martes, 1 de marzo de 2016

"Las tramas esquivas", un buen libro para leer

   El autor es Alberto Hernández Moreno, un buen alumno de hace unos años, del que cabía esperar frutos como el que ahora puedes tener en tus manos. Importa destacar la muy amable dedicatoria que coloca en el volumen que ha tenido la amabilidad de enviarme. Buenos recuerdos de alumno, buenos recuerdos de profesor, he ahí la clave positiva de la enseñanza universitaria, que suele pivotar entre dos polos de atracción: primero, todo lo que aprendo en las aulas, se debe a mi talento y trabajo; segundo, todo lo que acabo ignorando en las aulas, se debe a la torpeza de los profesores.  Por so, cuando tropiezas con los pocos buenos alumnos que en el mundo han sido, y serán, (fray Luís dixit), la satisfacción es notable y compensadora. Este es el caso de Alberto, de producción amplia y variada, aunque ahora nos ocupa este libro que recomiendo.
  me dice en la dedicatoria: "Por haber plantado en mí la semilla del amor a la Literatura Hispanoamericana". Cierto y verdad, que decían los clásicos. El amor a los libros como marchamo elevado y prometedor. Lo hispanoamericano, porque fue mi segundo campo de batalla docente, tras lo español, a cuya literatura dediqué los primeros años de mi trabajo en la universidad.
  Sobre esa base, estas "tramas esquivas"  (  en expresión muy borgiana  ) se ven perfectamente analizadas a lo largo y ancho de casi cuatrocientas páginas de prosa densa y bien informada. Borges y Bioy se ven analizados con lupa (nada benevolente, aunque muy esclarecedora) recorriendo los "arrabales" literarios de tan preclaras mentes y plumas.
   Leed el texto de la contraportada. Numerosas interrogaciones, abarcadoras de otros tantos campos de expresión y estudio, todas ellas planteadas por el propio autor y a las que va dando cabal respuesta página a página, casi palabra a palabra.
  Dos características por las que lo he pasado bien leyendo el libro. Primera la escritura tersa y técnica impecable, sin la pesadez tan habitual en los ensayos; antes al contrario, haciendo gala de bien cortada pluma, sindéresis bien organizada y un notable grado de de "creación" literaria, que para nada entorpece la claridad y el rigor exigidos por tal tipo de escritura. Segunda, la información casi total, bien discriminada y dispuesta, de modo que al lector pueda moverse por sus páginas con soltura, sin erudición pesada y llena de excursus, disponiendo su tarea con la comodidad necesaria que también produce placer. 
  El autor investiga bien, organiza bien y dispone el texto de modo asequible, sin que esto signifique facilidad aparente para ignaros, porque ha puesto alto el nivel de exigencia. En todo caso, el más puntilloso lector aquí encontrará lo que busca., desde el conocido prisma de Góngora: "Jardines cerrados para muchos, abiertos para pocos". Y es que los niveles de Borges y Bioy necesitan, siempre, amplia preparación previa y métodos adecuados.
   Me congratula decir que Alberto Hernández Moreno, en este libro, ha encontrado el camino correcto para ejemplificar la fórmula horaciana, válida también para la exégesis y la crítica: "Mezclar lo dulce con lo útil".  

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