sábado, 14 de octubre de 2017

CURSO DE LECTURA

UNA  SEMANA  EN  BLANCO

   Como ya he dicho en facebook,  esta semana no hemos tenido sesión.  El jueves celebramos la fiesta nacional,  durante mucho tiempo llamada  Día de la Hispanidad, que tantos revuelos negativos despertaba en Hispanoamérica de manera inexplicable.  No es el caso ahora de polemizar una vez más.  Sí debiera ser el caso de hablar acerca de lo que somos, lo que pudimos llegar a ser como pueblos unidos por una lengua común (la sangre dell espíritu,  que dijera Unamuno) y que durante siglos hemos perdido el tiempo como nuevos tirios y troyanos,, tal que en la fábula intentando discernir si son galgos o podencos.


   En todo caso,  aproveché el día 12 para subir  a facebook varios textos de referencia,  encabezados por el soneto que Rubén Darío dedicó a Caupolicán,  texto que debiera contribuir a que todos,  los de  "aquende y allende",  (Menéndez Pelayo dixit), intentáramos reflexionar y trabajar mucho más con la cabeza  "por de dentro", según deseo y recomendación de Machado.
   A partir de la semana próxima y junto a la sínetesis de lo acontecido en clase,  acompañaré aquí un texto más o menos teórico y doctrinal,  aunque siempre orientado a la práctica lectora del Curso.

  Aquí va el de esta semana ausente:

   " Al frente de mi primer libro propedéutico destinado a los estudiantes universitarios, colocaba la siguiente idea de Hegel,  tan ilustrativa :  "La obra de arte es un medio,  a cuyo través el hombre exterioriza su esencia".  Pues bien,  la Literatura fundamenta su razón de ser en la proyección humana del hombre, en su individualidad personalizada,  es decir,  en la configuración de un humanismo en devenir contínuo,  que alcanza su entidad no en la fijeza de un molde,  sino en su constante posibilidad renovada.
   Estudiar Literatura será,  sobre todo,  leer libros que han sido concebidos y dados a luz desde los hontanares artísticos,  y con el placer colocado en el horizonte.  Así,  la realidad original de un gozo se convierte en proteica posibilidad de gozos renovados sin limitación,  aunando vida e historia,  cuya confluencia es el vértice de lo humano.  Y que se materializa a través del arte como medio de expresión ".

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