martes, 17 de mayo de 2022

VIDA BREVE DE UN PROFESOR ( 52 )

 DIEZ  AÑOS  FELICES  Y  COMPENSADORES






   En verdad que así lo fueron ,  vividos a plenitud ,  fecundos ,  divertidas y de sano disfrute de la Naturaleza ,  buenos para el cuerpo y para el espíritu .

     Una fecunda simbiosis entre las Universidades de Murcia y de Madrid ,  vía  El Escorial ,  igual que en Murcia las escapadas veraniegas se producían en las cercanas playas del Mediterráneo .  Un desideratum pleno ,  mezclando mar y montaña ,  y no pocos fueron los alumnos que simultaneaban los eventos ,  pues que la organización procuraba que no coincidieran las estancias en el mar con las de la sierra .

     En los tales cursos convivieron con los esstudiantes más de ochenta magnícos escritores ,  y otros tantos profesores y críticos ,  todos especialistas por su fama y ,  sobre todo ,  por su bien poblado curriculum atesorado a lo largo de muchos años de estudio y manifestación .

     El profesor sabe que podría ir analizando cada una de las semanas ,  pero también es consciente de que tal explicación , aunque condensada ,  ocuparía varios de estos capítulos ,  no por breves menos intensos .

     Ello no obstante ,  sería oportuno destacar dos presencias y dos actuaciones ,  referidas a  Ana María  Matute y al portugués  José  Saramago ,  Premio  Cervantes la una ,  Premio Camoens y  Nobel el otro ,  como es bien sabido por cuantos frecuentan estos pagos con los libros como marchamo no solamente personal .

     Ana  María fué la que mas veces visitó  El Escorial en estas lides literarias .  La quería todo el mundo y todo el mundo la reclamaba ,  por sus libros y por sus virtudes personales como mujer y como madre ,  que eso también cuanta en tanto que buenas raíces adventicias de la escritura y la lectura .

     Cabe decir que durante aquellos veranos ,  no pocos estudiantes acudían  con su libro  "Olvidado rey Gudú"  en las manos ,  y eso a pesar de su grosor y abundantísimas páginas .

   Pues bien ,  de tal modo se sucedieron los acontecimientos que uno de los últimos años ,  el profesor propuso a la dirección de los Cursos que la señora Matute fuera invitada para la ceromonia de inauguración .  Lo aceptaron complacidos y el acto resultó brillante y emotivo hasta extremos dificilmente previstos .

     Con  Saramago sucedió al revés en el tiempo .  Alguien de la organización planteó al profesor la que consideraba remota ,  si que muy deseada y plausible ,  posibilidad de que el portugués accediara a clausurar los cursos de aquel verano .  Propuesta planteada al protagonista ,  propuesta aceptada con la naturalidad de lo habitual ,  cotidiano y amistoso .

      El acto resultó impresionante ,  de distinta forma ,  pero de similar intensidad y altura alcanzada en el caso de Ana María Matute .  Anales que permanecieron como significativos hitos de aquellos veranos culturales y relajados ,  compensadores en todo caso  .

     En ambos casos asistieron los ministros del ramo ,  para compartir yantar y conversación .  Un dato más del también reconocimiento ,  afectuoso y oficial ,  de las altas instancias políticas encargadas de promover y hacer extensiva la cultura sin adjetivos ,  en su máximo esplendor y elevadas cotas ,  como todo el mundo civilizado espera y desea que así suceda .



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