viernes, 20 de febrero de 2015

Presentar un libro

    Cada vez ando más convencido de que presentar un libro es practicar el oficio de comadrona o de partero a la manera socrática. El autor, un buen día, te ofrece la oportunidad de hacerlo. Tú, en la medida de lo que cabe, aceptas y se lo agradeces, aunque le indicas con amistosa reconvención que aquello no es oportuno, porque la mayor parte de las veces, el presentador aprovecha para su propio lucimiento sin ánimo de pecado, incluso ignorando que así pueda suceder, pero convencido de que el marco puede perfeccionar el cuadro, sobre todo pensando y diciendo que la explicación contribuye grandemente a la mejor comprensión por parte de los lectores.
    Recuerdo la idea de Rousseaux, el buen crítico francés contemporáneo: "Esto es un cardo, esto es una rosa". Eso no más habría que decir: esto es un libro de versos, una novela, una obra de teatro destinada a la representación. Y añadir: esto es un buen libro también porque yo lo presento, con lo que la vanidad presentadora quedaría, sibilinamente, satisfecha. Para terminar con Elliot: "Esto es un libro. Quien hojea sus páginas, toca un hombre". El problema se plantea cuando es autora, pues no parece correcto decir "quien hojea sus páginas, toca una mujer", aunque si pensamos en Fromm quizá estuviéremos en el buen camino. Y si también fuéremos capaces de liberar la milenaria conciencia de pecado casi en exclusiva ¿por qué no decirlo? ¿Es aceptable tocar un hombre a través de su libro? ¿Y no lo es tocar una mujer por la misma causa? Y si después y a través de los libros se produjera semejante acercamiento ¿qué habría de pasar que no fuera libremente placentero? Bastaría recordar a Paolo y Francesca.
   Todo muy literario y vivo y humano, pues que de arte se trata y de palabras estéticas. Para decir que el próximo martes, día 24, volvemos a presentar un libro en Las Claras. La vez anterior lo hicimos en Cartagena. Lo escribo para las gentes de Murcia, por si os apetece asistir.
    El libro es "Universo de emociones", antología esencial de Marcelino Menéndez, autor prolífico pues h a publicado 69 libros y sus textos andan viajeros en más de sesenta revistas de muy diversos países del mundo entero. A día de hoy es mi amgo, lo conocí en un Curso de Lectura que suelo impartir en las aulas de la Facultad de Letras de la Universidad de Murcia. Y o presento, en primer lugar, por la calidad de los textos; en segundo lugar, porque la buena amistad suele producir estos encuentros satisfactorios. Para todos, presentes esa tarde y ausentes pero cercanos, una recomendación en latín: "Tolle et lege".

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