miércoles, 12 de abril de 2023

A R S LONGA ( 26 )

 LA  PLENITUD  DE  LOS  TREINTA  AÑOS  ( PRIMERA  PARTE,  LOS ORIGENES ) .



ME REFIERO A LA PLENITUD PROFESIONAL ,  largo tiempo buscada y planeada con esfuerzo notable pese a las carencias de aquella época menesterosa ,  complicada y bastante revuelta pues hablo de los años sesenta del siglo pasado , difícil de entender por las nuevas generaciones ,  pero real como la vida misma pues en ello nos iba la vida para tantos y tan obligadamente azacaneados .

También puedo hablar de cierta plenitud humana ,  ya que mis circunatancias familiares y personales propiciaron un crecimiento ,  si que obligado ,  no por ello menos deseado y finalmente satisfactorio .

Vayamos por partes y concierto necesario para la historia en desarrollo .  Primero la Enseñanza Primaria que ,  repito una vez más ,  viene a ser la base de la educación liberadora delos pueblos .  Yo la realicé todo con mi padre ,  gran Maetro proveniente de la Institución Libre de Enseñanza lo que ,  dicho sea de paso ,  le valió un expediente de sancion y cárcel .  Pero ,  en fín ,  tres escuelitas rurales por los campos de Castilla .  Montaves ,  pequeña poblacion de quince vecinos ,  media docena de alumnos y nulos medios pedagógicos .  Eso sí ,  con una bandera republicana y una gran fotografía de Ramón y Cajal en la pared .  En todo caso ,  naturaleza plena ,  pequeño valle entre oteros y un riachuelo cantarín .

Luego vino  Chavaler ,  pueblo pobre donde los haya ,  sin agricultura y con el pan negro racionado ,  aunque vecino a las ruinas de Numancia y con el río  Tera lleno de truchas y cangrejos ,  en paralelo a la lengua ,  la historia y las matemáticas ,  desarrollé destrezas para pescar truchas y cazar  cangrejos ,  que facilitaban a mi madre ,  gran cocinera y pastelera educada en monjas ,  ofrecer unas cenas ricas y nutritivas .

Al cabo ,  Duruelo de la Sierra ,  donde todo cambió para mucho mejor .  Pareciera que habíamos cambiado de país y casi de planeta .  Aquí eran todos ricos ,  pues disponían de bosque comunales que ,  administrados por el goierno ,  concedían cada año  una  "suerte de pinos"  (así la llamaban por familia) que solo con venderla ingresaban cuatro veces más que el sueldo de un maestro .  De ahí que trabajaran pocos hmbres pues que no lo necesitaban .

Aún así había dos fábricas  aserraderos ,  dos tiendas de ultramarinos y,  con el tiempo ,  algunos pequeños emprendedores que negociaban  las  "suertes"  ,  por que comenzaban a existir diferencias sociales y económicas .

En casa se desarrollaron dos talleres .  Mi padre daba clase a varios alumnos cuyos padres se interesaban por incrementar la sabiduría de sus hijos ;  item más ,  también aceptó clases de adultos por las noches a las que yo asistía regularmente.  Y mi madre daba clase de bordados ,  pintura y otras habilidades a las mozas y algunas madres de familia especialmente dispuestas .  Con ello ,  y entre otras cosas ,  la econoomía familiar mejoró notablemente .

También existían dos tahonas ,  la del señor Constancia y la de la señora Pilar .  Pero  !oh ,  sorpresa !  allí se vendía todo el pan blanco que pudieras comprar (el pan de ración nadie lo adquiría) ,  de modo y manera que la sensación de hambre impuesta desapareció como por ensalmo .

Otro dato : las madres iban dos veces diarias a la única  carnicería (mañana y tarde) ,  por lo del frescor del producto .  Vivían así de la manera más natural y consecuente ,  como si en todo el mundo sucediera igual .  Podeís facilmente imaginar que el paraíso aquí en la tierra se abrió para mis diez años ,  los cinco de mi hermano y los meses de mi hermana .

Allí permanecí  cuatro años esplendorosos :  amigos ,  escuela bien dotada ,  primer amor ,  juegos ,  deportes múltiples ,  lecturas infinitas ,  fiestas y bailes finisemanales  en el salón consistorial o en la plaza del frontón o del ayuntamiento .

Y si cuento todo esto es para entender que allí se afincó el primer capítulo consciente de mi tendencia intelectual y artística .  Mi padre ,  en la escuela y en casa   con todo el rigor científico y exacto de las cosas ;  mi madre ,  con la lectura comentada ,  cientos de textos aprendidos de memoria ,  y además me enseño a pintar pues ella lo hacía extraordinariamente .

Dos anécdotas curiosas ,  una de padre .  Pese a los millones de pinos en juego ,  allí nadie sabiá cubicar madera salvo hacerlo a ojo ,  por lo que los vendedores tenían que fiarse de los  "expertos"  compradores .  Cuando mi padre explicó el volumen de los troncos de cono ,  todo el mundo supo a qué atenerse .

Otra de madre .  Sus clases las daba en el Hogar Rural ,  con una lectora pública por turno ,  leyendo en voz alta novelas adecuadas ,  especialmente de la colección Pueyo ,  cuyo culmen sería Corín Tellado .  Yo también me colaba en tales clases .

Y el Hogar Rural que acabo de citar .  Era una instalación para el ocio de los niños en los pueblos .  Estaba ubicado en mi propia casa ,  pues mi padre ,  republicano de toda la vida ,  coordinaba las actividades de la zona .  Había juegos de todo tipo ,  incluída una mesa de ping pong y una radio potente ,  que cada noche yo subía al pequeño salón para que mis padres oyeran emisoras como la  BBC , radio París y radio España Independiente ,  estación pirenaica .  Total y remate ,   una de tantas organizaciones del Frente de Juventudas bajo el signo de la camisa azul ,  que muchos niños vestíamos por fuerte ,  barata y simbólica .

La biblioteca del Hogar también contribuyó a potenciar mis aficiones intelectuales ya desde aquellos años de la niñez ,  tan desnortada ideológicamente ,  pero tan fecunda en ideas y actitudes cara al futuro .

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