La crónica de hoy , Carmen , pensaba dedicarla a lo festivo sensible y creador , nunca mejor dicho , como anticipo de la Navidad . Y el caso es que también se trata de fiesta , aunque de muy bajo nivel .
Llueve y hace un poco de frío . A mí me gusta la lluvia y a tí no , pero con los años fuimos integrando ambas disímiles preferencias , al punto de compartirlas , que ahí radica parte importante del acercamiento aoroso .
Sabes que doy la clase en tu Facultad de Ciencias (ahora convertida en ominoso aulario para transeuntes y paseates de pocos libros) , por lo que al entrar esta mañana me topado con un centenar de alumnos en torno a una barra de aluminio , cada cual con su gran botella de cerveza como elemento de celebración , en pleno campus . Otros ocho jugaban desaforados en dos mesas de futbolín .
¿Te imaginas en aquellos tiempos felices y trabajados? Es el signo de los tiempos . Las nuevas y no asimiladas libertades han conducido a ésto . Los estudiantes (es un decir) han elevado a categoría universitaria lo que siempre lo fué de calle ramplona .
Los tienen aparcados en unos edifición a los que llaman universidad y apenas pasan de ser recolectores de manadas en perpetuo tránsito . Eso sí , con toda una parafernalia burocrática de fatua presunción por parte de las autoridades académicas , casi en exclusiva orientada a la vanagloria de unos pocos políticos metidos a docentes en busca de cargos .
Lo disimulan bien . Y los padres de los engañados estudiantes no reaccionan . Uno porque no saben ; otros porque confían en los de arriba ; otros porque les da igual ; y casi todos porque han convertido a los propios hijos , desde muy pequeños , en intocables reyes de la casa , extensible al resto de sociedad e instituciones . Todos hablan de derechos , casi ndie de deberes .
Claro que luego viene la barojiana lucha por la vida . Y entonces es el bíblico llorar y crujir de dientes . Para entonces suele ser tarde . Y ahí tenemos los miles de egresados con título inservible .
En paralelo , existen las minorías de siempre . Los inteligentes , trabajadores , respetuosos con los profesores que lo merecen (cada vez menos) , estudiosos por vocación , que salen muy bien adelante y ocupan los buenos puestos de trabajo , para su realización personal y para ofrecer a la sociedad lo mucho que de ella recibieron .
Como siempre , Carmen , lo sabes tan bien como yó porque fuimos buenos estudiantes y tenemos la experiencia de muchos años con alumnos . Ejemplo : en un curso de cuarenta siempre había tres o cuatro que descollaban , esos eran y son los imprescindibles , como en el poema de Bertolt Brecht .
Observa , guapa profesora , que me ha salido casi una catilinaria , pero es que me duele la universidad que estamos dejando . Y mucho más los miles de alumnos que pasan por ella como el rayo de sol a través del translúcico cristal , sin romperlo ni mancharlo .
Y sin embargo , tengamos esperanza , siempre basada en la fé y bien afianzada en el amor que todo lo puede .
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