Volvemos a las virtudes esencialmente femeninas del diario vivir y caminar . Reconoce que tienes un cierto punto de vanidad estética , de modo muy particular con respecto a tu persona y la imagen física que pudieras ofrecer .
¿ Cómo salir de casa sin hacerlo de punta en blanco ? ¿Cómo estar en casa sin hacerlo vestida impecable , fueran cuales fueren las horas del día y de la noche ?
Lo decías en toda ocasión : "Una mujer debe ser y parecer señora en todo momento" . ! Y así desde que te conocí a tus veinte floridos y esplendorosos años !
Hoy recuerdo tu melena y tus manos que , a su vez , me recuerdan las "blancas manos de Eurídice" , comentario que te hice hace casi cuarenta años , en el tetaro Reina Victoria , de Madrid , durante una feliz representación .
La melena corta , a la altura de los hombros , siempre pendiente de actualización peluquera , aunque andando los años tu cuido personal superaba a tus habituales cuidadoras . Siempre la llevabas limpísima y suavemente modulada por los adecuados productos desde y cuando , muy joven , tu hermana era la encargada de traerte los champús idóneos , aquellas bombitas apretadas que dispensaban las droguerías al uso . Color castaño claro , con algunos reflejos coyunturaales , ondeaba con suavidad a los discretos vientos .
Las manos , finas y elegantes , dedos elongados y uñas en perfecta proyección de parábola complementaria . Muy orgullosa tú de tus manos , con las uñas pintadas sin el más mínimo desperfecto . Casi siempre de color rojo entre vivo y burdeos , aunque algunas temporadas preferías el color rosa poco intenso .
Eran tus dos elementos de seducción elegante y discreta , pero pasionales a la vez . Con atracción intensa en ambos casos . Las recuerdo siempre . Y ahora las vivo como si el tiempo se hubiera detenido para los dos .
" Y EN EL SILENCIO SOLO SE ESCUCHABA ..."
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