viernes, 26 de diciembre de 2014

Escritura de jóvenes alumnos

   Lo reconozco al cabo de los años. Es duro leer textos de alumnos jóvenes o simplemente de jóvenes que desean converetirse en escritores. Y lo es porque, a veces sin culpa suya inicial, muchos vienen con caminos y por veredas que no debieron transitar todavía. Son jóvenes y, por lo mismo, iconoclastas y apresurados, con evidentes deseos de alcanzar la publicación sin advertir peligros precedentes y a posteriori. Los precedentes se suelen centrar en la muy generalizada falta de preparación técnica: muchos estiman que la emocionalidad inteligente suple muchas cosas, incluídos estudio y trabajo técnico que ayude al cerebro. Otros simplemente desprecian las normas, pues que la libertad de escritura garantiza la modernidad no sujeta a cánones. Algunos estiman que la juventud es un valor en sí miasma. Difícil luchar contra tales vientos y mareas.
   Un antiguo alumno acaba de remitirme algunos poemas, él dice que fronterizos entre el être et le neant. Es cierto el mensaje que los unifica, pero apenas pasa de ahí. ¿Cómo decírselo si ha empezado indicándome que se los van a publicar en una revista importante? ¿Cómo desanimarlo? ¿Cómoadvertirle que debe leer mucho más, que la poesía de tinieblas medieval ya cumplió su ciclo, que el romanticismo realizó su trabajo de renovación expresiva y libertaria? ¿Cómo recordarle que los desahogos personales, incluso los más inquietantes y profundos, quedan bien en un diario elevado, proteico, consultado con amigos de verdad, con o sin compartir, y si en el futuro el soplo poético llega ,entonces será el momento de incorporar y la música y la imaginación, para converetir en poema lo que antes sólo fué pertinente y adecuado ensayo metodológico?
   La poesía es música e imagen, por encima de otras muchas consideraciones. Conviene recordar a Mallarmé:"Los poemas se hacen con palabras". Y cerrar por hoy con Machado:"Ni mármol duro y eterno, ni musica ni pintura, sino palabra en el tiempo". Lo difícil es entender y aceptar qué sea la tal palabra, qué pueda ser el tiempo y, sobre todo, qué pretendió decir Machado con la integración especular de ambas realidades para el resultado último de la nueva unidad itinerante. El ruído con que rueda la ronca tempestad, que dijo el neoclásico casi romántico.

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