lunes, 4 de junio de 2018

VIDA DE UN PROFESOR ( 22 )

DE  LOS  DOCE  TRABAJOS  DE  HÉRCULES ,  UNO

 Así estaba la enseñanza en nuestro país por aquellas ominosas calendas .  Quizá los doce hubieran resultado excesivos ,  aunque no tanto .  Quien lo probó ,  lo sabe .
   El caso es que andaba instalándose con parsimonia ,  pero sin descanso ,  en la Universidad ,  único profesor joven entre media docena de esforzados maestros ,  de los que mucho aprendió para imitar ,  pero también para modular y salir del marasmo en el que estaba sumida la sociedad española ,  y el mundo universitario no era una excepción .
   Se necesitaban dos años legales para poder presentarse a las oposiciones de Cátedra de Instituto ,  pues que se suponían necesarios para prepararlas  comme il faut .
   Más adelante hablará de la situación .  Por el momento y sin mayores averiguaciones ,  aprovechaba el tiempo para impulsar el doctorado en torno a  LA SOLEDAD EN LA POESÍA ROMÁNTICA ESPAÑOLA .  Grave asunto y tema prometedor ,  si que problemático y espinoso . 
   
   Lo culminó en año y medio ,  de modo que en la Navidad de 1.965 defendió la Tesis ante un tribunal constituído por los catedráticos Luciano de la Calzada  (Presidente) ,
Angel Valbuena Prat ,  Manuel Muñoz Cortés ,  Mariano Baquero Goyanes (director de la Tesis)  y Antonio Ruiz de Elvira (Secretario). 
   Lo calificaron Sobresaliente cum laude y ,  unos meses más tarde ,  le concedieron el Premio Extraordinario .  Agradecido y satisfecho .  Aunque debe decir que le quedó una maca de por vida .  Tuvo que leer y anotar cientos de libros recibidos de la Biblioteca Nacional ,  en cuyos anaqueles dormían el sueño de los justos ,  sin haber sido abiertos ni hojeados , durante más de un siglo aguardando la mano de nieve becqueriana .           Consecuencia natural :  millones de ácaros y variada gama de miasmas sutiles se alojaban allí tan ricamente .  Consecuencia inevitable :  su pituitaria se resintió sin remedio ,  dejándole una bonita propensión a la fluencia nasal .
   El camino se despejaba .  Los pilares de la personal tierra prometida se asentaban como convenía .  Y justo el año 1.966  daría el siguiente salto .  Se había trasladado de Alcantarilla a la capital ,  Instituto Alfonso X ,  como queda dicho .  Un oasis de paz ,  libre de automóvil ,  viajes y desplazamientos .  Sintió mucho dejar a los niños de la sección delegada ,  pero  acabaría encontrando similares ,  aunque más urbanos y de asfalto .
   Momento de afrontar las Cátedras de Instituto ,  a la sazón más prestigiadas que las endogámicas universitarias .  Y ,  sobre todo ,  mejor pagadas gracias a los obvencionales ,  los libros de texto y otras gabelas añadidas .  Con decir que la Mutualidad de Catedráticos tenía en Madrid un Colegio Mayor sólo para hijos del cuerpo ,  está dicho todo .
   La oposición constaba de cinco ejercicios :  un escrito ,  dos orales (las famosas encerronas) ,  un comentario de texto (dividido en tres ,  texto medieval filológico ,  texto del Siglo de Oro  y texto moderno y contemporáneo) ,  y una Memoria final sobre concepto ,  métodos y programas de la asignatura .
   Se celebraban en Madrid con un único tribunal para toda España ,  por lo que duraban mucho tiempo .  En su caso ,  cuatro meses interrumpidos por una apendicitis (opositor) y un cólico nefrítico (presidente del tribunal).  Se presentaron más de tres mil candidatos ,  para veinte plazas.
   Al cabo ,  todo terminó felizmente para él .  Obtuvo el número  3  y elegió la plaza de Cartagena ,  por cercanía con la universidad .  Su compañero y amigo Antonio García Berrio obtuvo el número  9 ,  por lo que le solicitó una permuta ,  entonces legalmente permitida .  Así lo hicieron de modo gratuito .  
   Hay que decir que estas permutas se "pagaban"  a precios cientomilenarios de pesetas ,  pero la amistad prevaleció (cierto que le hubiera gustado un pequeño detalle de agradecimiento que no se produjo ,  pero eso ya es otra historia ).  Así suele ser la naturaleza humana .
   Tomó posesión de su nueva y flamante Cátedra , en  Vélez Málaga por mor de la permuta ,  y al día siguiente pidió la excedencia por diez años ,  tiempo más que suficiente para que se resolviera su situación universitaria de manera definitiva .
   Siempre había dicho que si a los  30  años no estaba fijo y permanente allí ,   regresaría a la Cátedra de Instituto ,
con todos los beneficios que ello comportaba .
   Pasado el Rubicón ,  regresadas a su ser salvífico las aguas del Mar Rojo ,  su vida comenzó a discurrir más plácida y confortante,  con mucho más tiempo para la docencia y la investigación complementaria .
  Y no quiere terminar este capítulo sin aportar algo curioso .  En Madrid,  un grupo de buenos opositores se reunían en la cafetería Varela para preparar el ejercicio práctico de comentarios .  Hablaban de lo divino y lo humano ,  jóvenes al fín .  Una tarde lluviosa ,  alguien lamentó que ya no  "existiera"  Vicente Aleixandre ,  al que le hubiera gustado conocer .  Silencio sepulcral .  Hasta que decidió tomar la palabra y ,  sobre un poema de  "Historia del corazón" ,  ofreció a los demás   llevarlos para ser recibidos por el Premio Nobel en su famosa casa de la no menos famosa calle  ,  siempre abierta para poetas y otras gentes de mal vivir ,  como los opositores interesados ,  certeza que él bien podía avalar ,  pues que había cruzado sus puertas en dos memorables ocasiones deslumbrantes .  Hic Troya fuit ,  sic transit gloria mundi.

 T  E  X  T  O


   " Y entonces se plantea el primer problema .  Las obras literarias  ¿ son organismos vivos o muertos ?   La respuesta depende ,  una vez más ,  del criterio elegido .  Considerada en sí misma ,  la obra es un organismo muerto porque no tiene posibilidad de cambio ni crecimiento ,  permanece tal y como la dejó el escritor .  Ahora bien ,  contemplada a través del binomio tiempo -  lector ,  no cabe duda de que es un organismo vivo ,  pues que cada época y lector tienen una visión distinta de ella ,  la interpretan de modo diferente a tenor de sus propios gustos y preferencias .  Por tanto ,  habrá dos tipos de estructuras :  la de la obra en sí misma y la de la obra en relación con las circunstancias ajenas a ella ,  que en alguna medida la modifican y hacen traslaticia " .



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