domingo, 27 de noviembre de 2016

CURSO DE LIBROS. CRÓNICA DEL JUEVES. ( 10 )

     Los jueves de los libros.  Excelente ocasión para llenar la tarde con alegría, que si los libros no provocan el gozo,  poco cabe esperar de ellos,  mejor saludarlos a distancia,  como gustaba decir Ernesto Sábato.
   Comenzamos con un pequeño coloquio,  esclarecedor siempre.  Me preguntaron si pensaba escribir mis  "Memorias"  y qué título les pondría.  Tentación de fácil y agradable caída.
   Les dije que aún tenía el títuo por definir, les conté el ejemplo de García Máquez y me extendí un poco a propósio de la escasa presencia de Memorias en España,  frente a países como Inglaterra,  Francia o Alemania, donde suele ser habitual y abundante.  Insistí en que nuestro país, individual y colectivamente, arrastra un complejo de campanario desde el siglo XVII, en que un gran escritor pudo escribir del rey: "Eres grande,  Felipe,  a la manera de los hoyos.  Más grande cuanta más tierra te quitan".  Somos temerosos y recelosos,  arrastramos un excesivo sentido de la propia estimación y aparecemos inseguros,  muy pendientes del qu´é dirán.  La inhibición, pues, está asegurada.  De ahí la escasa presencia de Memorias,  campo casi exclusivo de los políticos, que las utilizan para contar  sus presuntos éxitos, sin contextualizarlos ni ahondar en todo lo concerniente... Las estoy escribiendo con todo incorporado, de modo que no las publicaré ahora, las dejaré a mis herederos.
   Enseguida pasamos al texto teórico, enlazando con los jueves anteriores, que transcribo:

   "Al final cabe establecer distinción entre poesía y literatura.  Las dos tienen el mismo instrumento expresivo, la palabra,  a la que dan tratamiento artístico.  En otras épocas, la distinción era clara y formal:  literatura se identificaba con prosa,  y poesía con verso.  Modernamente no puede admitirse.  Libros como  "Platero y yo"  desmienten el concepto tradicional de prosa,  su lenguaje es esencialmente poético, de dónde el calificativo de prosa poética  o  poemas en prosa.  Por otra parte,  el sector histórico de la llamada poesía social, por ejemplo,  ha dado pie para hablar de poesía prosaica.
   La distinción, entonces, se establece en orden  al binomio  amplitud--intensidad  del concepto,, restringido para la poesía,  mucho más extenso para la literatura.  Y a la inversa,  en cuanto se refiere a intensidad.
   En suma,  poesía es la culminación del fenómeno literario,  la forma  más puramente estética del arte de la palabra".

   Leímos los textos creativos en prosa.  El primero extraído de  "La Celestina",  justo en el momento de narrar Calisto la hermosura de Melibea:  "En dar poder a Natura que de tan perfecta hermosura te dotase,  y hacer de mí  inmérito tanta merced... y yo,  mixto,  me alegro con recelo del esquivo tormento que tu ausencia me ha de causar".
   Texto fronterizo, entre narrativo y teatral.  El siguiente es ya de una novela con todos sus predicamentos,  "Fray Gerundio de Campazas, alias Zotes",  del padre Francisco Isla.  Comienzo del capítulo  "De los disparates que aprendió en la escuela de Villaornate".  Prosa crítica y satírica donde las haya:  "El maestro de Villaornate éralo un cojo, el cual,  siendo de diez años,, se había quebrado una pierna por ir a coger un nido.  Había sido discípulo  en León de un maestro famoso,, que de un rasgo hacía una pájara, de otro un pabellón... y era fama que por lo  menos había salido tan primoroso garambainista como su mismo mmaestro". 
   Al cabo, el tercero corresponde a uno de los grandes narradores del siglo XX,  William  Faulkner.  Elegí   "!Absalón,  Absalón!" , por ser una de las mejores y, también, de las menos leídas:  "No habría aquella noche respiraciones profundas.  La ventana permanecía cerrada en lo alto del cuadro helado y vacío,  más alla del cual,  las ventanas del muro opuesto estaban ya oscuras, con dos o tres excepciones.  Pronto las campanas darían la medianoche, con notas melodiosas y tranquilas,  débiles y claras como un cristal en el aire fiero y tranquilo  ( había dejado de nevar )".
   Y llegadas que fueron las ocho de la tarde, salimos conversando animadamente, que de eso se trata, los textos como propiciadores de nuevas palabras compatidas.

ENÉSIMA REFLEXIÓN. CIUDADANOS DEL MUNDO

   Es lo que tienen las tentaciones.  Oscar Wilde afirmaba que fueron creadas para caer en ellas.  El caso es que la red, la nube y otras derivaciones constituyen fuerte tentación inevitable si, de principio, caes en probar la fruta del árbol prohibido para muchos y no sólo por razón de edad. 



   Me sucedió, tras mucha renuencia.   Jóvenes estudiantes me convencieron para que hiciera lo que siempre había realizado, tan sólo cambiando el aula de cuatro paredes por este medio completamente abierto al infinito.  Me producía vértigo y muchas dudas con respecto a los posibles  "alumnos" y sus capacidades y deseos.  La  Literatura no es un mundo de fácil acceso, salvo la posible vulgaridad del todo vale y bastan un bolígrafo y un folio para escribir un texto.  Caí en la tentación y nunca pensara en los efectos causados, debo reconocer que agradables y satisfactorios en su mayoría.
   Como poeta excelso,  Machado escribió en  "El dios ibero", a propósito del tiempo y su trascendencia humana

              !Qué importa un día!  Está el ayer alerto
              al mañana,  mañana al infinito.
              Hombres de España,  ni el pasado ha muerto,
              ni está el mañana  - ni el ayer - escrito.

   El tiempo y el espacio, las dos coordenadas que definen la vida humana y todas sus posibles circunstancias.  Nos afectan aquí y ahora, pues que llevamos mucho tiempo encontrándonos en lo que llaman virtual.  Y el espacio se dilata de manera insospechada.  Incluyendo lenguas romanas tradicionales,  otras de caracteres cirílicos y algunas extremoorientales de grafías cuasi dibujadas.  Mi ordenador las recibe con toda naturalidad, con inusitada rapidez y con dedicación digna de todo elogio
    Gentes de nuestro entorno (Europa y las Américas), Australia,  Japón,  China,  Vietnam,  Camboya... ¿Cómo es posible que en tan  "lueñes tierras" ( "Belarmino y Apolonio", magnífica novela)  haya personas que lean unos textos elegidos por mí para los de culturas similares,  y sean respondidos, aceptados y comentados por beneméritas personas de  "allende los mares" (Menéndez y Pelayo)?  Pues así sucede a diario: una nota crítica, una referencia de humor,  un poema...Los leen y contestan. Mi blog, muy visitado.  Mi messenger,  estallando cada hora.  Si no milagro,  algo de misterio sí que hay en el fenómeno.
   Amistad solicitada.  Nunca la niego, porque pienso que quien la solicita conoce mi perfil y sabe que aquí hablamos de libros, en tono medio, pero libros al fín. Por eso me sorprende que menestrales,  amas de casa buenas cocineras,  jóvenes negociantes de lo erótico,  autores de textos con faltas de ortografía,  personas que buscan conocer nuevos amigos,  fanáticos de lo religioso banal, propagandistas desaforados de su propia obra mediocre, y un largo etcétera, soliciten mi amistad. Todo es respetable y yo tengo una gran capacidad de aceptación, pero me gustaría que si no les gusta leer buenos libros,  tuvieran a bien no solicitarme amistad:  ni ellos ni yo perderíamos un tiempo precioso.
   Me importan los que sí.  Dicen estas informaciones que me siguen  116  personas.  Albricias.  Hay un grupo de medio centenar que siguen mis propios textos creativos con devoción y gozo.  Albricias.  El  Curso de Libros lo siguen y comentan (messenger a tope)  varios centenares de lectores,  la mayoría hispanoamericanos.  Albricias. 
   Todo esto es hermoso y me permite seguir haciendo lo de siempre:  dar clase fuera del aula tradicional,  enseñar a quiens algo desean saber, educar en comandita y siempre con diálogo,  considerando los libros como el gran vehículo de perfección personal y comprensión colectiva.
   En ello estamos,  amigos virtuales.  A todos mi agradecimiento y buenos deseos,  intensificados para los que no dejáis pasar un sólo texto.  La curiosidad es una gran virtud.  La sabiduría, en todos sus grados,  un extraordinario tesoro que vamos acrecentando con los días.  Y un pensamiento final:  la estética es la hermana gemela de la ética.

sábado, 26 de noviembre de 2016

MUERTE DE UN PROFESOR

      Se llamaba Estanislao Ramón Trives,  bondadoso por naturaleza, inteligente extremo, culto sin pedantería, profesor eminente, conversador amable, modesto y humilde con exageración.  Le gustaba llamarme Victorio   y Victorius.  Y fue mi compañero y amigo durante infinitos años.

   Esta mañana me llegó la noticia de su muerte y, no por esperada, ha dejado de trastornarme a lo profundo.    Descanse en paz.  Que Dios lo acoja en su seno, pues méritos más que suficientes fue atesorando durante toda su vida.
   Reniego de los obituarios al uso, de las plañideras ocasionales y de quienes ponen cara compungida ponderando méritos del ausente al final, sin haberlo hecho adecuadamente cuando vivía.
   Por eso lo recuerdo vivo, sonriente y siempre con una frase amable para los demás. Podría contar docenas de anécdotas aleccionadoras,  éticas,  divertidas y risueñas. Pero me voy a ceñir a unos puntos de contacto conmigo, cifrados en la trayectoria profesional.
   Los dos hicimos la carrera de Magisterio y realizamos la correspondiente Oposición muy jóvenes  (mientras estudiábamos Filología Románica), en la ciudad de Murcia.
   Ambos hicimos, también, la Oposición de Catedráticos de Bachillerato.  Él de Francés, yo de Literatura. Yo pedí la excedencia al día siguiente de tomar posesión de la Cátedra, porque andaba realizando el Doctorado, a la espera del casi imposible ingreso como Profesor en la Universidad. Algo similar hizo él, hasta que coincidimos en la Facultad de Letras.  La Lengua y la Literattura, desde entonces, mucho tuvieron que ver con los dos. Con el tiempo y  "pleno de méritos" ( Hölderlin ) él ganó la Cátedra de Lengua Española, yo la de Literatura Hispanoamericana.  Desde entonces hasta la jubilación burocrática.
   Porque debo decir algo importante, para que lo entiendan las jóvenes generaciones y los jóvenes gestores (!Horror de palabra a la Universidad aplicada!) de los claustros universitarios.  Un profesor no se jubila nunca.  Como un médico. Su vocación y profesión les imprime carácter.  Se es profesor hasta la muerte.  O no se fué nunca profesor.
  Que la sabiduría es un bien preciado, un valor escasísimo que siempre se debiera conservar con cuidado, incluso con mimo cuando la edad es avanzada.
El profesor Trives fue un sabio y buena prueba de ello la tienen los miles de alumnos que pasaron por sus aulas y la docenas de discípulos que dan testimonio vivo por el ancho mundo.
   Termino con una experiencia llena de riqueza. Yo formaba parte del Tribunal cuando él hacía su primera Oposición universitaria,  Profesor Adjunto de Lengua Española.  Aprobó con toda soltura y solvencia, como estaba previsto. Y se incorporó a nuestra Facultad de Letras.  Y desde entonces,  ambos a dos perennes en estas aulas hasta que nos llegó la hora de los senadores.
  "Pallida mors aequo pulsat pede pauperum tavernas regumque turres".  En el caso del profesor Trives, la suya era una torre colmada de valores intelectuales y morales, que toda la vida compartió  con cuantos desearon  "arrimarse a su cátedra" (Tores de Villarroel dixit en Salamanca).
   Mientras permanecimos ambos,  cultivé su amistad con toda la lealtad y nobleza de que soy capaz.  Ahora que nos ha dejado, con el mismo espíritu elevo una oración conmovida por su alma. AMEN.


jueves, 24 de noviembre de 2016

" COSAS VEREDES, BUEN CID, QUE FARÁN FABLAR LAS PIEDRAS "


   Cuando piensas que muy pocas cosas te han de sorprender tras tu ya larga existencia, siempre aparecen pequeñas sorpresas que, no por generalizadas, resultan menos llamativas.  Sobre todo cuando has trabajado más de medio siglo en una institución, la Universidad, que debiera ser la sede de toda educación (Platón y Luis vives, por ejemplo)  si no perfecta, sí al menos fuente nutricia del saber que  proyecta lo mejor y más exquisito del ser humano en potencia, en las aulas mejorado hasta donde la virtud colectiva e individual pudieren llegar, con las pertinentes ayudas que modelan la personal voluntad de perfección creciente.  

   Si todo esto no lo genera y cultiva el mundo universitario, ¿qué otro mundo podrá llevarlo a cabo con las mínimas garantías posibles? Claro que, descendiendo al valle de lo habitual diario, también tiene razón el conocido adagio no sólo religioso: "Si el prior juega a las cartas ¿qué hará la comunidad?
   Escribo ésto para indicar que toda mi vida académica se desarrolló en las aulas universitarias. Un curriculum de medio siglo largo, pues que ando cerca de cumplir los ochenta.  Pero siempre consideré que la tarea intramuros no estaba reñida con la externa, por lo que, entre otras muchas actividades en tal sentido, decidí hace cuarenta años colaborar con los medios de comunicación, décadas de mis artículos en La Verdad, a plena satisfacción de partes. Mucho hicimos en las aulas y mucho quisimos compartir con los mass media, para que llegaran las buenas nuevas al mayor número posible de ciudadanos y convecinos.
     Como pequeño dato ejemplar, la carta manuscrita de Antonio Arco, que reza:  " Victorino,  queremos publicar en Ababol unos poemas inéditos de José Hierro.  Lo dejamos en tus manos,  como en el caso de Benedetti.  Muchas gracias". (Febrero de 1.997).  Esta fué la realidad,  y el talante de relación,  durante muchos años.
   Llegó el momento de interrumpir la colaboración.  Me despedí cortés y los lectores no lo entendieron: los de Murcia, los de España y, sobre todo, los de Latinoamérica, gran legión por fortuna.  Les parecía torpe la decisión y bastante zafia en las formas.  Y así, a borbotones,  me comunicaron su deseo de llenar el periódico de protestas, algunas bastante airadas. Negocié con ellos prometiéndoles que haría llegar su postura a la dirección, insistiendo en la necesidad de artículos culturales de cierto nivel, que no todo van a ser crónicas de fútbol.  Se tranquilizaron y dejé pasar el tiempo, esperando la calma después de la tempestad.
   Ni por esas. Llegado el otoño han bloqueado mi blog y messenger, preguntando si cumplí mi promesa. Razón por la cual escribo este correo al Director del periódico, a la espera de su posible y, sin duda,  amable respuesta, para trasladarla a los antiguos y presentes lectores.
  La explicación es sencilla: hace tiempo que, informática mediante, escaneaba los artículos y los hacía llegar a todo el mundo. Pequeño dato: el blog ha superado las ochenta mil visitas, con más de diez mil comentarios. Buen archivo. 
    Desde la ´interruptio´ escrita, hago lo mismo por la red. Pero dada mi edad, ver el periódico y leer alguna de sus páginas sigue constituyendo un placer.  Me continúa gustando abrirlo por la mañana.
    Como la colaboración venía de muy atrás y no interfería con la jubilación obligada de las aulas, no la interrumpí.   Seguí escribiendo, con propuesta y acuerdo amable común de interrumpirla justo al final de este año.  De modo que, durante un curso, dedicaría los artículos a rememorar y reflexionar sobre los muchos y brillantes eventos que la Cátedra de Literatura Hispanoamericana llevó a cabo entre nosotros.  Para que fuera patente la colaboración mutua  entre el periódico y los equipos sucesivos de mi cátedra durante tantos años, pues ya el buen paño no se vende en el arca.  Recuerdos ambles, por otra parte, y mutuamente satisfactorios.
   Se interrumpió el plan de modo abrupto.  Y bien que lo siento, pues que era elegante y atractivo.  En todo caso, siempre tuve como norma de conducta evitar conflictos y no cerrar ninguna puerta.
   Y esta es a vuelapluma, y en apretada síntesis, la situación, que le transmito como director del periódico. A la espera de su amble respuesta, para hacerla llegar en corriente de ósmosis a los miles de lectores que, al parecer, gozaban leyendo los culturales artículos llenos siempre de libros.  Y de grandes escritores que a esta tierra vinieron sin pedir casi nada a cambio. Si acaso,  cómoda cama y bien cocinado  yantar, sin excesos.

sábado, 19 de noviembre de 2016

BREVE HISORIA DE MEDIANOCHE....UBI SUNT ?

   Se me desparrama un archivador de los tiempos viejos, cuando vivían y se solazaban aquellas damas de antaño que tantos  ´ regrets´   propiciaron.  Corrían los años ochenta del siglo pasado, tiempos en los que mucho trabajábamos y casi tanto nos divertíamos,  pues conscientes éramos de que estábamos construyendo una democracia,  superación feliz de la ominosa dictadura, aquella de los cuarenta siglos de oscuridad, sacrificio invalorado y studio que, a no pocos (entre ellos me cuento) nos liberó de casi todo lo negro y contribuyó a salvarnos la vida en el más hondo sentido de la expresión.

   Recojo los desperdigados papeles y encuentro un tarjetón color verde desvaído que me atrae.  Paro mientes y observo con atención.  Ängulo superior izquierda impreso en rojo carmesí,  el perfil de César Vallejo que Gargallo fundiera en bronce a maravilla.  En la peana de apoyo, grabadas dos letras mayúsculas,  A - E , con fondo blanco.  Todo muy premonitorio, pues entonces mis estudiantes leían con naturalidad  "Los heraldos negros"  y  "Trilce"  (si hoy pregunto al común de los matriculados en Filología Hispánica, reconocerían con dificultad ambos títulos, agobiados como están por responder a los postulados de Bolonia,  portfolio incluído).
   Ängulo superior derecha,  mi nombre y apellidos en letra inglesa, y debajo Director del Aula, letra mayúscula vertical palo seco.  Ängulo inferior izquierda, el marbete  "Aula de Escritores", en preciosa caligrafía dibujada.  Y ángulo inferior derecha,  "Universidad de Murcia",  también a palo seco.
    A la sazón dirigía yo, por imperativo del afecto, el Departamento de Literatura Española,  coordinaba los Cursos de Extensión Universitaria y explicaba Literatura Hispanoamericana por todos los poros.
   Habéis acertado.  Creamos intramuros un Aula tan importante y esperanzadora.  Y utilizamos el precioso Hemiciclo de la Letras como sede para las numerosas, siempre bien discutidas y, en ocasiones tumultuarias con raciocinio, lecturas y recitales de todos los que algo tenían que escribir.  
   Más de ciento cincuenta escritores pasaron por ella, siempre para bien de la humanidad inquieta y lectora. Como anécdota, diré que afortunadamente me acusaron de todo:  llevar a escritores de derechas,  invitar a escritores de izquierdas,  propiciar lecturan en "panocho",  mezclar hombres con mujeres, dar voz a los jóvenes alevines,  recibir a viejos inveterados (sic), y más etcéteras. Ni que decir tiene que ello me animaba y rejuvenecía.  Ladran,  luego cabalgamos ( traducción exagerada del  "Cogito,  ergo sum", como bien sabéis los que continuáis leyendo por placer).
       Con el correr del tiempo  ¿dónde quedó todo aquello?  "Un lanzón en cuyo hierro  /  se han orinado los años" ( Unamuno - Menéndez Pidal en el recuerdo). Yo lo tengo todo en el Archivo de que os hablo.  Y no me quejo de semejantes desapariciones, que cada generación aporta los habitáculos y filosofías y literaturas que mejor cuadran con sus medidas.
    Recuerdo, sin embardo, uno de los  "topoi" que cuando entonces daban mucho juego para la historia no sólo literaria,  el  "Ubi sunt" tradicional, que hoy suelen ignorar los estudiantes porque nadie se ha ocupado de hacerles estudiar latín.  En el pecado ( vagancia )  llevan la penitencia (ignorancia).
   Y sin embargo, yo tengo una  "esperancia" que debe cumplirse:  cuando haya pasado el diluvio universal de la mediocridad, alguien en alguna isla explicará a unos cuántos náufragos el significado feliz de una feliz palabra: SABIDURÏA.  Y todo volverá a recomenzar, como en el "Cementerio marino" del gran poeta francés (adrede oculto su nombre, para que lo busquéis, un pequeño esfuerzo compensador).

CURSO DE LIBROS. CRÓNICA DEL JUEVES ( 9 )

   Cada semana me place más ofrecer esta crónica, por lo que supone de la realidad que vivimos los jueves en presencia, tardes magníficas de explicacions múltiples y aprendizaje mútuo, conversación mediante porque nunca olvidamos que Sócrates  instauró el mejor método hace milenios.  Y ello nos congratula pues que,  mutatis mutandi,  con toda modestia intentamos una réplica en estos tiempos no fáciles para la lírica y otras virtudes adventicias.

   Comenzamos con el texto entre teórico y doctrinal, que siempre viene bien para abrir y seguir roturanto estos caminos y territorios,  cargados de racional crítica y emocional acercamiento.  Aquí lo tenéis:


     "A estas alturas ya sabemos lo que es la palabra en su dimensión científica.  Cualquier diccionario establece que  ´´´ expresión´   significa manifestar ideas y sentimientos a través de un medio material  --en nuestro caso, la lengua--  con intención de conmover, extremo que la diferencia de la simple  ´´ comunicación´.   La belleza es, por principio,  indefinible a fuer de subjetiva.  Habrá que recurrir a los distintos conceptos del mundo que se han sucedido en la historia filosófica,  para que cada uno de ellos ofrezca su propia definición según los p`rincipios en que se base.  

     Santo Tomás, por ejemplo, definió: "Id cuius ipsa apprehensio placet".  Es decir,  la belleza produce un placer desinteresado y espiritual,  superación de lo agradable, que es lo peculiar del placer sensible.  La belleza se dirige al sentimiento y a la fantasía.
   Existe una belleza natural, ofrecida por la Naturaleza sin intervención del hombre.   Y una belleza artística, creada por él.
   Desde Platón, el pensamiento idealista es el que mejor se ha ocupado de la belleza, cuyo concepto más admirable sería el de Kant: armonía entre la inteligencia y la imaginación.  Aplicando este concepto al arte literario,  Hegel considera que   "es la materialización de la idea en imágenes plásticas".
   En todo caso, está generalmente admitido que la armonía es el elemento esencial de la belleza literaria.  Y su finalidad,  el despertar de la emoción estética,  cristalizada plenamente en las grandes obras,  cuya importancia radica en que la emoción gana en intensidad con el tiempo,  mientras que el placer producido por las mediocres se extingue pronto".


   Después les leí tres textos breves, si que extraordinarios, por mor de la extensión y su posible ayuda para establecer géneros en prosa.  El primero es el comienzo del  "Lazarillo de Tormes",  donde el prtagonista recibe el nombre, alude a sus padres, calificándolos, se produce el parto y establece la relación de la aceña y el río.
   El segundo corresponde al  Quijote.  El narrador afronta el retrato del protagonista con intento de que los lectores aprendan y disciernan. Se dirige a ellos directamente:  "Es, pues,  de saber que este sobredicho hidalgo...".  Fórmula tipicamente narrativa.  Y el tercero, muy problemático a la hora de entender y ubicar, lo extraigo de la gran novela  "Los hermanos Karamazov"  (Dostoievski),  punto cenital en que aparece el oso con su amenaza, lo que permite al narrador interno, el padre Zósima, establecer relación entre Dios y la Naturaleza, para terminar con invocación y jaculatoria de compromiso humano: "!Dios bendiga a la juventud!. !Señor, envía la luz y la paz a tu pueblo!".
   El coloquio pemitió algunas precisiones,  ejemplos y distingos.  Y con ello despedimos la tarde literaria del jueves, con la observación virgiliana  "cadunt altis de montibus umbrae".  Los montes de la Fuensanta, claro.

lunes, 14 de noviembre de 2016

UNA " MEMORIA " ENTRAÑABLE

   Revisando el  Archivo interminable, la encuentro casi como el arpa de Bécquer,  "silenciosa y cubierta de polvo, / de su dueño tal vez olvidada".  Sin tal vez en esta caso, la tenía completamente olvidada.

   Es la  "Memoria"  que, cuando entonces, preparábamos los aspirantes a Cátedras de Instituto, para el último y quinto ejercicio de la oposición.  Título,  "Concepto y método de la disciplina de Lengua y Literatura Españolas".  El tribunal las había leído, pedían al candidato una explicación somera y abrían con él un coloquio que, en cierta medida, recordaba los interrogatorios de la Inquisición.  Había demasiado en juego y los aspirantes eran muchos bien preparados,  y la mies poca.  Las Cátedras se convocaban con cuentagotas, tales eran las carencias que sufríamos, no sólo en la Enseñanza.
    Son trescientas páginas encuadernadas en papel tela de indefinible color rojo vino Burdeos.  Escrita a máquina olivetti mecánica, copias con papel carbón de la época donde todavía se utilizaba el papel de estraza.  Conservo la segunda copia, con los perfiles de las letras  difuminados, si que de lectura bastante asequible. Dato curioso y entrañable: la copia definitiva la hizo mi padre, ese  maestro extraordinario del que tantas veces me oís hablar y escribir.  Yo redactaba los capítulos manuscritos, se los enviaba por correo a Hellín  (Albacete) y él los mecanografiaba con dos dedos de cada mano.  Al cabo, los llevaría a encuadernar y, tres volúmenes flamantes, me los haría llegar comme il faut.
   Las oposiciones incluían cinco ejercicios, escritos, orales y prácticos de comentarios de texto, tres en total: texto medieval,  texto del Siglo de Oro y texto moderno (prosa y verso al retortero. En mi caso ( 1.966 ), veinticinco plazas y más de tres mil solicitantes, ya os imagináis la competencia y dificultades múltiples.
   Nos presentamos cinco de Murcia.  Tres, gloriosamente suspendidos en el primer ejercicio, la gran criba:  escrito sobre dos temas insaculados de entre los 125 del programa común.  Los tribunales hilaban muy fino.  Unico para cada asignatura y todo el país, con sede en Madrid naturalmente.  Para los dos que aprobamos, el resto fue un paseo militar.
   Si no recuerdo mal, el número 5 para mí,  el  9  para mi compañero y amigo Antonio García Berrio.  Ambos, con el tiempo, alcanzamos Cátedra en la universidad.  Ël,  Gramática General y Crítica Literaria;  yo,  Literatura Hispanoamericana.
   Y una pequeña anécdota para disentir cordialmente de nuestro gran Jorge Manrique.  Presidía el tribunal el profesor Baquero Goyanes, uno de mis tres buenos maestros en la universidad, junto al otro (cuyo nombre oculto por caridad y porque ya está juzgado de Dios hace años) también catedrático.  Sucedió que ambos compitieron,  en su día,  por lograr la cátedra, ganó Baquero y el otro quedó enfadado (eufemismo comprensivo). 
   Pues bien,  el profesor Baquero sufrió una nefritis en el primer ejercicio y hubo de abandonar el tribunal, que pasó a presidir el otro.  Final previsible: sólo cinco aprobamos todos los ejercicios por unanimidad. Otros cuatro recibieron mayoría en un ejercicio. ¿Entendéis ahora por qué yo obtuve el número  5  y mi compañero el  9 , sin más explicaciones?  La condición humana.
   Vuelvo al texto metodológico. Sin duda, lo más original fué la Biblioteca que incorporé para lectura de los estudiantes.  Me costó tiempo y trabajo su organización: recuérdese que había alumnos de primer curso ( diez años de edad ) en escala hasta el curso preuniversitario ( dieciocho años ). Debo reconocer que fue muy valorado este aspecto por el tribunal en su conjunto. Porque medio siglo después, sigo pensando lo mismo: sólo sabrá lo que es Literatura quien haya leído mucho y bien.  Y los diez años es una buena edad para comenzar a leer libros hermosos.
    Al cabo,  la magdalena de Proust me ha permitido este pequeño y entrañable viaje de la memoria,  a la búsqueda del tiempo nunca perdido.

sábado, 12 de noviembre de 2016

CURSO DE LIBROS. CRÓNICA DEL JUEVES ( 8 )

   La tarde comenzó bien, aunque decirlo sea un pleonasmo, pues que todas comienzan bien.  Y lo que es mejor, terminan a la altura de las circunstancias.  En todo caso, lo afirmo una vez más: me encuentro muy a gusto con estos alumnos interesados, para quienes la Literatura supone algo importante.
   Al inicio, alguna pequeña anécdota significativa, determinados comentarios con cierto humor relajante.  Y de inmediato, el texto teórico, que así reza:


  "Habría que definir con precisión los conceptos de Belleza,  Expresión y Palabra, para saber cómo se configura y en qué se concreta la obra de arte literaria, sobre todo ahora que incorporamos la prosa narrativa como referencia y análisis.
   Para filósofos y teóricos de estética, la belleza literaria sólo puede expresarse a través de la poesía, por lo que la literatura es algo distinto, complementario y no creacional (según B. Croce).  A su vez, Alfonso Reyes habla de ´ ´literatura en pureza y literaturaancilar´,  reservando para la primera las artísticas capacidades  creadoras de belleza;  mientras que la segunda, sin dejar de ser literatura, lo sería de orden menor.  La opinión de T. S.  Eliot también resulta interesante, con respecto a las Humanidades y a lo que él define como ´´ ´hombre de letras´´   incidiendo en las ideas de literatura clásica y preceptiva literaria.
   Por extensión, también se llama Literatura al conjunto de obras escritas a través del tiempo,  ´´ historia literaria´,  y a los estudios y análisis que ha suscitado,  ´´ crítica literaria´,  para entendernos mejor".


     Y comenzó la explicación con el consiguiente coloquio.  Les cité la novela  "Teágenes y Clariclea", quizá el más remoto testimonio de narrativa en occidente, ubicada en los griegos.  A su propósito,  insistimos en los romanos, que llevan a sus más altas cotas la prosa doctrinal,  muy tangencialmente relacionada con la narrativa.  Para llegar a la Edad Media y el Renacimiento.

   Aquí, cinco puntos de referencia y lectura.  El Infante don Juan Manuel, con  "El conde Lucanor"  o  "Libro de Patronio"  (no confundir con Petronio, el  ´´ arbiter elegantiarum´,  que también tiene que ver algo con la narrativa, aunque mucho más  Apuleyo, con su hilarante y crítico  "Asno de oro", aunque poco más.
   Luego los preclaros nombres de Bocaccio y su paradigmático "Decamerón", quizá la colección de cuentos más leída y que inicia una tradición ya imparable.  Y Chaucer, menos conocido, pero cuyos  "Cuentos de Canterbury"  repiten el mismo esquema, sobre la base de unos jóvenes reunidos, una peregrinación que les permite las narraciones individuales y colectivas.
   Al cabo, dos mujeres destacadas, no por ser mujeres, sino por su valor literario en este caso.  Nuestra María de Zayas y sus novelas cortas (concordantes con las estupendas  "Novelas ejemplares"  cervantinas),  y Margarita de Navarra, que escribió un original y llamativo  "Heptamerón".
   A estos efectos, el Neoclasicismo pasa sin pena ni gloria.  Y llegamos a la gran explosión del siglo XIX  (Romanticismo,  Realismo  y Naturalismo), donde todo se asienta y ramifica: el Cuento y la Novela adquieren carta de naturaleza definitiva, con presencia de muchos y grandes autores.
   Por último, les cité los tres grandes de nuestra lengua, ya en tiempos modernos:  Borges,  Cortázar  y ,  sobre todo,  Juan Rulfo, el mexicano que con una sóla novela y una breve colección de cuentos,  llevó la narrativa y sus dos grandes géneros a elevación dificilmente superable.  "Pedro Páramo"  y  "El llano en llamas".
   Recomendación de lectura que les dejé, y os dejo, para llenar el tiempo de manera satisfactoria y placentera.
   

domingo, 6 de noviembre de 2016

LAS MUJERES TOMAN EL PODER...LITERARIO (ESO DICEN POR DOQUIER)

  Cada vez me molesta más el sesgo que, ya bastantes años,  va tomando la Literatura, incluso la Poesía. Y es que Machado tenía razón :  "!Qué difícil es,  /  cuando todo baja, / no bajar también!".
   Dos criterios entre otros mil del mismo modo degradantes:

1.-  La Literatura se ha convertido en un negocio puro y duro.

2.-  Las mujeres se dejan arrastrar por los modelos masculinos.



   Al menos, eso reflejan crecientemente los medios de comunicación, cada día más ramplones, pacatos y, si se me apura, analfabetos funcionales, pues que los directores suelen enviar a Cultura a los periodistas peor preparados, cuando no a los exquisitos y doctos en erudición, que suelen confundir el innombrable con las cuatro témporas, escribiendo aljamiado para presuntos especialistas e inciados, por lo general tan cursis y cejijuntos como ellos.

   Sociedad chata, poco trabajadora, apenas esforzada en leer libros que merezcan la pena porque exigen pensamiento, sentimiento a lo hondo y preparación.  Los escritores actuales no son excepción.
    Los medios de comunicaci´on, mucho menos.  Entre todos han llegado a un consenso (!cuánto daño naciendo de la política doméstica que nos abruma!) para potenciar y cumplir el axioma devastador de Lope de Vega

    "El vulgo es necio y, pues lo paga, es justo
     hablarle en necio para darle gusto".

Todos de acuerdo y a vivir, que son dos días.  Y la mitad noches, cabría añadir.  Pues no.  !Abrenuncio!,  como alguien decía en el evo. 

   Hombres y mujeres, en estos planos,  todos iguales y determinados por el talento individual y su capacidad de perfeccionarlo con el tiempo y el trabajo.  Me niego a este feminismo descafeinado, y al otro de oposiciones frontales,  y al paternalismo de muchos varones que se van perdiendo por el camino,  y al de los tontos y cobardes que consideran lo lamelibranquio al mundo femenino como un progreso.  Y, en definitiva,  al maniqueísmo que continúa matando la hermosa creatividad del ser humano  (mujer, con sus atributos;  hombre, con los suyos), creatividad siempre menesterosa, por obvias razones,  y por lo mismo necesitada de ayuda para crecer mejor.  
   Yo soy hombre y puedo escribir como una mujer, pero menos: la necesito para que me aporte lo suyo distinto de lo mio.  Ella es mujer y puede escribir como yo, pero menos: necesita de mis aportaciones para crecer en perfección.
   Lo demás,  "verdura de las eras"  (¿quién escribió la sentencia?).  Y para todos estos mentecatos, una recomendación: recuerden el mito de los  andróginos), y su insolencia pre y postnatal,  y los disgustos que proporcionaban al pobre (evangélico)  Zeus.  Y la solución que adoptó el jefe supremo del Olimpo. 
   Y aprendan todos un poco,  que redundará en beneficio de la República,  tanto como decir en pro de este ser humano  "arrojado en el mundo,  entre las cosas" (tiene razón el moderno filósofo oscuro, heredero directo de Heráclito a través de los siglos).
   Y para terminar hoy, un pareado de Garcilaso:  "En el silencio sólo se escuchaba, /  un susurro de abejas que sonaba".

sábado, 5 de noviembre de 2016

CURSO DE LIBROS. CRÓNICA DEL JUEVES ( 7 )

   Habíamos terminado con la Poesía y sus fundamentos métricos, conducentes a la música hermanada con la imagen.  Cuestiones técnicas a manera de base para entender mejor el fenómeno poético y gozarlo con placer creciente, recordando que el placer intelectual potencia el de los sentidos, comunmente llamado emoción.

  El octosílabo y sus cuatro únicas variantes en castellano. El endecasílado y las cinco variantes más comunes y conocidas.  Y el recuerdo de un soneto en tanto que culminación de la lírica.
   Nos aguardaba, pues, la prosa literaria. Les ofrecí una sucinta historia, desde los orígenes tardíos con respecto a la versificación, como no podía ser menos y que se manifiesta en los orígenes de cualquier Literatura, en toda lengua y otras circunstancias.
   Algo de insistencia en que la prosa doctrinal se adelanta en el tiempo, entendiendo doctrina como toda forma de comunicación con predominio del pensamiento racional y todas sus variantes, abarcadoras de lo que suele llamarse Ciencias y Letras, división forzada si que muy útil a efectos metodológicos y de orden que facilita el estudio,  lo que es tanto como decir el entendimiento y aprehensión del universo entorno, centrado casi en exclusiva en la percepción de lo material y corpóreo capaz de impresionar los sentidos,  a tenor de la fórmula aristotélica: "Nihil est in intelectu quod prius non fuerit in sensu".  Los sentidos tradicionales, capitaneados por la vista, como únicos y necesarios caminos para llegar a las ideas.  
   Fundamento filosófico, pero también creador,  incorporanto las sensaciones, según vaya transcurriendo el tiempo histórico, personal y colectivo.
   Así las cosas, llega un momento en que el hombre se siente inquieto, advierte que no todo se reduce a las ideas y el razonamiento lógico.  Entonces incorpora la imaginación y construye mundos extracorpóreos, paralelos a los del razonamiento, no basados en percepciones sensibles, pero igualmente reales con una modificación esencial: el mundo de las sensaciones, producto de la sensibilidad magmática y casi preternatural, que acabará desembocando en la sensibilidad despierta y organizada, capaz de captar lo profundo del universo y manifestarse dispuesta para, sin marginar el mundo de las ideas, levantar el formidable y casi infinito universo de la creación artística basada, también, en la palabra con todas las virtualidades posibles, cuyos logros dependerán del talento individual de los creadores y el evolucionado caldo de cultivo en el que nazcan y trabajen. 
   El individuo y su ´elan vital´   actuando desde la historia y cara al futuro, impulsando cambios permanentes que añadir a lo ya conseguido.
   Y es entonces cuando advierte que, también y sobre todo en la prosa, se halla un depósito creativo de inacabable y versátil belleza.  El tiempo histórico y el tiempo personal, el devenir objetivo que controla el reloj ,  y el tiempo de la sincronía ideosentimental que el narrador podrá controlar y manifestar a su albedrío, sobre la base de la libertad expresiva, que utilizará como el punto de apoyo y la palanca de Aristóteles,  para mover y cambiar no inutilmente el mundo.
   Ha descubierto la expresión en la prosa, sin promover disputa con la poesía, sino añadiéndole timbres y valores armonizados.  Miel sobre hojuelas, pues que la miel y las hojuelas son importantes aisladas, pero mucho más si se manifiestan en armonizada simbiosis.
   Prosa narrativa y su posible clasificación.  Por el momento nos hemos atenido a lo meramente cuantitativo.  Dicho en román paladino, la cantidad de folios que define una narración. Cuatro posibilidades en este sentido, teniendo en cuenta lo reglado del cuento en el siglo XIX  (perfección académica)  y el cuento moderno donde, si no una almoneda en completo desorden, sí cabe hablar de libertad absoluta para el autor: inflorescencia total para el género
    1.-  El Cuento

    2.-  El Relato Breve
    3.-  La Novela Corta
    4.-  La Novela
Les he recordado el cuento medieval,  las  ´novelas´ renacentistas,  los muchos autores del siglo XIX,  Jorge Luis Borges,  Julio Cortázar y Juan Rulfo,  y así.  Con las tres referencias de obligada visita: "El libro de Patronio",  "El Decamerón"  y  "Los cuentos de Canterbury".
   Para terminar, un colofón brillante. El cuento más breve que jamás se haya escrito en lengua castellana, debido a la  "bien cortada péñola" de Augusto Monterroso, siempre con  Cervantes al fondo.  Dice así: "Cuando despertó, el dinosaurio aún estaba allí".