lunes, 22 de diciembre de 2014

Concierto de Navidad



   La familiar asociacións e llama Euterpe y trabajan la másica especialmente para niños, donde radican todas las hermosas virtualidades de un mundo mejor cara al futuro no lejano. Y pues me ocupo de libros y virtudes, aquí tenéis una: todos los niños en estas fechas debieran leer "Cuento de Navidad", de Dickens. Allí las virtudes cardinales, allí el vicio de la codicia y el desprecio por lo humano, allí las grandes lecciones de ética que, o se aprenden en la niñez o no se aprenderán jamás.
   Lydia, la nieta de nueve años, y su amiga María llevan tiempo aprendiendo a tocar el violín dentro de la orquesta que la profesora, rubia y todavía joven, dirige y promociona. Colocaron a las dos (las menores y nuevas en esta edició) en el centro para el concierto navuideño. Muy modosas ambas, pendientes con gran devoción de los gestos y palabras de la directora, interpretaron varias piezas clásicas y algunas modernas. A la perfección en sus tiempos y medidas. Los aplausos les producían rubor y satisfacción a la vez.
   Muy hermoso todo con el colofón de las familias en presencia silenciosa, oferente y satisfecha. Las palabras, la música, el afecto creciente, la familiaridad, la devoción, el encanto de vivir creciendo en semejante ambiente. La cabeza, el corazón, la niñez como premonición magnífica de unos hombres y mujeres que se ocuparán de lo humano para no retroceder jamás. Un pequeño Himno a la alegría que se hará gigante, sin duda.

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