sábado, 25 de marzo de 2023

A R S LONGA ( 18 )

TRANSPASANDO PIRINEOS,  DE POITIERS A  LA  SORBONA



Reconozco haber sido afrancesado cultural toda mi vida ,  desde lo lejanos años de bachillerato ,  en los que tuve un magníco profesor galo que me hizo leer todo lo habido y por haber escrito en la lengua de Montaigne o de Moliere o de Victor Hugo  o de Balzac y  Flaubert y  Proust .

Por eso no es de extrañar que mis primeras salidas al exterior precisamente lo fueran al país de los irreductibles galos ,  la Ciudad de la Luz o las extensas llanuras de Las Landas .

Los viajes los hacía en automóvil ,  dada mi renuencia a viajar en avión y ,  sobre todo ,  por admirar los paisajes naturales y las ciudades y pequeños pueblos  que iba encontrando a mi paso .  Una forma estupenda para ir enamorándome de la tierras y las personas que a mi paso encontraba ,  que una cosa es viajar y otra mucho más limitada desplazarse con prisas por las diversas geografías .

La primera vez sucedió directamente a París ,  invitado por el Liceo donde trabajaba uno de mis antiguos alumnos ,  para hablarles de los más significativos escritores españoles ,  una panorámica suficiente para conocer y despertar lecturas que merecieran la pena .

Les hablé de nuestro  "Mío  Cid" ,  tan cercano a su  "Chanson de Roland" ,  de Cervantes y el Quijote ,  que tanto influeron en su propia literatura ,  del teatro español del siglo de oro , que alguna repercusión tuvo en su teatro clásico ,  de Galdós ,  de Machado ,  de los escritores  "afrancesados"  del neoclasicismo ,  y de algunos otros que pudieran interesarles .  El amplio coloquio resultó interesante ,  sobre todo por las peculiares preguntas ,  que sin duda propiciaron adecuadas respuestas para el interés de los numerosos asistentes .

Visitamos lo fundamental de la ciudad ,  con la torre Eiffel vista desde el Trocadero al atardecer ,  paseamos por los Campos Elíseos ,  etc .  Y oímos misa en Notre Dame , donde aproveché para recordarles la novela de Victor Hugo .

Primera visita presque inciática ,  prenuncio y augurio de las muchas que seguirían ,  año tras año ,  ya con un plan perfectamente diseñado con  vistas ,  sobre todo ,  a sus estudios de Capés ,  su licenciatura en filología española y la redacción de algunos trabajos de investigación de diversos estudiantes especialmente interesados por lo español y su literatura .

Luego vinieron los pequeños cafetines ,  los pequeños restaurantes familiares ,  las reuniones de amigos que allí trabajaban .  Y dos excursiones en el París nocturno ,  gracias a mi cuñado Raimundo que trabajaba en la Embajada nuestra en París :  absoluto y deslumbrante descubrimiento de cosas que conocía por los libros y explicaciones varias ,  incluída la Place Pigalle y el moulin rouge ,  tan literaturizado ;  incluídas las riberas del Sena con sus tenderetes variados y de libros antiguos ;  incluído el barrio latino y  Montmartre ,  de tanta resonancia humana y cultural .

Carmen quedó impactada por la ciudad ,  yo también .  Y prometimos volver siempre que fuera posible .  Y cumplimos el propósito ,  porque sabido es que las promesas ,  como las tentaciones wildeanas ,  son para cumplirlas y caer en ellas sin remedio .

Volveremos al asunto ,  que dá mucho de sí ,  ciertamente .





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