sábado, 25 de julio de 2020

HISTORIA VIVA DE UN PROFESOR ( 22 )

EL  AULA  ,  HERVIDERO  DE  IDEAS  Y  EMOCIONES


   LO TUVO CLARO DESDE EL PRINCICPIO :  CADA VEZ QUE ENTRARA EN EL AULA ,  LOS ALUMNOS DEBÍAN SENTIRSE INQUIETOS ,  EXPECTANTES Y UN POCO TEMEROSOS DE LO QUE PUDIERA SUCEDER .

   Situación similar para él ,  pues que la materia viva necesita del misterio ,  ignora cuales pueden ser sus derroteros cada minuto ,  y la mente necesita bridas para las ideas y las emociones .  Máxime cuando todo ello ha de traducirse en palabras habladas ,  escuchadas y participadas ,  con escaso margen a la improvisación y el descanso .
   Su modelo de clase :  diez minutos dedicados a la explicación , actualización y puesta en marcha .  Cuarenta minutos para el diálogo abierto ,  preguntas de todo tipo ,  sugerencias y previsión de proyectos en equipo ,  en general sugeridos por los propios alumnos .  Diez minutos finales ,  que el profesor aprovechará para la recapitulación y anticipar las bases de la clase siguiente .
   La imagen profesoral un tanto  ad libitum ,  marginado el encorsetamiento de traje y corbata .  En este punto ,  el profesor recuarda que ha vestido todo lo posible ,  desde el pantalón vaquero al chaqué ,  pasando por el traje talar ,  siempre propiciado por las exigencias académicas  y su buen juicio ,  escaamente revolucionario pese a las apariencias .  Reconoce que su informal indumentaria llamó mucho la atención desde el principio ,  cosa que no le extrañó en absoluto ,  pues que las inercias tradicionales son difíciles de modificar .
   Dos anécdotas de los primeros tiempos ,  ambas para reprobarle su actitud .  Un buen día ,  a la salida de clase normal , se le acercó un alumno muy atildado .  Con respeto y buenas maneras dió en decirle que no le parecía bien su indumenta ,  demasiado informal para un profesor ,  pues según dicen ,  el hábito hace al monje  ( sobre todo ,  cuando los monjes deben llevar hábito ) .  Cualquier respuesta hubiera resultado inútil .  Así que lo invitó a un café .  Al día siguiente ,  el alumno interpelador apareció con traje ,  pero sin corbata .  Algo empezaba a cambiar .
   Segunda .  Llegado que fué junio ,  su maestro más cercano lo invitó a vigilar un examen escrito .  El joven profesor apareció elegante ,  si que con una sahariana tipo la de Clark Gable en  " Mogambo " .  El diálogo resultó inefable y la decisió apoteósica .  El maestro determinó que en elcargado del seminario ,  perfectamente trajeado ,  vigilara el examen ,  y el profesor joven lo sustituyera ,  porque yendo en manga corta ,  las señoritas alumnas pudieren alterar sus emociones en detrimento del examen .
   Las cosas eran y se sucedían tal cual ,  qué le vamos a hacer .  Pero volvamos a lo importante .
   Desde el primer momento les advirtió que literatura sin lectura es una tarea pobre ,  chata y ramplona .  Está bien ,  y es necesario ,  el uso de manuales ,  monografías y otras fuentes ,  pero en ningún casocomo sustitutivo de las iniciativas y prácticas de profesor y alumno .
  En consecuencia ,  les ofreció un plan de trabajo con tres actividades complementarias :

   1 .-  Explicación y diálogo en clase .
   2 .-  Clase semanal de comentario de texto .
   3 .-  Lectura en casa de obras íntegras .

  Y todo ello sin preparación previa ,  sin andaderas que ,  a la larga , retrasan y entorpecen las andaduras .
   Pues bien ,  los primeros meses resultaron duros ,  con alternancias ,  con repetidas explicaciones ,  con tropiezos y enmiendas ,  pero con prometedores resultados .
   La verdad es que fueron años hermosos ,  de implantación y cultivo ,  gratificantes para el profesor y para los muchos buenos alumnos que entendieron y aplicaron .  De cuando entonces ,  fueron apareciendo los excelentes discípulos que fueron incrementándose durante muchos años .
   Quizá en otras parcelas de su vida no tanto ,  pero en lo referente a lo profesional el joven profesor tenía claras las ideas y las convicciones .  Se sabía buen profesor ,  camino de la perfección que nunca llega en su totalidad absoluta ,  pero había que intentarlo y así lo hizo .  Hasta el final de su trayectoria académica ,  continuó aprendiendo ,  para su bien y para el bien de los que se  "arrimaban a su cátedra" , según palabras de un neoclásico profesor de matemáticas en la universidad de Salamanca .
   

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