Vaya por delante que tú siempre fuiste una mujer muy religiosa , desde tu infancia , desde tu larga experiencia en colegio de monjas ( la Compañía de María , versión femenina de los jesuítas , con San Ignacio al fondo , lo que es mucho decir ) , pero también por tradición bien asimilada y por la necesidad humana de creer en algo transcendente .
Yo también tengo mis firmes convicciones , quizá un poco más librepensador , pero sin pisar la raya del agnosticismo perplejo , mucho menos la frontera del ateísmo militante o la posse infantil de la negación de ultratumba o la paralizante admisión de lo terrenal como principio y fin de lo humano .
Te lo digo porque esta mañana he conversado con un buen amigo a propósito de todo esto . Me dice que lee cuanto escribo estos días y que no se explica cómo yo , tan elevado intelectual , puedo admitir la existencia de esa "tercera vida" , que no pasa de ser una simbolización mítica de nuestras limitaciones y apetencias frustradas .
No he querido discutir mucho , aunque le he recomendado el texto de T . de Chardín "Las epistolas de San Pablo a la luz de la razón" . Incluso que reflexione un poco sobre esta definición de fé : "Obsequio razonable del ser humano a Dios" .
Claro que todo empieza por la "fé del carbonero" , cierto y evidente .
Termino por esta tarde , sin embargo . Mañana hablaremos del catecismo y los ateos , amén de los agnósticos .
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