miércoles, 6 de julio de 2022

VIDA BREVE DE UN PROFESOR ( 86 )

 JOSÉ  AGUSTÍN  GOYTISOLO ,  EL DESPISTADO



   Así lo califico por algo que ocurrió en una comida ,  y que más adelante os contaré para vuestra sonrisa sin duda comprensiva ,  estoy seguro .

    Su primera visita se produjo el olor ,  incluso en loor de juventudes entusiastas por la poesía .  José Agustín siempre fue buen poeta .  Ahora pienso que ,  durante los años duros de reformas y esperanzas frustradas ,  demasiado bien valorado .  Era hombre poeta para poetas jóvenes y alevines de poetas a su vez ,  pero así sucedía por aquel entonces ,  quizá tiempos revueltos que la Historia inmediata fue barriendo de manera un tanto inmisericorde ciertamente .

     Un dato importante y revelador .  Su poema  "Palabras para Julia" ,  sin duda es un buen poema ,  mucho más por el mensaje que lo poético de las palabras en sí ,  aquellas que suelen trascender y superar la coyuntura del tiempo .

     Pues bien ,  todo el mundo leía ,  recitaba y esgrimia el texto casi como una bandera de alistamiento entre la emoción y la lucha comprometida ,  incluso los ccantautores lo utilizaron profusa y adecuadamente .

     José Agustín era bastante distinto de sus hermanos .  Locuaz ,  extrovertido ,  un poco distante eso sí ,  pero cercano en las distancias cortas .  Lo tuvimos en Murcia y lo pasamos muy bien con sus versos y otras palabras .

     La anécdota que os he prometido .  Lo recibimos Carmen y yo a pie de viaje ,  y lo llevamos a comer a un restaurante de la huerta ,  pues que así lo solicitó .  Manjares propios de la tierra ,  que degustó a placer con sabrosos comentarios  ad hoc ,  bien regados por generosos vinos autóctonos bastante altos de graduación  .

     Todo discurría con naturalidad hasta que ,  a la hora de los postres ,  pidió caballeroso permiso a Carmen para ir al baño .  Marchó y esperamos un buen rato .  Preocupado un tanto ,  fuí a buscarlo .  Ni rastro del escritor .  La señora cuidadora de los servicios me informó que el tal señor había venido , le dió generosa propina a la salida y no volvió a saber más de él .  

     Nosotros tampoco .  Tomamos café ,  dialogamos largo y tendido . Y cuando los camareros nos avisaaron para preparar el salón con vistas a la cena ,  abandonamos el restaurante .  Pudiere parecer que los buenos poetas , en determinadas circunstancias adventicias ,  suelen comportarse así ,  cuestión de genio sin duda .

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