sábado, 13 de mayo de 2017

HISTORIAS DE MEDIANOCHE. UNA JORNADA BIBLICA CON HISTORIA

   De entrada, una buena amiga me llama por teléfono para indicar que me envía una foto de la Virgen de Fátima, por los recuerdos compartidos y porque ella es particularmente devota de tal advocación, y de los tres pastorcillos que la protagonizaron.


   Es lo cierto que me ha despertado un torbellino de recuerdos de infancia y primera juventud ,  que marcaron  en gran medida la dimensión religiosa  (y por lo mismo,  transcendente) que afecta irremesiblemente al ser humano,  sean cuales fueren las circunstancias que puedan rodear su vida.
   La religión es consustancial al hombre, y necesaria en todo caso, como saben mejor nadie los ateos,  tan azacaneados como andan siempre por demostrar la inexistencia de Dios, ser supremo en el que dicen no creer.
   Nunca he sido especialmente papista,  hasta que llegaron dos personajes con los que comulgo,  el Papa bueno Juan XXIII ( que consustanció mis creencias hasta entonces paulinas en exceso) y este Francisco que me conmueve,  con el que cada día estoy más en acuerdo y que sólo le atribuyo un defecto insalvable,  la edad.
   Pues bien,  mi edad frisaba los doce años, y el movimiento mariano de Fátima crecía en extensión y profundidad.  Los hermanos Francisco y Jacinta, amén de su prima Lucía, que los sobrevivió muchos años,  pues que los hermanos murieron a los dos años de la primera aparición de la Virgen.  Susu estampitas circulaban entre nosotros como agua de mayo.
   En la escuela, en las iglesias parroquiales,  por doquier celebraciones,  encuentros, cánticos y otras manifestaciones en torno al milagro.  Las creencias y su tipología,  las concreciones populares, el grave problema de los pobres,  campesinos en general, sin gran preparación intelectual,  como destinatarios elegidos por las Alturas para congraciarse con ellos , y utilizarlos como intermediarios entre lo Divino y lo humano,  entre los dioses y los hombres, que diría Hölderlin,  el poeta visionario,  loco a fuer de cuerdo.
   Por otra parte,  ya estaba instaurado el mes de mayo como el de María y las flores,  de modo que todas las tardes teníamos celebración litúrgica  "con flores a María" en las iglesias.  Recordad la canción

VENID Y VAMOS TODOS,
CON FLORES A PORFÍA,
CON FLORES A MARIA,
QUE MADRE NUESTRA ES.

Todo andaba en renovación,  incluída la búsqueda de un nuevo catecismo aggiornado,  para sustituir a los del padre Astete y el padre Ripalda,  dieciochescos y muy ardenados,  aunque demasiado austeros y de lenguaje un tanto arcaico.
   Lo de Fátima fue una explosión de fé popular en torno a tres niños , que habían recibido a la Madre por antonomasia para guardar los tres secretos misteriosos,  encabezados por la conversión del mundo  y, de manera especial,  la conversión de Rusia:  los tres niños creían que se trataba de una mujer por convertir.
   Siempre he considerado,  siguiendo a San Pablo, que la fé es un obsequio razonable que el hombre hace a Dios.  Leyendo sus epístolas, cada vez me reafirmaba más en ello.  Y sin embargo,  la dimensión popular de lo religioso ocupa lugar importante y claro en la liturgia de todas las religiones,  la nuestra occidental incluída.
   Ayer seguí el rezo del Rosario a través de televisión.  Esta mañana he seguido la Misa por el mismo medio.  Impresionantes ambas manifestaciones.  Medio millón de personas de toda edad y condición en torno a un monasterio,  a los pies de una Virgen,  cuya talla en madera de cedro tan solo mide un metro y cuatro centímetros.  Cardenales, obispos, sacerdotes, monjas y el pueblo llano en plenitud de fervor,  sabiamente conducido por un Papa que habla con idéntica autoridad a los sabios y a los humildes aldeanos. Es para meditar.
   Y otro canto para terminar,  aprendido por aquellos entonces y hoy vuelto a cantar con emoción

EL TRECE DE MAYO
A COVA LEIRÍA
BAJÓ DE LOS CIELOS 
LA VIRGEN MARÍA.


La idea y la emoción sobrevolando el mundo.  La convicción razonada y la plegaria que brota del corazón.
La hoja de la fé sigue siendo única y la misma.  Pero las nervaduras que conducen la savia ofrecen una imagen en el haz.   Y otra complementaria en el envés.

No hay comentarios:

Publicar un comentario