domingo, 27 de noviembre de 2016

CURSO DE LIBROS. CRÓNICA DEL JUEVES. ( 10 )

     Los jueves de los libros.  Excelente ocasión para llenar la tarde con alegría, que si los libros no provocan el gozo,  poco cabe esperar de ellos,  mejor saludarlos a distancia,  como gustaba decir Ernesto Sábato.
   Comenzamos con un pequeño coloquio,  esclarecedor siempre.  Me preguntaron si pensaba escribir mis  "Memorias"  y qué título les pondría.  Tentación de fácil y agradable caída.
   Les dije que aún tenía el títuo por definir, les conté el ejemplo de García Máquez y me extendí un poco a propósio de la escasa presencia de Memorias en España,  frente a países como Inglaterra,  Francia o Alemania, donde suele ser habitual y abundante.  Insistí en que nuestro país, individual y colectivamente, arrastra un complejo de campanario desde el siglo XVII, en que un gran escritor pudo escribir del rey: "Eres grande,  Felipe,  a la manera de los hoyos.  Más grande cuanta más tierra te quitan".  Somos temerosos y recelosos,  arrastramos un excesivo sentido de la propia estimación y aparecemos inseguros,  muy pendientes del qu´é dirán.  La inhibición, pues, está asegurada.  De ahí la escasa presencia de Memorias,  campo casi exclusivo de los políticos, que las utilizan para contar  sus presuntos éxitos, sin contextualizarlos ni ahondar en todo lo concerniente... Las estoy escribiendo con todo incorporado, de modo que no las publicaré ahora, las dejaré a mis herederos.
   Enseguida pasamos al texto teórico, enlazando con los jueves anteriores, que transcribo:

   "Al final cabe establecer distinción entre poesía y literatura.  Las dos tienen el mismo instrumento expresivo, la palabra,  a la que dan tratamiento artístico.  En otras épocas, la distinción era clara y formal:  literatura se identificaba con prosa,  y poesía con verso.  Modernamente no puede admitirse.  Libros como  "Platero y yo"  desmienten el concepto tradicional de prosa,  su lenguaje es esencialmente poético, de dónde el calificativo de prosa poética  o  poemas en prosa.  Por otra parte,  el sector histórico de la llamada poesía social, por ejemplo,  ha dado pie para hablar de poesía prosaica.
   La distinción, entonces, se establece en orden  al binomio  amplitud--intensidad  del concepto,, restringido para la poesía,  mucho más extenso para la literatura.  Y a la inversa,  en cuanto se refiere a intensidad.
   En suma,  poesía es la culminación del fenómeno literario,  la forma  más puramente estética del arte de la palabra".

   Leímos los textos creativos en prosa.  El primero extraído de  "La Celestina",  justo en el momento de narrar Calisto la hermosura de Melibea:  "En dar poder a Natura que de tan perfecta hermosura te dotase,  y hacer de mí  inmérito tanta merced... y yo,  mixto,  me alegro con recelo del esquivo tormento que tu ausencia me ha de causar".
   Texto fronterizo, entre narrativo y teatral.  El siguiente es ya de una novela con todos sus predicamentos,  "Fray Gerundio de Campazas, alias Zotes",  del padre Francisco Isla.  Comienzo del capítulo  "De los disparates que aprendió en la escuela de Villaornate".  Prosa crítica y satírica donde las haya:  "El maestro de Villaornate éralo un cojo, el cual,  siendo de diez años,, se había quebrado una pierna por ir a coger un nido.  Había sido discípulo  en León de un maestro famoso,, que de un rasgo hacía una pájara, de otro un pabellón... y era fama que por lo  menos había salido tan primoroso garambainista como su mismo mmaestro". 
   Al cabo, el tercero corresponde a uno de los grandes narradores del siglo XX,  William  Faulkner.  Elegí   "!Absalón,  Absalón!" , por ser una de las mejores y, también, de las menos leídas:  "No habría aquella noche respiraciones profundas.  La ventana permanecía cerrada en lo alto del cuadro helado y vacío,  más alla del cual,  las ventanas del muro opuesto estaban ya oscuras, con dos o tres excepciones.  Pronto las campanas darían la medianoche, con notas melodiosas y tranquilas,  débiles y claras como un cristal en el aire fiero y tranquilo  ( había dejado de nevar )".
   Y llegadas que fueron las ocho de la tarde, salimos conversando animadamente, que de eso se trata, los textos como propiciadores de nuevas palabras compatidas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario