Que ahí radica la piedra filosofal de toda realidad humana digna de su nombre , como bien troquelara Platón en los albores de la humanidad que hoy vivimos .
QUE LOS ASUNTOS DE LA EDUCACIÓN SIEMPRE ANDUVIERON ABANDONADOS POR LOS PODERES PÚBLICOS EN CUALESQUIERA TIEMPO Y LUGAR .
Que la dominación de las masas por parte de unos pocos avispados y horros de los minimos escrúpulos necesarios para el buen vivir , y el mejor evolucionar , ha estado y permanece a la orden del día , pues que los poderosos saben que una mala educación adormece el pensamiento y disminuye la libertad . Ser o no ser educado , he ahí la cuestión .
Por eso , los maestros siempre serán sospechosos y dignos del ostracismo , cuando no perseguibles de oficio . Que el pastel es pequeño y muchos los aspirantes . Que la mies es mucha y escasos los segadores . Pero siempre necesarios , pese a todas las acechanzas renovadas .
Y así vinieron los acontecimientos. El recién nombrado profesor terminó sus campamentos y realizó los cuatro meses de prácticas y jefatura militar en la muy hermosa ciudad de Granada . Cuartel por la mañana y monumentos , ambientes , paisajes , historia viva por las tardes . Una gloria de ideas y emociones , desde el Zacatín abajo y la Alhambra arriba , sin olvidar el rotundo Palacio de Carlos V , tan clásico entre lo árabe , tan español el mestizaje .
Aprovechó para dos empeños prácticos . Uno , dar clase de griego y latín a la hija del coronel , suspendida en las prubas de selectividad universitaria . Dos , realizar en Madrid las oposiciones a Profesor de Instituto , prevención y cautela por si la universidad fallaba en sus previsiones .
Y en esas , llegó el mes de octubre con todos los predicamentos y expectativas , amén de una desagrabable sorpresa : debía empezar dando clase de Literatura Hispanoamericana , disciplina que había esuidiado como alumno el curso anterior . Sucedió que el profesor encargado terminaba de aprobar las Cátedras de Instituto de Enseñanza Media y , al marchar a su nuevo destino , recomendó al nuevo candidato . Bueno estaba . Pero ahí no terminó la sorpresa , pues que el profesor Muñoz Cortés presidia un tribunal en Madrid, por lo que le encomendó explicar Dialectología Española a los de cuarto curso . Y la guinda de la tarta : el profesor Valbuena Prat le dispuso un curso de Métrica "para que los estudiantes de literatura vayan educando el oído".
Así eran las cosas entonces . Y había que aceptar la situación sin la más mínima queja , con toda naturalidad . De modo que se vió instalado en el Seminario de Filología Románica , junto a los Ayudantes inveterados Mariblanca Lozano , Sabino Belzunegui , Manuel Ruiz-Funes , Salvador Sandoval y Juan Estremera . Todos lo acogieron , de todos aprendió mucho y todos terminaron siendo Catedráticos de Instituto .
Y por aquellas calendas se produjeron las tres conversaciones aludidas al principio . La primera , con el profesor Muñoz Cortés , digamos en torno a la vida por delante . Cuestiones prácticas , incluída la indumentaria . Le indicó que ya no podría ir por la universidad con pantalón vaquero y camisa despechugada . Su relación duró treinta años y fué muy fecunda .
La segunda , con el profesor Valbuena Prat , que lo retrató como alumno brillante y futuro profesor igual . Así se lo comentó, a la espera de buenos frutos bajo su orientación magistral . Le insistió en que debería mostrarse lo más libre posible .
La tercera y definitiva , con el profesor Baquero Goyanes .
Veinticinco años trabajando con él , hasta el día de su prematura muerte a los sesenta años . Toda una vida de trabajo y amistad creciente . Le dirigió la Tesina de Licenciatura (Premio Extraordinario ) , la Tesis de Doctorado ( Premio Extraordinario ) y no le dió tiempo a presidor el Tribunal que lo haría Catedrático de Literatura Hispanoamericana , como estaba previsto .
La conversación fué breve y giró en torno a la ética , sobre un principio básico : por encima de toda implicación , siempre debían estar los alumnos . El resto , como diría nuestro gran elegíaco medieval , "verdura de las eras" .
Y así comenzó su aventura de profesor universitario , ejercicio formidable de trapecio que duró 55 años "ad maiorem gloriam omnia" , si vale un amable grado de ironía para introducir el campo de Agramante que le esperaba, dados los cambientes tiempos que le aguardaban , incluída la sorprendente transición de la dictadura a la democracia , en un país que escasamente racionalista , mucho más propenso al impulso instintivo que a la razón serenamente orientadora . "Hic Troya fuit" . Pero también el enriquecedor viaje de regreso a Ïtaca . Trayectoria intelectual y vital en la que se inció como Telémaco y culminó como Mentor de miles de estudiantes , cientos de alumnos y unas docenas de auténticos discípulos que habrán de mejorar los predios educativos por las más diversasy a veces "lueñes" geografías .
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