miércoles, 18 de mayo de 2022

VIDA BREVE DE UN PROFESOR ( 5 3 )

 GRANDES  ESPERANZAS ,  LA  PEQUEÑA  DORRIT




   Por fía habíamos llegado a plenitud de la madurez profesional y humana en su más amplio sentido ,  corrientes que corrían paralelas con la edad biológica ,  intelectual y emocional .  Casi todos los métodos estaban descubiertos y en ejercicio vivo ,  a la espera de los nuevos decubrimientos de investigación y docencia ,  para incorporarlos con tiento y medida y que los alumnos pudieran reecibir las enseñanzas teóricas competentes a la vez que las distintas  praxis ,  movedizas y cambiantes ,  con vistas a su integral preparción para su vida y actividad futuras ,  portadores de todas las armas posibles a fin de que su barojiana  lucha por la vida resultara lo más cómoda y adaptada posible ´.

   El profesor recuerda que habitaban una universidad pequeña ,  una Facultad de Letras bastante limitada ,  lo que no debía ser obstáculo para la tarea en curso ,  mucho más dependiente de la calidad y dedicación de los idóneos profesores que de los elementos materiales que sustentaban el edificio ,  una verdad de Pero Grullo en ocasiones bastante olvidada .

     El profesor ,  ya bastante maduro ,  trabajaba con tres buenos maestros de los que fué reciente alumno y ahora compañero de trabajos y fatigas compensadoras .

     Por una parte ,  don Manuel Muñoz Cortés ,  responsable general del área de filología ,  cuyas interacciones literarias resultan altamente beneficiosas ,  pues que los comportamientos estancos y de excesiva especialidad no uelen ser recomendables .

     Además ,  don Angel Valbuena Prat ,  el otro catedrático de Literatura Española ,  autor de un manual moderno y abarcador muy personal ,  admirable fuente nutricia de datos e interpretaciones brillantes . Hombre de la antigua escuela ,  sensible y captador de lo grande y lo pequeño que la gran literatura era capaz de aportar .

     Y al cabo ,  el maestro don Mariano Baquero ,  su mentor más directo ,  con el que se fué formando día tras día ,  riguroso en el estudio y buen crítico ,  que aportaba sistema y orden minucioso en el trabajo ,  y al que fué convenciendo de una verdad plausible y necesaria :  la práctica del comentario de texto independiente ,  como la otra cara de la moneda en relación con las excelentes clases teóricas .

     Un pequeño círculo bien cerrado y abierto a todas las expectativas posibles .  Trabajaban mucho y bien de consuno ,  viendo como los alumnos crecía en progresión geométrica ,  mientras que los profesores no lo hacian en pareja medida ,   lo que dificultaba la tarea de los presentes en ejercicio  ,  a la vez que  aumentaba su carga lectiva .

     Pero no valían quejas ni jeremíacas protestas infecundas y gratuitas .  Era lo que había y así se aceptaba ,  aunque ya por aquellos años el profesor olfateaba cierta degradación en los hábitos ,  una preocupante bajada de niveles en el rendimiento global de los alumnos ,  por razones de orígenes en los colegios e institutos y por la masificación universitaria creciente .

     Razón genérica por la cual hoy trae a colación estos dos títulos reveladores de  Dickens ,  libros nomuy divulgados en aquellos tiempos ,  pero de necesaria lectura como fuente vital y de conocimientos múltiples .

     Porque comenzaba a ser verdad que ,  pese a la limitación de bienes materiales ,  el trabajo en las aulas y fuera de ellas ya daba ópimos frutos parq uienes quisieran venir a regerlos ,  tanto en el pequeño feraz terruño cuanto en las ramificaciones ,  externas y lejanas ,  que ya comenzaban a fructificar satisfactoriamente .

      Muchas andábamos embarcados en grandes peranzas ,  ciertamente ,  sobre la base de unas raíces e inflorescencias que apuntaban maneras y posibilidades .  Por ejemplo ,  la primera vez que un escritor vino invitado a nuestra universidad ,  hubo muchas timidecas y titubeos ,  como suelo suceder con todo lo nuevo y desacostumbrado ;  pero cuando un año después vino el correspondiente ,  todo el mundo partipó activamente ,  hasta convertirlo en una fiesta intelectual y emotiva ,  plena de virtualidades que se irían haciendo realidad individual y colectiva .  He ahí uno de los pocos secretos necesarios del quehacer docente .

     El profesor solía decir a sus alumnos :  ¿Os imagináis una Facultad de Química sin laboratorios ?   Pues igual sucede con la Facultad de Letras ,  que también necesita labortorios para las clases prácticas ,  léase comentarios de texto en todas sus virtualidades .

     También les recordaba una conocida jaculatoria de San Pablo ,  el apóstol de los gentiles :  " El amor es de suyo expansivo ".  Realidad que sirve para cualquier actividad en esta vida .  El amor expande su realidad .  Y con amor al trabajo ,  y a la obra bien hecha ,  se pueden alcanzar metas que al principio parecieran imposibles .

     El trabajo docente-discente necesita mucho amor para que ofrezca los pertinentes frutos .  Esto ya lo estaban comprobando los muchos y buenos que se acercaban expectantes a nuestras aulas ,  no importa si la sede fuera la universidad de Murcia ,  o la de Madrid ,  o la de París ,  pues cualquier territorio es bueno si lo son la semilla ,  los sembradores y los evangélicos segadores .

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