martes, 9 de octubre de 2018

CRONICAS DEL ALBA ( 6 )

UNA  DÉCADA  PRODIGIOSA 

   Quizá debiera decir extraordinaria y rebajar un tanto el diapasón .  Pero la verdad es que nos ocurrieron algunos prodigios personales y familiares dignos de recordación ,  Carmen .
   La década de los años setenta .  Crecíamos en edad ,  sabiduría y gobierno .  Década de los treinta años ,  tú estabas esplendorosa ,  yo transitaba la edad clave de la fortaleza y la resistencia ,  los dos con la salud a tope .  ¿Qué más podíamos pedir en ete sentido ?
   Lo siguiente ,  la profesión .  Fuimos logrando varias cátedras y otras titulaciones aledañas ,  que nos aseguraban el trabajo y sus compensaciones hasta la previsible jubilación siglos después ,  como así aconteció para bien de todos los implicados .
   A tí te adjudicaron definitiva la plaza en Orihuela ,  Instituto Gabriel Miró ,  de especiales resonancias .  Madrugabas mucho porque tenías que conducir ,  ya que vivíamos en Murcia ,  media hora de carretera antigua hasta que desembocabas en el túnel ante la hermosa vista del palmeral .  Buen trabajo de matemáticas ,  física y química ,  incluso fuiste jefa de estudios ,  tenías tiempo para todo y todo lo atendías bien .  Como recuerdo imperecedero ,  el de tantos alumnos buenos y consecuentes .  
   También los profesores ,  entre los cuales acertaste a encontrar muy buenos amigos .  Al cabo y ausente ya tú del centro,  constituisteis la Asociación de Profesores del Instituto ,  que permanece viva y a cuya última comida de hermandad asistimos allá por Semana Santa .
   Ocho años después pudiste trasladarte a Espinardo ,  justo al lado de Murcia ,  donde has permanecido hasta la jubilación ,  incluyendo la etapa de catorce años de Directora , realizando una encomiable labor educativa ,  sobre todo en lo referente a los alumnos de un barrio  maldito por la droga y otros menesteres nada recomendables .  No pocas veces ,  en casa ,  cogí el teléfono para escuchar : " Buenas noches ,  soy el sargento de la guardia civil ,  ¿está la señora directora del instituto ? " .
   Encomiable tarea la tuya y la de tu equipo .
   Por mi parte ,  todo se había definido y estabilizado .  Ya seguro y fijo en la universidad ,  todo era cuestión de tiempo .  Las clases por la mañana ,  la investigación según temas y programas ,  lo normal y adecuado a las circunstancias ,  aunque me quedaba lo más importante y problemático .
   Para entonces éramos pobres e inmovilistas en la educación universitaria .  La institución parecía un paquidermo ensimismado ,  aherrojado convenientemente durante muchos años bajo una ideología que incluía odio al saber libre ,  también temor a que grandes masas de estudiantes descubrieran que había otra manera de recibir y proyectar el saber .
   Durante los últimos años de la dictadura todo se relajó bastante .  Y aún así ,  las raíces eran muy profundas ,  de modo que al avanzar la década casi todo se redujo a protestas a la baja ,  nunca exigiendo ampliación de horizontes y elevación de miras ,  que incluía mayor y mejor y mucho más riguroso trabajo.  Se intentó copiar el  mayo francés del  68 ,  muy a la española ,  gritando mucho y trabajando poco .  La casi única fórmula parisina que prevalecía fue  " lo queremos todo y lo queremos ya " ,  bajo una foto en la que un estudiante amenazaba con el índice a un gendarme .
   Así nos fué y así nos ha ido yendo hasta alcanzar esta universidad mediocre del dibujito ,  la imagen y los aparatos elctrónicos .  Pero esta es otra historia .
   El caso es que había que cambiar algunas cosas y a ello apliqué mi modesta colaboración ,  basada en sólidos principios pedagógicos larga y tenazmente aprendidos y asimilados .
   Comencé por revolucionar mis aulas ,  con grave escándalo de compañeros y bastantes alumnos aletargados .  No me importó lo más mínimo .  Había que abrir puertas y ventanas y yo lo hice con las de mi despacho .

   " El que no lea ,  nunca sabrá literatura ."

Esa fué la fórmula de compromiso inicial .  Lo demás habría de darse por añadidura ,  evangélicamente .

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