Ciertamente, ayer tuvimos la primera reunión de conjunto anticipándonos, incluso, a las clases normales de la Facultad de Letras. Aula, muy adecuada, en la primera planta del Aulario La Merced, siete de la tarde, agradable temperatura y todos dispuestos a escuchar y hablar, aunque estos primeros jueves hablaré yo más que ellos.
Algunos, mayores, son reincidentes, pues repiten de años anteriores. Ávidos lectores, escritores casi todos ellos, no pierden ocasión de perfeccionar el oficio (base de cualquier manifestación artística), pues que ya poseen la imaginación, el gusto por lo literario, la necesidad de transcribir lo que piensan y sienten, es decir, la pasión vocacional por una forma de vida que les entusiasma. La verdad es que me siento muy gratificado por su actitud y dedicación.
El resto del grupo son jóvenes, estudiantes de nuestra universidad (Letras, Derecho y Ciencias de la Educación sobre todo), que insisten en su preparación lectora.
Hablamos de lo divino y lo humano en Literatura con algunas notas de la vida literaria. No quise cansarlos demasiado, incorporé notas de humor y les dije que pensaran bien si el Curso, tal como lo tengo planteado, podría serles útil, insistiendo en que un encuentro de tal naturaleza pide participación activa y entusiasmo para seguirlo,concretando que un número entre 15 y 20 sería lo ideal.
Les dejé una liasta de siete libros que aparecerían a lo l argo de las clases: "La Iliada", "La Odisea", "El Quijote", el "Decamerón", el "Ulises" (Joyce), "La colmena" y "Campos de Castilla". Por diversas, complementarias y muy significativas razones.
Y también tres versos que van de lo popular a lo exquisito: "Tanto bailó con el ama del cura", "Tú me llamas, amor, yo cojo un taxi", "Polvo serán, mas polvo enamorado".
Suficientes deberes para una primera ocasión. A la espera del jueves próximo.
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