miércoles, 27 de mayo de 2020

! CIUDADANO DEL MUNDO !

UN  HOMBRE  DE  UNIVERSIDAD


   Cuando adolescente ,  leía con pasión los libros de Dickens ,  que muchos años después tendría que explicar en las aulas con idéntica pasión proselitista .  Un buen día tropecé con uno de sus más carismáticos personajes que ,  a plena libertad y grito ,  dió en decir :  " Pues sí ,  caballero ,  yo soy un ciudadano del mundo " .  Uno de mis más queridos marchamos ,  desde que me reconozco persona en este valle delágrimas ,  claro ,  pero también en esta residencia ,  hermosa y deseable ,  para quienes hemos pretendido no limitar el espacio a un valle ,  sino a la grandeza milagrosa de todas las montañas y todos los mares como fuentes de todas las alegrías ,  de las felicidades todas ,  sólos o en compensadora y necesaria compañía .

   Mientras preparaba mi ansiado ingreso en la universidad ,  imaginaba que allí todo sería distinto de lo que venía observando ,  y viviendo más o menos de cerca ,  en los diferentes entornos que me habían tocado vivir . Pues pensaba :  " Si un universitario no se siente , y es , ciudadano del mundo ¿ quién lo habrá de ser y sentir ? " .
   Una vez en las aulas ,  y mientras que fuí alumno ,  fui experimentando un regusto híbrido ,  aunque bastante salobre dadas las circunstancias políticas que aún sufríamos .
   Y cuando muy joven ascendí a profesor ,  mis imaginaciones se derrumbaron casi por completo ,  pues constaté que la universidad ,  intramuros ,  era un pequeño microcosmos que apenas difería de los de la calle .
   Inocente de mí , fui comprobando que las pequeñas miserias humanas habían hecho hueco en las aulas ,  como si tal cosa .  Profesores que sabían poco ,  algunos ni siquiera la asignatura que explicaban ,  ratones de biblioteca ,  explicadores de apuntes amarillentos ,  preparadores del tema que debían exponer al día siguiente ,  charlatanes envolvedores de su ignorancia con hueca palabrería de feria ,  y otras lindezas que me niego a seguir enumerando .
   Pero todos con un denominador común :  el medro pírrico ,  en ocasiones con métodos bastante alejados de la ética .  Y una coda :  las puertas bien cerradas hacia dentro .
   Pues bien ,  en la medida de mis posibilidades ,  me propuse que el conocimiento (no los datos de agobiante y tonta información) ,  el rigor ,  el trabajo nunca terminado ,  la incorporación de los alumnos a los debates socráticos ,  la generosidad y el magisterio prevalecieran por sobre todo lo demás .
   Mis primeros años fueron duros ,  chocando a menudo con tirios y troyanos.  No me importó ,  pues mi caracter fuerte y mis convicciones me conducían a la propuesta del medieval Berceo :  " Tolguemos la corteza ,  al meollo entremos " .  Me aferré a la definición de Alfonso X el de la sabiduría :  "  Ayntamiento de maestros e escolares para aprender los saberes " .  Y así hasta la jubilación ,  qué le vamos a hacer .
   Una anécdota reveladora .  Desde mis primeros años de docencia  "obligué"  a mis alumnos a leer .  La protesta fué unánime .  Un buen día ,  el delegado del último curso de licenciatura (sacerdote y buen amigo) ,  se acercó a mi despacho para decirme :  " Que dicen mis compañeros que leer cinco libros al trimestre es demasiada carga " .  Estaban a punto de ser licenciados en Lengua y Literatura .  Mi respuesta la podéis imaginar facilmente .
   En todo caso ,  tuve suerte con tres de mis buenos maestros de entonces .  Con uno apenas trabajé .  Con otro colaboré dos o tres años .  El otro me dirigió la Tesina ,  la Tesis doctoral y trabajamos juntos veinticinco fecundos y bien recordados años .  VALE .

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