lunes, 17 de octubre de 2016

CATEDRAS ESPECIALES EN LA UNIVERSIDAD. LA LITERATURA

   DESDE QUE LA UNIVERSIDAD EMPEZÓ A TROMAR CONCIENCIA PLENA DE PROYECCIÓN UNIVERSAL  (RETOMANDO LOS ORÍGENES MEDIEVALES) EMPRENDIÓ EL CAMINO DE LAS CÁTEDRAS ESPECIALES  A MANERA DE COMPLEMENTO NECESARIO Y AMPLIFICADOR DE LAS TAREAS DOCENTES E INVESTIGADORAS REGLADAS.  ADVIRTIÓ QUE ERA NECESARIO PREDICAR, PERO SOBRE TODO DAR TRIGO, PARA QUE LA COSECHA FUERA ÓPIMA Y CRECEDERA.


   Congratulaciones, por tanto, cada vez que se crea una en cualquier campo del leal saber y entender, pues que en estos predios, como en cualesquiera otros de la actividad humana, siempre andamos necesitados de armonía, equilibrio y buena relación entre las partes constituyentes.   Desde los presocráticos, en el Mediterráneo, el ejemplo cunde cuando son mentes adecuadas las que orientan y, en su caso, dirigen las Escuelas Medievales hoy llamadas Universidad.  Aquellos beneméritos precursores lo sabían muy bien y lo practicaban separando el trigo de la paja, sin despreciar la paja y el trigo, sino integrándolos para el bien común de la sabiduría.  Sócrates lo concentró  ´viva  voce´ y Platón y Aristóteles troquelaron el método para la Historia.  En eso estamos.  Arrieros somos de la Educación y en el camino machadiano nos vamos encontrando.
   Digo lo anterior porque ya van a ser cuatro las Cátedras especiales de Literatura que la universidad tiene a la sombra, y en la sede, de la Faultad de Letras.   Se lo acabo de oir y ver al Rector en entrevista televisiva, anunciando que ha creado la cuarta.  
            Y pues que la memoria suele ser olvidadiza en ocasiones, enumero las tres anteriores como recordatorio y congratulación de la comunidad universitaria y el territorio de su actuación e influencia.
   La primera lleva el nombre de Cátedra Especial de Estudios Literarios  "Mariano Baquero Goyanes",  creada hace ahora treinta años con todos los predicamentos favorables.  Sabido es que el profesor Baquero y el profesor Valbuena Prat fueron catedráticos de Literatura Española durante muchos años.  Yo tuve la fortuna, junto a otros centenares de alumnos,  de recibir sus enseñanzas durante toda la carrera de Filología Románica.  Después trabajé como Profesor Ayudante con los dos. El caso del profesor Baquero fue muy especial para mí: me dirigió la Tesina de Licenciatura,  la Tesis Doctoral y mi formación le debe mucho y bueno.  Durante veinticinco años trabajamos juntos, hasta crear la Cátedra oficial de Literatura Hispanoamericana, de la que me encargué hasta la jubilación, quedando él con la sobrecarga de la Española, si bien le echaba una mano cuando los programas eran excesivos.
   Llegó su muerte prematura y algunas cosas le hicimos a manera de homenaje.  De ellas, ahora importa la Cátedra Especial.  Tuve la idea, la compartí con los interesados y la creamos.  Su primer Director fue el profesor Muñoz Cortés, gran amigo  suyo y también profesor nuestro.  Incluso fundieron en bronce una placa indicativa.
Supongo que la Cátedra sigue funcionando como merece.  Y digo supongo, porque llevo casi ocho años jubilado y, por lo mismo, alejado legalmente de los menesteres oficiales universitarios.
   La segunda lleva el nombre de  "Guillermo Cabrera Infante", consecuencia de los muchos y magníficos eventos que la Cátedra de Literatura Hispanoamericana llevaba a buen término por aquellos felices y fecundos años.  Se creó en colaboración con la Casa Pintada, en cuya sede vendrían a instalarse los fondos documentales y biblioteca del autor cubano.  Todo se celebró como merecía,  con el Presidente de la Comunidad como patrón mayor.  Incluso el Rector indicó varias veces que había un fondo de diez mil euros depositados en la Universidad para ponerla en marcha.
   La tercera es la que más resonancia tuvo en sus orígenes, y no sólo mediática, que también.  Veréis.  Invitamos al escritor a Murcia.  Vino de todo corazón, amable y simpático.  Y repitió.  A la vista de su actitud generosa, la Cátedra de Literatura Hispanoamerican lo propuso para el títuo de Doctor honoris causa.  La investidura fue una fiesta resonante, que otro día explicaré con detalle.  Y justo en la ceremonia de clausura,  el Rector de la Universidad y el Presidente de la Fundación Mediterráneo, a nuestra propuesta, crearon los Premio de Novela y Cuento "Vargas Llosa"  y  "Lituma" , en presencia y con el beneplácito del escritor, ante un publico que abarrotaba el Aula de Cultura de la institución.  Como consecuencia, se creó la Cátedra Mario Vatgas Llosa, junto a otras universidades de consuno.  Y así disfrutamos una fecunda década literaria.   Mejor,  imposible.
   El hermoso camino debe seguir al andar.  Que Antonio Machado tenía toda la razón,  también cuando escribió
este bien sonoro endecasílabo:  " No está el mañana, ni el ayer, escrito ".

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