viernes, 3 de febrero de 2017

CURSO DE LIBROS...( 14 )

   Agradable tarde de jueves, ya pasadas las tormentas, la nieve, el frio que me estimula y, por contraste, asusta un poco a estos mediterráneos poco acostumbrados a la meseta. Buena tarde.


   La semana anterior tratamos el soneto  " A Violante ", de Lope de Vega,que aúna teoría y praxis admirablemente, sin abandonar la poesía que crea. Ingenio y genio a la vez.   Les prometí casi lo contrario, el soneto  " Al ciprés de Silos ",  de Gerardo Diego, todo metáfora desplegada sin fin, concatenadas las partes como anillos de una cadena sin solución de continuidad y sin fin, pues que el poema queda abierto pese a la rotundidad del ultimo verso.  Os lo transcribo tal que recordatorio:

   ENHIESTO SURTIDOR DE SOMBRA Y SUEÑO, 
QUE ACONGOJAS EL CIELO CON TU LANZA,
CHORRO QUE A LAS ESTRELLAS CASI ALCANZA, DEVANADO  SÍ MISMO EN LOCO EMPEÑO.

   MÁSTIL DE SOLEDAD,  PRODIGIO ISLEÑO,
FLECHA DE FE,  SAETA DE ESPERANZA,
HOY LLEGO A TI, RIBERAS DEL ARLANZA,
PEREGRINA AL AZAR MI ALMA SIN DUEÑO.

   CUANDO TE VI, SEÑERO,  DULCE, FIRME,
QUÉ ANSIEDADES SENTI DE DILUIRME
Y ASCENDER COMO TÚ,  VUELTO EN CRISTALES.

   COMO TÚ,  NEGRA TORRE DE ARDUOS FILOS,
EJEMPLO DE DELIRIOS VERTICALES,
MUDO CIPRÉS EN EL FERVOR DE SILOS.

  Como prohemio, dedicamos unos minutos a debatir la importancia central del adjetivo en poesía, justo lo contrario de la prosa. Pero el adjetivo es un arma de afilado filo doble. Necesario su uso, pero con tiento y medida, puesque tan erróneo es el exceso cuanto la presencia pírrica.
   Ofreci tres ejemplos:

   1.-  "Hombres (mortales), base para la organización filosófica, los silogismos de las Escuelas medievales. Discusión.
   2.-  "Rosa...( fresca, pura, lozana, olorosa).  Discusión, hasta llegar a Espronceda ,que escribió  "Fresca, lozana, pura y olorosa", claro ejemplo de oficio soterrado y elevación armoniosa y gradual de la adjetivación.
   3.-  Para el símil antes de afrontar la metáfora:  "Los poetas son torres de Dios". Expliación lógica y racional.  Pero un gran poeta reorganiza y escribe: " ! Torres de Dios, poetas ! ". Y entonces todo cambia con revelaciones sorprendentes.

Volviendo a Silos.  Breves notas argumentales, de la escasa historia que se cuenta, para afrontar la cascada de lo mucho que se canta, a partir de un árbol colocado en el claustro de un monasterio, presuntamente orientado a lo religioso. Y así es, pero trasciende más a lo humano de tejas abajo, a los sentimientos de vida, ósmosis para compartir y mezclar, invitación a los otros  (lectores) para que ayuden a crear...Tantas cosas.
    Analizamos el primer verso para abrir camino que cada cual debe recorrer y culminar. Un sustantivo central, troncal.  Y un adjetivo casi en trance de epíteto, incluida su anteposición.  Y otros dos adjetivos de virtualidades múltiples para el matiz y la proyección,  "sombra"  y  "sueño",  muy cercanos en la semántica y casi antagónicos en la realidad de cada día, de cada vida.
   Y pues andamos en lo religioso, aparecieron dos de las tres virtudes teologales, según la doctrina:  FE  y  ESPERANZA.  Pero no alcanzábamos a reconocer la tercera y más importante, muy puesta en protagonismo por San Agustín.  Leímos, releímos y apareció al fin, no como una palabra-signo que representa, sino como clima envolvente que surge de una pequeña idea y va creciendo en oleadas sinoidales,  hasta llegar al corazón del que partió, invadiéndolo todo.  El amor en toda su extensión y asombro, sustentando  la fé y  la esperanza.  La "charitas" del obispo de Hipona.  Y también su invocación emocionada: "Domine, fecisti me ad Te.  Et inquietum est cor meum donec...".
   Todo encerrado en las palabras del soneto. Y cerrado apodíctico en el endecasílabo último: "Mudo ciprés en el fervor de Silos".

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