lunes, 13 de marzo de 2023

A R S LONGA ( 14 )

 OTRA HISTORIA ELOCUENTE ,  SI QUE AGRIDULCE



También a oposiciones se refiere ,  aunque he preferido extrapolarla del capítulo anterior ,  porque merece comentario aparte y que revela cómo estaban los tiempos en aquella época de carencias y pequeñas miserias .

Imaginad .  Convocatoria para cubrir una plaza de catedrático de literatura en Sevilla .  La firmamos dos ,  un sevillano de mediana edad y yo ,  bastante más joven .

El protocolo pedía la presencia de los candidatos en Madrid para presentar su curriculum ante el tribunal .  Allá que fuimos .  El otro candidato presenta experiencia y una publicación ,  yo presento menor experiencia y catorce publicaciones .  Nos leen todo lo concerniente al proceso y nos dan un temario para prepararlo en quince días ,  al final de los cuales seremos de nuevo convocados para iniciar los ejercicios de la oposición .

Allá que voy .  El otro candidato no aparece ,  por lo que debo realizar la oposición yo solo ,  lo que me infunde una cierta esperanza de comodidad y buen resultado .

El tribual se reune a puerta cerrada para ,  según la legislación vigente ,  establecer el desarrollo del primer ejercicio ,  para el cual yo portaba documentos y recado de escribir .  Pasa un par de horas ,  en las que yo espero en el aula y observo que el presidente del tribunal y el secretario realizan varias entradas y salidas ,  con el tiempo entendí la razón .

Resulta que el otro candidato había enviado una carta al presidente del tribunal renunciando formalmente a realizar la oposición ,  dadas las circunstancias .  Carta que nunca apareció en el expediente de la prueba .  Llamaron a Sevilla y forzaron que el opositor aceptara venir a Madrid ,  supongo que bajo la promesa de obtener la plaza .

Y así sucedió .  Hicimos todos los ejercicios con el mismo número de votos en cada caso .  Y llegamos al final ,  cuando el tribunal debe ponerse de pié para adjudicar su personal voto .  Final previsible ,  tres votos para el otro y dos para mí .  Y eso que la mayoría del tribunal y el propio candidato pertenecían a una sociedad religiosa muy potente por entonces .  Fariseísmo cínico que ,  al parecer ,  no afectó a sus conciencias .

Terminado el acto ,  el atribulado ganador de la cátedra quiso expresarme que no había tenido nada que ver en el asunto ,  que me pedía disculpas y ,  ya muy de noche , me acompañó al estación de ferrocarril para que yo tomara el tren de regreso .

Con el tiempo ,  yo hice la oposición similar para la cátedra de Murcia ,  pues no estaba dispuesto a dejar mi tierra ,  pese a las buenas ofertas que me fueron llegando ,  tanto de universidades españolas cuanto norteamericanas .

Y aquí comienza la parte dulce delevento .  De inmediatto recibo una carta del sevillano pidiendo que lo nombraran presidente del tribunal ,  como ppermitía la legislación y así lo hicieron ,  de modo que unos minutos antes de la presentación ,  me visitó para entregar la última de sus publicaciones con la siguiente dedicatoria :  " En las vísperas del gozo ,  querido Victorino " .

Todo fué gozoso ,  divertido y amable .  Obtuve lacátedra ,  sin el menor incidente ,  antes aontrario ,  con la tranquilidad de otro paseo militar en plena fiesta .

La cena ceebrativa fué casi un banquete de Trimalción ,  veinticuatro comensales en torno a regocijante mesa ,  incluída la presencia de la esposa del presidente ,  que viajó exprofeso desde Sevilla .

Nos retiramos bastante tarde ,  pero un par de horas después la citada esposa me llamó alarmada :  su marido se encontraba mal y necisitaba unas medicinas .  Casi de madrugada fuimos a la farmacia de mi hermana ,  cogimos las medicinas y la acompañé al hotel ,  ues unas horas después tomaban el autobús camino de Sevilla .  "Ya sabes como es de religioso mi marido y tenemos a las puertas la Semana Santa" .  

Buena amistad ,  buen comportamiento ,  buena realidad compensatoria ,  que habría quedado en realidad agradable si no fuera por lo que sucedió poco después .

Autobús  Murcia - Sevilla ,  traumatico por evidentes razones .  El caso es que me escribió su esposa que llegó mal ,  necesitó de atenciones médicas y falleció poco tiempo después .  Lo sentí entonces y lo siento ahora que lo recuerdo .

Fué un buen hombre ,  en gran medida producto de las circunstancias que le tocaron vivir .  Nos llevamos muy bien como compañeros .  Sin gran intimidad ,  pero fuimos bastante amigos ,  aunque de mí hacia él predominaba la caridad agustiniana ,  cuestión de temperamento y carácter en ambos casos ,  él mucho más mediterráneo ,  yo forjado en montaña ,  quizá eso explique algunas cosas .



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