domingo, 24 de julio de 2016

LAS LENTEJAS DE ANA MARIA MATUTE

  Gran escritora. Gran persona. Gran amiga familiar y personal. Murió hace apenas dos años y significa una gran pérdida para todos, desde los niños (una de sus grandes pasiones) a todos los adultos que disfrutan con la lectura de buenos libros.
Digo familiar y persona por una clara razón. Por razones profesionales, mis hijos y esposa han conocido a los


grandes escritores del siglo XX, pues que todos pasaron por nuestra ciudad en numerosas ocasiones. Los conocían por mí, claro, pero muy pronto comenzaba una historia personas entre ellos. Y en no pos ocasiones desarrollaron amistades muy por encima de las mías. Recuerdo tres casos canónicos: Bryce Echenique, Roa Bastos y José Hierro, los tres muchos amigos de mi mujer y alguno de mis hijos que conmigo. fenómeno natural. Los compañeros se conocen y relacionan bien, pero los amigos se eligen libremente en función de las afinidades selectivas y otras virtudes personales e intransferibles.
  El caso de Ana María es canónico. Muy amiga mía, pero mucho más de mi mujer y de mis tres hijos. Ella venía todos los años a Murcia para hablar de Literatura. Todo el mundo lo pasaba muy bien: aulas, calles, cafés en plazas, paseos, largas coloquios con estudiantes, etc. Pero llegó un momento en que me dijo: "mira Victorino, tú sabes lo que te quiero (y lo que te debo), pero no te enfades por lo que voy a decirte. A partir de ahora, que me presente siempre Javier, tu hijo. me entiendo mejor con él, tengo más confianza y los coloquios y conferencias salen mejor si lo tengo a mi lado. ¿Te parece bien?".  Cómo no me iba a parecer. Y desde entonces todo lo hacían de consuno, con el trato de abuela-nieto como base de sustentación de todo lo que hacían. A tal extremo que un año le dedicamos un Curso-homenaje en El Escorial, y ella exigió que fuera invitado Javier para que la acompañara en el coloquio de inauguración de todos los Cursos. Así era y así se comportaba.
  Culminación de lo afectivo. Otro día le dijo a Carmen, mi esposa: "Vamos a ver Carmen.  Sé que tú eres buena cocinera, además de buena catedrática de Matemáticas. Estoy un poco cansada de los buenos hoteles y restaurantes que me reserva tu marido. Lo que de verdad me gusta es la comida casera, lentejas y cocido con preferencia. ¿Por qué no me preparas unas buenas lentejas, a ser posible con chorizo picante". Dicho y hecho. Quedó encantada. y en adelante así acontecía cada vez.
  Una conclusión clara. La Literatura forma parte de la propia vida. y sirve, sobre todo, para que los buenos afectos y las buenas ideas discurran por el mismo camino de perfección humana. lo demás, verdura de las eras, que diría el poeta medieval.

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