martes, 9 de agosto de 2016

UN LIBRO EN EL ATENEO DE M ADRID

   El sorprendente mundo de los libros nunca deja, ciertamente, de sorprendernos. Y esto me ha sucedido una vez más. Como sabéis, yo  manejo correo electrónico, facebook y este blog con el que cada día estoy más encariñado y que también me sorprende por la cantidad de visitas que recibe, siendo así que se ocupa de libros y, por lo general, no en niveles precisamente populares. Esta mañana revisaba los recuerdos de facebook y me encuentro con la grata sorpresa de un libro citado por una buena alumna, cuya portada divisó en el centro de un anaquel que le ofreció reconfortante visión.
  La historia es como sigue.  Hace unos años todavía éramos ricos a crédito, y algunas institciones disponían de dinero que destinaban a promociones y actividades relacionadas con la cultura. Una de esas instituciones la dirigía un buen colega de la Facultad de Letras. Así que, ni corto ni perezoso, le propuse un libro para regalo, bien editado, que ofreciera buena imagen, pues que el contenido sería excelente.  No lo pensó mucho y acepto encantado.



  Hice ua lista de doscientos amigos relevantes en escala, lo que me resultó agradable. No lo fué tanto el escrutinio y expurgo hasta quedarme con los que en el libro figuran.
  Les insistí en que no fueran los libros al uso, los más notorios en general, todos buenos sin duda. Antes al contrario, que mirasen a su interior sin ira y eligieran, al cabo, aquellos que de verdad les habían impresionado, que marcaron su vida en el sentido que fuere, para bien o para todo lo contrario. Y así lo hicieron a satisfacción plena.
  Con celeridad digna de los buenos profesionales y m ejores amigos, me fueron remitiendo los textos y comentarios, sin limitaciín de perspectiva y espacio, todo a su libro albedrío, sabedores de que serían leídos por gentes muy diversas, a parte de los cuales impresionarían y, probablemente, harían cambiar algo sustancial en sus vidas.  Pues que la literatura, sin adjetivos, sirve también y sobre todo para tal menester, en gran medida revolucionario.
  Cuando los tuve todos en mi poder, la satisfacción colectiva no pudo ser mayor.  Me sentí muy a gusto. Y recordé, con emoción agradecida, las convincentes palabras de José Santos Chocano:  "Los que hemos trabajado por la independencia de América, no hemos arado en el mar".  También los profesores que hemos trabajado por la independencia de las gentes que se acercan a las cátedra y a los libros, no hemos arado en el mar.  Realidad histórica, presente y con vistas al futuro.  La esperanza no es lícito perderla. 
   El equipo se puso a trabajar con el entusiasmo y eficacia de siempre.  En tres meses disponíamos del libro en los anaqueles y comenzaron los regalos. Debo decir qu tenemos, en la Catedra, tres procolos de comunicación postal con un total tres mil destinatarios. Imposible que a todos llegar. En consecuencia, debíampos aquilatar bien y seleccionar aquellos que realmente lo merecían. Dicho y hecho. Pero como siempre, no contamos con el prójimo en su justa m edida. Al poco se corrió la voz y recibimos cientos de peticiones, sobre todo de Nuestra América. Cumplimos de la mejor manera, reservando doscientos ejemplares de los tres mil editados. Y hasta el momento.
   El libro es múltiple y proteico.  Muy bueno. Me gustaría disponer de varios miles para hacerlos llegar a personas que real y verdaderamente valoran la letra impresa, cuando es de la calidad que aquí se refleja.  Sería un placer remitirlo a todas las Universidades del mundo, como ya lo tienen las 450 del protocolo docente, americanas de norte, centro y sur con preferencia.  En todo caso, me/nos congratula el hecho de haber podido componerlo y darlo a la luz. VALE.

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