martes, 8 de diciembre de 2020

SEGUNDA ETREGA

 PEQUEÑA  REVOLUCIÓN  EN  LA  UNIVERSIDAD



  Todo comenzó una tranquila tarde de otoño .  Cursaba yo el cuarto curso de la Licenciatura de Filología Románica en la recoleta universidad de Murcia ,  utilizando su principal Seminario como mi segunda casa ,  todo rodeado de armarios de roble repletos de libros .

   Deseaba realizar mi Tesis de Licenciatura .  Entré al despacho de mi maestro ,  el Caedrático Mariano Baquero Goyanes .  Hablamos largo  y tendido y ,  tras algunas dudas sin importancia ,  concretamos el título :  "La narrativa de Cela" . 

    Debo decir que terminé las anotaciones investigadoras en el veraniego campamento de Milicias universitarias ,  ante la sorpresa del capitán ,  que se extrañaba de verme siempre con un libro bajo las encinas .  Un día me preguntó dónde dejaba el libro cuando comenzábamos las clases de estrategia militar .  Y entonces conoció una de las muchas utilidades del  "mono  caqui"  con su iprescindiblle cinturón bien apretado .  " ¿ Los escondes en el regazo ? " .

   En el proceso de elaboración ,  quinto curso ,  contacté con el autor de  "La  colmena" ,  de cuya etapa conservo unas valiosas cartas suyas muy aleccionadoras .

   Pasaron los años ,  terminación de estudios ,  locura de las oposiciones ,  familia constituída ,  vitalismo desbordante ,  cátedras logradas ,  trabajo intenso ,  cambios de todo tipo,  deseos de cambiar el mundo ,  como corresponde a esa edad y peripecias .  Hasta que un día me encontré fijo y seguro dando clase en la Universidad .  El mundo a mis piés sin la menor duda ,  así lo creía entonces .

   Otro buen día ,  me ví rodeado de un buen equipo ,  alumnos y profesores ,  trabajando por modernizar nuestra parcela en la universidad .  Comenzamos por sacar a la calle aquello que nunca debió quedar encerrado en los claustros .  Y para que la calle entrara en esos claustros ,  derecho inalienable ,  si que con las debidas prevenciones ,  orden y concierto .  Y dimos en crear lo que llamamos  LITERATURA  VIVA ,  es decir ,  los buenos escritores visitando aulas y conversando de lo divino y lo humano a través de sus libros .

   Al propio tiempo ,  mi empeño se orientó ,  también ,  a propiciar  "Doctores honoris causa",  incorporados a la universidad como maestros prestigiosos capaces de ofrecer magistrales lecciones necesarias .  En pocos años logramos tres :  Jorge Luis  Borges ,  Mario  Vargas  Llosa  y  Camilo J.  Cela .

   Hoy me ocupa el tercero ,  cuyo proceso vino a poner de relieve la grandeza de la universidad como institución ,  la miopía de muchos profesores y la espontaneidad justiciera de innumerables personas .

   Comenzamos el proceso .  Para entonces ,  el autor de  "La colmena" ya nos había visitado en varias ocasiones ,  todas gratificantes .  Lo aprueba el Departamento de Literatura ,  lo aprueba la Facultad de Letras y llega su discusión al Claustro de la Universidad .  Y hete aquí la sorpresa .

   Como responable de la propuesta ,  me invitan a sesión plenaria  "para defender la candidatura" .  Primera interrogante de un alumno de Letras :  " ¿ Defender la candidatura de un escritor como el autor de  "La familia de Pascual Duarte ?".

   Templé los ánimos y aparecí en la peregrina sesión con cierto grado de ajena vergüenza .  Hice lo que se me pedía ,  con la mayor discreción posible .  Y renuncio a transcribir la intervención de algunos catedráticos ,  uno de Letras y otro de Medicina entre ellos .  Para la ignorancia y la osadía torpe siempre tuve piel de elefante .

   Y aquí la segunda morrocotuda sorpresa :  el Claustro decide ,  por mayoría ,  negar el título de Doctor honoris causa al  autor de  "Madera de boj" .

   Al numeroso personal irritado ,  procuré tranquilizarlo con un conocido verso :  " Cosas veredes ,  buen Cid ,  que farán fablar las piedras " .  Y al cabo las piedras hablaron ,  vaya si hablaron y de qué manera .

   Pero antes de estas  "fablas"  positivas ,  interesan dos inmediatas a tan gloriosa decisión .  Un catedrático de Letras ,  miembro del claustro ,  declaró a un periódico local sin empacho :  "Ya tenía yo ganas de suspender a un Premio Nobel" .  Y un catedrático de Medicina :  " No lo aprobamos porque aquello era  "seguidismo"  (sic) " .  Que Santa Lucía les conserve la vista .  Y San Buenaventura la ética .

   Y la gente se dijo y nos dijimos todos :  " Ladran ,  luego cabalgamos " ,  parodiando amistosos a Descartes .  Y hablaron las piedras  y cabalgamos con alegría y denuedo .

He aquí unos cuantos cantos rodados ,  de los muchos bajo el río ,  con cuyas aguas pretendimos ,  y  logramos ampliamente ,  lavar y   "desfacer el entuerto"  cometido por otros ignaros y pandemoniastas .

  Aquí termino la primera entrega . Continuará mañana .

  

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