dictadura,  todavía permanecían estos símbolos obsoletos,  lo que demuestra la lentitud con la que se producen los cambios en la sociedad.  Y es que la España profunda....
   Traslado del señor maestro.  Nuevo pueblo,  Chavaler,  junto a las ruínas de Numancia,  realidad que despertó la curiosidad histórica del muchacho.  Muchas veces viajó con su padre a la capital,  por mor de circunstancias familiares y falangistas,  pues que el poder exigía determinadas actitudes y prácticas de los educadores. Nada importante que reseñar,  justo lo contrario que la población siguiente,  Duruelo de la Sierra,  a orillas del Duero,  a los piés del Urbión y próximo a la Laguna Negra, de tantas resonancias machadianas.
   Aquí se produce un hito. Determinados signos auguraban un futuro más prometedor y esperanzado.  El joven llega con diez años y lo abandona justo a los quince,  tras una serie de experiencias vividas que lo marcarán para siempre.  El pueblo era rico gracias a los pinares de propiedad comunal. Había pan blanco en abundancia, por contraste con el pan negro y las cartillas de racionamiento precedentes.  Auténtica liberación material.
   Aquí vivió el primer amor encarnado,  y no es tópico,  en niñña  rubia de ojos claros,  a la que su madre peinaba con tirabuzones de atractiva ondulación.  Paseos,  conversaciones emocionantes,  baños en el río,  encuentros furtivos compensadores,  bailes exclusivos y dedicados en la plaza...En fín,  todas las emociones propias del caso,  mientras descubrían el mundo como si fueran la primera pareja del universo.
   Aquí estudiaba con voracidad,   mitad por ser hijo de maestro,  mitad por vocación de saber ,  que lo embargaba cada día más.
   Aquí leía todo lo que a sus manos llegaba,  bien orientado por su padre y por el cura del pueblo,  personas cultas que observaban y estimulaban las capacidades intelectuales y,  en menor medida,  artísticas del muchacho.
   Buen jugador de fútbol (interior izquierda),  campeón juvenil de ping-pong,  profundo conocedor del nuevo catecismo,  que modernizaba los tradicionales Astete y Ripalda.  
   Alegre y extrovertido, con buena pandilla de amigos bastante montaraces,  maneja el hacha con soltura,  aunque solo fuera para aportar las carretadas de leña y serrín necesarias para el rudo invierno.
   Le importaba realizar el bachillerato.  Y aquí el gran misterio.  Se le decía que era imposible y que habría de entenderlo cuando fuera mayor. Mientras tanto,  a él y a su más íntimo amigo,  el señor maestro los preparaba para la oposición de contadores de hacienda, que solo requería estudios primarios y la edad de dieciséis años.
   Su futuro estaba ,  pues,  en las finanzas,  y no es ironía.
Pero hete aquí que surgió la más agradable sorpresa,  casi milagrosa. Un buen día,  sus padres le dijeron que podía empezar el bachillerato.  Mes de julio.  Se ajustaron conocimientos, se hicieron los trámites oportunos, se dispuso el conjunto para que a primeros de septiembre ,  y a setecientos kilómetros de distancia,  pudiera realizar el examan de ingreso en el Instituto de Enseñanza Media.
   La felicidad puede adquirir formas muy dispares,  ésta era una de ellas.  Así lo entendió y empezó a vivirlo aquella noche,  mientras terminaba de leer  "Los Héroes",  de Carlyle.  Terminaba un mundo controvertido,  si que de infancia feliz.  Y comenzaba otro,  no menos convulso y cargado de interrogantes,  pero prometedor y esperanzado.
    Aunque muchos años después leyera el conocido aforismo de Amiel con una suave sonrisa nostálgica,  en aquellos momentos andaba convencido de que la la felicidad sí tiene historia.

martes, 18 de julio de 2017

VIDA DE UN PROFESOR

AQUELLOS  LEJANOS  ORÍGENES


   Ha llegado el verano en plenitud.  Y con él,  los habituales calores que,  junto al Mediterráneo donde tengo mi casa,  se manifiestan un tanto atemperados,  aveces con la brisa de levante,  otras con los vientos no demasiado ardorosos que nos vienen de Africa.


   Como bien sabéis,  he terminado todas las esferas de lo académico oficial,  de manera que dispongo de  tiempo libre para organizar las tareas y dedicaciones que más y mejor me apetezcan.  En principio,  dos fundamentales sobre las que declino mis complacencias compensadores.
   De una parte,  continuar las Memorias hace años comenzadas,  que van engrosando volúmenes de holandesas manuscritas,  pues que muchas tareas emprendimos a lo largo de muchos y fecundos años,  tanto en el plano individual cuanto en el colectivo,  pues tambien os he participado a menudo que,  la dimensión individual asegurada,  soy hombre de trabajo en equipo,  con tareas perfectamente organizadas,  ensambladas y distribuídas.  En tal sentido,  me siento satisfecho y feliz por los ópimos resultados,  de manera que todo ello va quedando bien reflejado en las Memorias.
   La otra tarea viene dada por el conocido Archivo de la Cátedra de Literatura Hispanoamericana,  acumulado a lo largo y ancho de muchas décadas bastante febriles de ideas,  proyectos y realizaciones.  Más de quinientas personas nos hemos visto implicadas en los trabajos y los días,  desde que todavía éramos muy jóvenes y aquilinos,  hasta estos días donde la mayor parte vivimos otoños e inviernos , para recoger los frutos y ordenarlos cara a quienes nos van a heredar y sustituir,  por razones de edad y reconocida vocación.
   Son dos tareas que ocupan bastante tiempo y las llevo a cabo con gusto,  incluso con claro placer no exento de nostalgia en ocasiones,  aunque bien lejos de la añoranza que suele adormecer ensueños.
   Pues bien,  dentro del cañamazo común,  todavía quedan horas no solo para la holganza y el bien ganado descanso.  Horas que me han llevado a pensar en algo más reducido,  si que también oportuno, incluso necesario desde mi perspectiva.  Me refiero a una especie de Testamento Intelectual,  Profesional,  Educativo,  Emocional y Literario,  que pudiere ser útil a quienes, en el futuro,  elijan la hermosa profesión educativa de la enseñanza para llenar sus vidas y las de muchos con los que habrán de coincidir en las aulas,  pero también en las calles y plazas de la ciudad,  pues que las ideas para el conocimiento,  y las emociones para el equilibrio sentimental,  pueden y deben llegar a todos los rincones donde se produzca un encuentro de "maestros e escolares para aprender los saberes".
   Dicho y hecho.  He decidido llevarlo a cabo al sesgo y circunstancias de mi propia vida,  la que mejor conozco y que se ha ido desarrollando a través de circunstancias muy diversas y todas enriquecedoras,  tanto las que apuntan a los muchos errores humanos cometidos con propósito de enmienda,  cuanto las que constituyeron base de los posible aciertos en tiempo y lugar oportunos.
   Tal que un espejo desplazado a lo largo de un camino,
Stendhal al fondo.  
   A veces, los reflejos se produjeron como imagen cierta de la realidad.  Otras, elongando la dimensión horizontal.  Otras en vertical crecimiento hacia la idealidad amada y perseguida.  Formas de don Quijote y Sancho que se necesitan mutuamente para producir el equilibrio psicosomático de la persona humana.
   Esta nueva dedicación y apertura no supone abandonar las HISTORIAS DE MEDIANOCHE,  aunque sí las presentaré menos a menudo y más circunstanciadas,  mezclando como siempre lo dulce con lo útil,  que la clasicidad siempre me atrajo y subyugó.
   Como final de propósito,  voy a redactar esta VIDA DE UN PROFESOR  en tercera persona,  pues que una cierta distancia proporciona mejor perspectiva y mayor libertad a la hora de las afinidades electivas y su cristalización en palabras conformadoras.
   En el principio era el verbo.  Ciertamente,  todo comienza y termina con la palabra,  para la que fuimos hechos y con la que nos manifestamos personas en la tierra.  Espero y confÍo en que estas mis palabras nuevas,  y que ahora nacen,  os convenzan en la medida necesaria para la aceptación y el gozo comprensivo.  Nada más,  pero tambin nada menos,  con esa pretensión nacen y con alegría notoria os las voy a ofrecer,  parábola del sembrador al fondo.  VALE.

martes, 11 de julio de 2017

HISTORIAS DE MEDIANOCHE. EL ARCHIVO Y LA MEMORIAS ( 6 )

CELEBRACIONES TORPES, CÍNICAS Y EXTEMPORÁNEAS


  Los tres adjetivos convienen a la reflexión de esta mañana,  motivada por los 90 años de la Universidad Complutense.

   Escribí hace unos días que no me gusta la universidad que dejo.  Sigue sin gustarme.  Y cuando leo y escucho los fastos que se organizan par conmemorar cualquier aniversario, el desagrado roza la ira por reacción casi de supervivencia.  Es la conocida y feroz  "aspereza espiritutal ",  de la que hablaba Jaime Balmes.
   Escucho a una vicerrectora por radio.  Grandeza sin límites de la Universidad Complutense.  Y no sienten rubor al afirmar tales enormidades,  teniendo en cuenta cómo se encuentra la universidad española pública, sin excepciones:  arruinada,  falta de talento y gobernadas por unos pintorescos personaje con torpe complejo de campanario y trazas políticas de pedáneos y ediles aldeanos.
   No digo que la Universidad del pasado fuere mejor que la actual.  Hasta ahí podíamos llegar.  ¿ Para qué entonces, la evolución ?  Aquí,  como casi todo en la vida,  si no se avanza se retrocede.  Pero convendría recordar al gran elegíaco español medieval: " Pues a nuestro parescer, /  cualquiera tiempo pasado / fué mejor".  Aunque solo fuere para aplicar su sabiduría y comprensión a estos tiempos modernos tan pacatos, que universitariamente han descubiero la tecnología como ídolo en tanto que fin en sí mismo,  cuando todo el mundo debiera saber que,  una vez más, se trata de un medio poderoso al servicio de la inteligencia y buen hacer del ser humano,  pues que,  según indicios,  se encuentra una vez más  "arrojado en el mundo,  entre las cosas",  como sentenciara el filósofo alemán más oscuro de nuestros tiempos,  tal que lo fuera Heráclito en la clasicidad antigua.
   A nuestra universidad le falta timón y,  mucho más importante,  carece de timonel.  Lo que resulta grave.
    Como la Castilla terrible de Machado,  esta universidad de todos nuestros amores desprecia cuanto ignora.  Y es mucho lo que desconoce,  aunque su soberbia desinformada individual y colectiva lo soslaye.
   Esta noche me quedo con dos o tres ideas elementales, cuyo simple recuerdo y cita insistente produce rubor.  Veamos.
   En primer lugar, los saduceos y  fariseos habituales la han convertido en campo político de Agramante:  lucha feroz por lograr el poder del mando,  que no de la gobernación.   Con todas las excepciones de rigor.
   De modo que unos cuantos arribistas,  desertores de la tiza en general,  se esfuerzan por el sillón de poder,  en general también poder pírrico y transitorio.  Hacen campañas y promesas que no podrán cumplir,  tal los políticos mediocres que aspiran a la poltrona durante unos años.  
   ¿Tienen ellos la culpa?  No del todo,  pues que suelen ser el resultado en frustración de un sistema perverso , que radica en el voto masivo la obtención de los puestos de poder, que debiera ser gobierno.  Y entonces,  los grupos de presión deciden,  por  espurios intereses o de simple y pacato egoísmo, quienes llegan al final de la carrera y lucha.  Y así nos luce la cabellera undosa,  o el pelillo de la dehesa,  que viene a ser lo mismo.
   Si el comienzo es malo,  el final no puede ser bueno.  Y estos pobres evangélicos hacen lo que pueden en sus rectorados,  decanatos,  jefaturas de departamento...Que la mediocridad, hermanada con la ambición,  produce casi el resultado pictórico de Goya.
   Idea siguiente:  de la Universida depende casi todo lo concerniente a la educación de un país.  A ella llegan oleadas de jóvenes para formarse y ofrecer a la sociedad algo que merezca la pena.  Buenos profesionales,  para empezar.  Y excelentes ejemplos,  para continuar.  Pero si esos jóvenes egresan incapaces,  mal preparados y con miras de horizontes reducidos y brumosos,  ¿ qué podremos esperar?.
   De la Universidad debieran salir buenísimos Maestros de Enseñanza Primaria,  excelentes Catedráticos de Enseñanza Media y magníficos Profesores de Enseñanza Superior.   Así de claro.   Y asi de sencillo.
   Y tambien debieran salir vocacionales Investigadores de toda condición,  para establecer la corriente de ósmosis con los profesores,  en aras de pruducir la simbiosis deseable:  Investigación y Docencia como pilares para la ciencia,  el arte  y el desarrolo armónico social de lo individual y colectivo.
   Mientra tanto, los mejores egresados universitarios deben emigrar en busca de un tiempo que no sea perdido,  Proust al fondo.  Aqui gastamos una fortuna para que rindan en otros países más avispados.
   Mientras tanto, las universidades privadas siguen formando,  es un decir,  élites que regirán la vida del país,  élites que proceden,  qué sarcasmo,  de los más poderosos sectores de la sociedad.
   Mientras tanto, la universidad pública continúa navegando al pairo,  como la vieja goleta que,  inerme y sin timón ni timonel, contempla su arboladura bastante desarbolada.
    Y esto es una constatación,  no la desencantada protesta de alguien que ha pasado media vida en las aulas,  vocacional e irreductible.
   Intentando,  con mayor o menor fortuna,  despertar en los alumnos el pensamiento crítico y libre.  Pero agua pasada no mueve molino.  Y como diría el bueno de Alonso Quijano,  "vámonos poco a poco,  amigo Sancho,  que ya en los nidos de antaño no hay pájaros hogaño".
   Pues vive Dios que hago los mejores votos para que la legión de jóvenes que lo merecen,  encuentren acogedores  nidos en España cara al porvenir.   Y que el agua de nuevos molinos, redescubiertos, produzca corrientes rumorosas para un claro y prometedor y brillante futuro.

lunes, 10 de julio de 2017

HISTORIAS DE MEDIANOCHE. EL ARCHIVO Y LA MEMORIA

LA  HORA  DE  LOS  MAESTROS   (  2  )


  El maestro sigue siendo el profesor Valbuena,  cuyo feliz recuerdo me acompaña siempre.  Os dije ayer que fue uno de mis grandes mentores en la universidad,  dimensión profesional que tanto me ayudó en mis comienzos docentes.

   Pero tambien en lo ampliamente humano,  en el diario vivir y convivir.  Por eso traigo esta noche algunas anécdotas y vivencias que bien lo definen,  así como el entorno en el que  cuando entonces nos movíamos.
   Imaginad una universidad pequeña en una pequeña población del sureste español, cerca del Mediterráneo.  Todos nos conocíamos,  tanto en la calle cuanto en los claustros.  Los cursos académicos no sobrepasaban los cincuenta alumnos,  que se reducían drasticamente cuando se trataba de la especialidad,  de las que solo había dos,  Historia y Filología.  Estudiantes y maestros constituían una auténtica familia en todos los sentidos.  La relación era cercana y excelente.
   Habitábamos todavía el viejo claustro del antiguo colegio católico,  hoy Facultad de Derecho:  mitad para las Leyes,  mitad para la Filología.  Aulas pequeñas y familiares.  Seminarios recoletos,  habitados por sus responsables jóvenes profesores,  y visitados por la media docena de estudiantes que preríamos pasar allí las tardes,  pues que nos permitían disponer de miles de libros,  todos al alcance de las manos.
   Los despachos de los tres unicos catedráticos comunicaban con el Seminario de Filología Románica, de modo que coincidíamos con ellos todos los días.  Allí la orientación académica tan personal,  allí los coloquios de lo divino y lo humano como la cosa más natural del mundo.  Aquello era una universidad.
   Pues bien,  el último curso de carrera dábamos la clase en el Seminario,  pues éramos catorce chicas  ( la mayoría es expectativa de consorte posible )  y tres muchachos, de los cuales solo yo tenía en perspectiva la profesión docente,  con toda claridad.
   Pues bien,  un día tocaba explicar la novela pastoril y su entorno.  Llegó el profesor Valbuena, me  miró entre paternal y exigente,  abrió la cartera y dijo:  " El próximo día,  la novela pastoril y su importancia. Vamos a hacerlo como conviene.  Busca la " Pastoral "  de Beeethoven y un tocadiscos pequeño,  pues vamos a aplicar el método de Francesco Flora,  que relaciona la literatura con las demás artes,  en este caso la música".
   Vinilo de 33 revoluciones,  minigramófono moderno a pilas y algún artilugio más,  todo proporcionado por los hermanos maristas matriculados,  en cuyo colegio del Malecón yo comenzaría mi trayectoria docente aunada con la universidad.   Todos expectantes, el profesor me indicó que sonaran determinados pasajes y momentos, para propiciar ambiente y climax.  A continuación,  su explicación  magistral.  Un auténtico gozo intelectual y sensible.  Los trabajos y los días.  Instruir deleitando.  Mezcla sabia de lo dulce y lo útil.
   Así pasábamos los días,  así aprendíamos los saberes alfonsinos,   así nos íbamos impregnando de la vida misma en su discurrir de creciente aprendizaje.
   En esto que llegaron las vacaciones de Semana Santa.  Yo v´ivía con mis padres en una población manchega,  distante cien kilómetros de Murcia.  Y por razones que ahora se me escapan, pasé algunas días de celebración religiosa y procesiones en la ciudad. 
   Como todo el mundo sabe y puede recordar, el Jueves Santo era el día central de visita a los Monumentos,  para los conocidos Oficios.  Andaba yo por la calle Trapería,  un poco azacaneado, cuando me dí casi de bruces con el profesor,  que llevaba un libro en las manos.  Me paró, me dió un abrazo y me hizo la siguente prosición :  " Mira, Polo,  voy camino de la catedral para los Oficios, porque me gusta escuchar el gregoriano de los canónigos.  Si no tienes nada que hacer, acompáñame y los realizamos juntos. Yo llevo mi Misal,  alí pedimos otro para ti y santas pascuas ".
   Dicho y hecho.  Entramos al templo,  nos acomodamos en banco cercano al coro y,  en silencio reverencial entreverado de salmodias gregorianas,  vivimos la liturgia sagrada como dos buenos amigos,  como maestro y discípulo en sintonía perfecta.  Experiencia fundamental que se grabó en el hondón de la memoria para siempre.

sábado, 1 de julio de 2017

HISTORIAS DE MEDIANOCHE. EL ARCHIVO Y LA MEMORIA ( 8 )

LA  HORA  DE  LOS  MAESTROS


La hora de los maestros es cualquier hora en todo tiempo y lugar.  Benditos los pueblos que disponen de muchos y buenos maestros,  porque de ellos serán los reinos de los cielos aquí en la tierra.  Un buen maestro crea buenos discípulos,  que terminarán siendo buenos ciudadanos,  todos en parigual de condiciones, así sean obreros manuales o ingenieros de caminos,  pues que todos alcanzarán a ser probos componentes de una sociedad equilibrada, que margina la guerra y la opresión en beneficio del entendimiento y la solidaridad desprendida,  horra de maledicencias y actitudes egoístas,  sin complejos de campanario.

   Esta sociedad es posible y sólo llegará por los amplios caminos de la educación,  aunque a veces sean veredas de difícil tránsito,  incluso encrucijadas provocadoras de perplejidad.  Una buena educación todo lo vence,  sabedora de que tras la tempestad viene la calma.
   El problema está en el poder y sus maleficios a lomos de la ambición personal y colectiva.  Por eso,  en la práctica,  ningún poder individual o colectivo se ha mostrado,  nunca,  propicio a la educación superadora de la enseñanza como base de sustentación.  La ignorancia suele ser la madre de todos los vicios,  incluído el miedo que propicia la manipulación, incluso la tortura física y psicológica,  esa gran fábrica de inhumanas actitudes y perversos resultados.  Que las revoluciones jamás se hicieron de arriba abajo, sino al revés.  Y pues que existen caínes para nuestra desgracia,  siempre será necesaria la presencia y lucha de numerosos abeles para lograr la paz,  el equilibrio y una vida digna de ser humano.
   Los maestros propician casi todo lo bueno,  sin mezcla de mal que trastorne. Por eso mismo son perseguidos a traves de la historia y el tiempo apresurado.  Hasta llegar al descubrimiento de la cuadratura del círculo actual:  ya no es necesario perseguirlos por sus ideas y actitudes y pŕedicas de perfección posible.  Basta con titularlos deficientemente,  una preparación desorientada en las correspondientes escuelas o universidades, y el éxito de los malvados asegurado está.  Con malos maestros de pomposos títulos y curriculums absurdos,  todo va sobre ruedas, pues que de su trabajo saldrán discípulos ramplones.
   Semejante reflexión elemental me viene dada por el Archivo, como siempre. Revisaba unos anaqueles de grandes libros,  incluídas las dimensiones físicas,  para ordenarlos como conviene.  Y allá, en un extremo,  justo entre Van Gogh y las Pirámedes de Egipto,  grandes volúmenes de tapas duras y notable peso, diviso un pequeño volumen practicamente aplastado entre tan poderosos vecinos.
   Humilde y modesto en todas sus facetas físicas,  libro casi de bolsillo.  Papel de estraza de suavizado gramaje y color indefinible,  entre sepia y marrón desvaído.  Tapas de papel un poco más grueso, aunque no mucho.  En la contraportada, el logotipo de la editorial,  un galeón rampante y unas siglas. En el ángulo inferior izquierda, el habitual Printed in Spain, amén del precio :  2, 50  pesetas.
   En la portada, una greca de color azul celeste que enmarca el título , " La poesía española contemporánea",  bajo el nombre de su autor ,  Angel Valbuena Prat. Y al fondo, casi imperceptible, la figura de don Quijote lanza en ristre pintada de verde.  ¿ Puede haber algo más entrañable ?  Conservo el volumen como oro en paño.
   Porque debo decir,  con santo orgullo,  que don Angel fue mi profesor en la Facultad de Filosofía y Letras,  universidad de Murcia.  Felices tiempos aquellos en que mucho y bien se estudiaba, desde la filosofía hasta la literatura,  pasando por la lengua en sus múltiples,  difíciles y compensadores vericuetos.
   El libro está editado por la Compañía Iberoamericana de Publicaciones y es el primer volumen de la colección " Las cien obras educadoras ",  toda una referencia y declaración de principios. Es del año 1930 y,  naturalmente,  no lleva el ominoso Nihil obstat represor.
Al frente,  lleva un prólogo esclarecedor de Concha Meléndez, de la universidad de Puerto Rico,  donde a la sazón también enseñaba el profesor Valbuena,  catedrático en España,  que los intercambios universitarios no han sido descubiertos ayer.  Y a continuación,  el corpus doctrinal e histórico,  El Modernismo,  Los poetas de la generación del 98,  Juan Ramón o la introducción al novecentismo ,  y  Las últimas tendencias. 
    Al cabo, todo termina con el siguiente párrafo:  "También debe citarse la abundante floración de poetisas,  entre las que recordamos a Josefina de la Torre  -- fina, depurada, al estilo de Pedro Salinas -- ,  Ernestina de Champourcín y Concha Méndez Cuesta".  ¿ Reivindicación de la mujer como fenómeno de hoy ?
   En fin, amigos del blog y la literatura,  amantes de la poesía,  no quiero extenderme más esta noche.  Prometo completar esta historia la semana que viene.  La figura magistral de don Angel Valbuena lo merece.  Fue mi maestro y eso lo dice todo.