lunes, 1 de octubre de 2018

HABLAMOS AL ATARDECER

LA  HISTORIA  CONTINÚA  GIRANDO SUS  EJES

  Nuevo eslabón ,  Carmen ,  en la cadena del tiempo que para nosotros transcurría ,  sin prisas ya ,  pero también sin pausas ,  pues que todo detenimiento suele incurrir en franco retroceso .

   Ayer nos quedamos en Santa Marina .
   Día  18 de julio ,  de infausto recuerdo , ciertamente ,  porque  "celebrábamos"  la fecha del Alzamiento Nacional Libertador .  Hay que tener redaños . Una de las peores guerras civiles ,  que la jerarquía ecclesiástica denominó Cruzada de Liberación .  Mejor corro un tupido velo y no insisto .
   El caso es que en Duruelo celebrabamos a la santa ,  ahora sí ,  con una estupenda romería ,  que comenzaba a las siete de la mañana y terminaba con el obligado baile en la plaza del pueblo .  Y todo ésto también lo viviste tú con regocijo ,  incluso entusiasmo .
   A las nueve de la mañana ,  Misa Mayor ,  generalmente la de Perossi ,  que incluso los niños conocían de memoria .  Cantada en latín ,  por supuesto ,
que propiciaba una mejor religiosidad .
   A eso de las once ,  todo el mundo se disponía para el camino .  Primero los heraldos religiosos y los seglares ,
con los estandartes y pendones oportunos .  Debo decir que ,  desde que llegó la democracia ,  se incorporó el morado Pendón de Castilla ,  con el recuerdo de los Comuneros muy vivo .
   Dos o tres tortuosas calles hasta enfilar el camino de la ermita ,  entre prados recién segados y bajo los copudos pinos por doquier .  Luego venían las mujeres ,  incluídas algunas  "manolas" con sus mantillas y peinetas ,  muy puestas en su papel ,  serias y cantando .  A continuación   los hombres , rompiendo filas y un poco atolondrados .  Finalmente ,  la alcaldesa y el sacerdote que presidía .
  Recuerda ,  Carmen ,  que la alcaldesa (tu gran amiga Tere ) ,  te invitaba a que la acompañaras ,  ella con su bastón de mando y tú con un bolsito distractivo apto para la solemne ocasión ,  las dos ataviadas con vuestras mejores galas . La primera vez te pusiste bastante nerviosa por la expectación ,  lo que nos divirtió muchísimo a mí y a mis amigos de la niñez ,  ahora compinches de cuadrilla .
   Llegados que éramos al inmenso prado de la ermita ,  nueva misa en honor de la Santa .  Y el resto de la mañana ,  bailes y diversiones del caso ,  bastante rural todo ,  muy atractivo y estimulante .  
   Los niños correteando ,  mozos y mozas buscando el abrigo de algunos pinos discretos ,  los mozos viejos en grupos mirando a las mozas que se escapaban a su cortejo ,  las comadres vigilantes y chismosas ,  los tres o cuatro puestecillos de chucherías y algún helado .  Y unos minúsculos caballitos del tiovivo ,  que me recordaban el precioso texto de Baroja .
   A mediodía ,  el solaz ,  comida oficial de autoridades e invitados de prestigio .  En alguna ocasión ,  tú sentada junto al señor obispo . La sobremesa se prolongaba hasta bien entrada la tarde ,  justo cuando empezaba un cierto desmadre controlado ,  cerca del tonel de vino que el ayuntamiento regalaba a todo el que se sintiera bebedor festivo.
   Para no llegar al pueblo de noche ,  el alguacil tocaba su trompeta de regreso ,  algo parecido a la ida ,  pero más cansados y menos expectantes .  Por fín , se colocaba a la Santa en su pequeño camarín .
   Las mujeres marchaban a casa para acicalarse ,  pues les esperaba el baile de cierre ,  sobre todo después de la cena .  Por finidades selectivas ,  se sentaban en los veladores de La Sociedad y ,  entre baile y baile ,  eran servidas por los hombre ,  costumbre y tradición que jamás se rompía .
   Y podían ser las dos de la madrugada cuando los pequeños grupos de amigos ,  por cuadrillas ,  se juntaban en el habitáculo  ad hoc , para continuar hablando hasta que el cuerpo aguantara .  Es de justicia reconocer que nuestro grupo era de los últimos en visitar a Morfeo .
   De regreso a casa ,  ya los dos solos frente a las primeras luces del alba ,  tu comentario solía ser de este tenor :"! Qué bien me lo he pasado .  ¿ Y  tú ? "


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