miércoles, 29 de octubre de 2014

El vulgo es necio

  Quizá sea oportuno recordar las palabras de Lope de Vega en tiempo actual, tan cercano al suyo en disensiones, enfados y luchas profesionales, agudos estiletes de  literatos contra literatos, desconfianza generalizada, social, política y económica, con amistad  fingida y afectos ausentes. Una especie de lucha por la vida mucho más selvática que barojiana. Y con la corrupción galopante al fondo, las arcas del Estado saqueadas y la perversión moral campando por sus respetos.
   En otro lugar he vertido recetas y opiniones, comprensivas y drásticas, para luchar contra tanto fraude y vilipendio de todos los valores que debieran ser permanentes e intocables. Dijo un ruso:"Para alguien que ha leído a Dickens le resulta más difícil disparar sobre su semejante". Según y conforme. Ahora me importa el vulgo y su responsabilidad. Los ladrones deben devolver lo robado y recibir el castigo legal pertinente, amés de pedir perdón y avergonzarse para los restos, sobre todo pensando en sus hijos. Está bien que denunciemos. Está bien que votemos siempre a los mismos "porque son los nuestros". Y ahí comienza la corrupción, consentida y aspirada, con una pregunta inquietante: ¿cuántos harían lo mismo si la ocasión se presentara, a tenor de lo dicho y hecho?
  La ironía feroz de Lope ahora se toma en serio, pues somos así de infradesarrollados y presuntuosos. Al vulgo le hablan en necio por ser justo y correspondiente. El vulgo lo acepta esperando que otros ( a veces el diable) le resuelvan los problemas. Y para ello, ni piensa, ni lee, ni estudia, ni trabaja. Que también lo dijo Shakespeare a través de Julio Cesar:"Casio mucho, es peligroso".

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