viernes, 13 de agosto de 2021

VIDA BREVE DE UN PROFESOR ( 15 )

 LOS  AÑOS  QUE  VENÍAN  PROVISORIOS

   



Se ha bía producido importante inflexión de tiempo y modos de vivir .  Todvía joven ,  el profesor contemplaba el panorama con relativa tranquilidad ,  si que bullendo en su cabeza y corazón multidud de ideas y emociones propicias para el cambio y la creciente perfección ,  personal y colectiva ,  pues continuaba pensando que lo humano en exceso individual terminaba siendo egoísta e infecundo ,  un tanto en ataraxía negativa y represora ,  cuando menos paralizante .

   Profesionalmente se veía seguro y bien afincado .  Varias oposiciones aprobadas ,  tal que garantía cara al futuro y las posibles ,  no deseables ,  agitaciones y retrocesos que le pudieren ser impuestas .

   Por otra parte ,  los cimientos en la universidad eran fuertes .  Explicaba Literatura Española ,  más un curso de Métrica del Siglo de Oro ,  a propuesta del profesor Valbuena Prat .

   Vivía feliz ,  si que con cierta  "aspereza espiritual"  (Balmes dixit)  por el entorno ,  demasiado obsoleto ,  en cierta medida paralizante ,  tradicional férreo y escasamiente abierto a las posibles y necesarias transformaciones .  De ahí su inquietud ,  pues que la enseñanza permanecía con métodos casi medievales ,  monólogos de  profesor  ( en ocasiones ,  muy buenos)  y ausencia casi completa del estudiante ,  limitado por obligación e inercia ,  su voz nunca  escuchada por los posibles trastornos que pudiere provocar .

   Recordaba al abate Bremond y su  "poesía pura" ,  pero también al Neruda que predicaba los  "poesía impura" ,  necesitado el poeta de mancharse las manos con el barro diario del vivir ,  no sólo el compromiso políticosocial a la moda pasajera .

   Había que remover las aguas de un lago demsiado en calma ,  y a ello dedicó bastante tiempo y mucha energía cinética ,  con el riesgo evidente de la incomprensión ,  incluso de la oposición rijosa de tantos paniaguados ,  en general analfabetos a estos niveles ,  o simples detentadores de prebendas heredadas o extrañamente adquiridas .

   Empezó por los alumnos , esos pasmarotes silenciosos tomadores de apuntes y papagayos en los periódicos exámenes .  Les obligó a hablar ,  a participar en clase con preguntas o sugerencias .  Y a que visitaran su despacho con asiduidad ,  para la orientación personal en cuanto a lecturas ,  comentarios de texto y preparación remota con vistas a su formación como profesionales en el futuro .

   Ello supuso notables remociones intelectuales y emocionales ,  pues había que contar con la inercia de los hábitos ,  inexistentes o mal adquiridos .  Pero todo se anduvo encauzando con paciencia y buen ánimo .  Por aquellos años ,  el profesor pensaba que era suficiente con la respuesta positiva de un veinte por ciento de matriculados .  Al resto ,  como diría Sábato con elocuente gesto de mano ,  seles podía saludar amablemente y desearles lo mejor .

   Y aquí vienen bien dos anécdotas reveladoras .

   La primera se refiere a quinto curso de carrera ,  último año que permanecían en la Facultad .  Les obligó a leer entre tres y cinco libros por trimestre ,  Literatura Hispanoamericana .  Dos semanas después fué convocado a reunión amistosa para discutir la cuestión .  Para relajar ,  la celebraron en la cafetería  Ipanema ,  trasunto amble de aula o seminario .  Unos veinticinco en total .  Dejó que hablaran ,  sobre todo el delegado de curso ,  a la sazón un culto canónigo  de cincuenta años  ,  muy metido en la cosa reivindicativa .  La propuesta fué unánime :  demasiada lectura para el ingente trabajo del curso .  Les razonó ,  intentó convencerlos a la manera socrática .  Ni aún así ,  pues que las resistencias diamantinas al cambio estaban bien cimentadas .  El resultado :  tendrían que leer tres libros al trimestre ,  comentados ,  para aprobar .  Podían leer más para mejorar la nota posible .

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