Sucedió ayer , cuando regresaba del Camposanto . El semáforo de la autovía cambió de naranja a rojo y me detuve en primera fila , un tanto distraído , en verdad .
De improviso , aparece un hombre muy atezado , de unos cuarenta años , corpulento y fornido , con un cartel informativo que solicitaba limosna . Me sorprende , le digo que puedo ayudarle a encontrar trabajo para que gane el dinero con dignidad y esfuerzo . Hace como que no comprende y pasa rapidamente a otro automóvil .
¿Cuántas veces lo hemos comentado , Carmen ? La mendicidad mal entendida y consentida , conduce a la degradación por la corruptela .
El caso de la chica es más penoso . 17 años , delgada como una espátula , con la cara cetrina , mal vestida . Se coloca delante de los coches y , con tres pelotitas , hace unos elementales juegos de manos .
He aparcado para hablar con ellos . A ella también le he ofrecido un trabajo adecuedo a su edad y condición .
Me han explicado cómo han llegado a semejante situación .
Me he sentido humillado , perplejo , incrédulo . ¿Cómo es posible que , a estas alturas de los tiempos , sucedan historias así ?
Hay culpables . Los poderosos de la tierra son culpables y pervertidos . Pero también lo son esas masas irredentas , que eligen a los gobernantes y ante los poderosos humillan la cerviz por un plato de lentejas , que les permite once meses de trabajo en esclavitud y un mes tumbados como lagartos al sol .
Me ha impresionado sobre todo la joven . He pensado en la nieta mayor y un calofrío ha recorrido mi columna vertebral : ella , como tantas afortunadas , tiene la suerte de una familia idónea . Puro azar , pero el azar exige una necesidad para el mínimo equilibrio y compensar los desajustes que la naturaleza irracional provoca .
En fín , Carmen , habrá que recurrir a la esperanza . Y mientras , voy a preparar la merienda como siempre . Magdalena y leche para tí , té verde y tostada para mí . La tarde cayendo está .
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