domingo, 18 de julio de 2021

VIDA BREVE DE UN PROFESOR ( 12 )

 APRENDER  VERSUS  MEMORIZAR 

 



 La polémica viene de lejos .  Los irracionales se decantan por la memoria de perroque ,  esa que reproduce la información sin análisis ,  sin añadir nada nuevo personal .  Memorizan como loros amaestrados todo cuanto el profesor afirma o niega en clase ,  para repetirlo tal cual en los antañones exámenes finales ,  que solían ser escritos para mayor facilidad de todos .  De esta manera ,  la feliz memoria se consideraba un saco en el que todo era depositado sin cambios .  Es decir ,  el conocimiento no existía .  El saber estaba marginado .

   Pues bien ,  en marcha la innovación pedagógica ,  faltaba afrontar el asunto de los exámenes y las correspondientes notas ,  obsesión principal de casi todos los alumnos .

   El profesor se decidió ,  recopilando .  Explicación en clase para las breves notas convenientemente tamizadas .  Los comentarios de texto en las clases prácticas .  Diálogo común en el aula .  Consultas personales en despacho .  Lectura de obras íntegras anotadas en casa .  Y coloquios ocasionales en el campus .

   ¿ Qué más necesitaban ?  Unicamente la voluntad compartida de trabajo  "sine fine"  previsible ,  acomodado a las circunstancias de cada cual .

   Pero  entonces  ¿ los exámenes ?  Lo explicó con claridad y paciencia .  Fuera todas las pruebas escritas colectivas .  Quedaban solo dos controles ,  uno mediado el curso ,  otro al final .  En el despacho ,  cómodos y relajados ,  seguros .

   El alumno viene a la hora convenida ,  con todo el cargamento acumulado :  notas de clase ,  liros leídos y anotados ,  comentarios llevados a cabo y toda clase de sugerencias o trabajos libres suplementarios .  Todo colocado ,  en orden , sobre la mesa del profesor .  Y primera propuesta :  Dime lo que has hecho y cómo ,  para lo que puedes consultar tus libros y cuadernos .

   El alumno se explica ,  continúan las pretinentes preguntas ,  se amplia el coloquio ,  el alumno habla mucho pues mucho tiene que decir .  El profesor habla poco ,  escucha y anota .  Sin tiempo límite ,  hasta llegar al sorprendente final .  "Bien ,  joven (aquí su nombre)  ¿ qué nota crees que te mereces ?" .

   Al principio todo son titubeos y ,  si acaso ,  la respuesta tímida y humilde :  "Eso lo sabe usted ,  que es el profesor y tiene que juzgarme para la nota " .  " Bien dicho ,  pero escucha ,  el trabajo es tuyo ,  lo conoces bien y debes suponer la nota que merece ,  yo voy a limitarme a se  "notario" ,  a dar fé de lo realizado por tí ,  el protagonista eres tú ,  y está bien que afrontes esa responsabilidad ,  ahora y cara a tu vida futura " .

   En un par de años ,  todo se resolvió a pedir de boca (nunca mejor dicho ,  por lo de hablar) ,  y el profesor los notaba más libres en clase ,  más contentos y seguros del resultado final .  Incluso se le acercaban con más asiduidad en el despacho ,  en el campus ,  en la calle .   Como debía ser normal ,  por otra parte .

   Como apuntó el visionario  Alfonso  X  el Sabio hace siglos al definir la Universidad :  " Ayuntamiento de maestros e escolares para aprender los saberes " .


No hay comentarios:

Publicar un comentario