martes, 13 de noviembre de 2018

CRONICAS DEL ALBA

UN  ALTO  SIN  LIBROS  NI LECTURAS

  Volveremos a ellos ,  que es nuestro camino habitual .  Pero hoy he recibido la llamada de un alcalde soriano ,  compañero de pupitre en la escuela de mi padre .  Gran amigo .  Cuando tuvimos que elegir cara al futuro ,  yo preferí los libros y el estudio ; él se decantó por los negocios ,  campo mucho más rentable .
   Hemos conversado y ello me ha removido viejos y queridos recuerdos ,  emociones y sentimientos que se afianzan en la niñez y adolescencia y que permanecen toda la vida ,  un tanto aletargados ,  pero cualquier motivo basta para rememorar y revivir .
   Recuerda ,  Carmen ,  nuestro primer viaje a Catilla .  Tú querías conocer la tierra que tanto amo y de la que te hablaba con frecuencia .  A mí me apetecía cumplir tu deseo ,  sabedor de que estas elecciones unen mucho y afianzan raíces de amor y compañerismo .
   Tú ,  veintiocho años ;  yo ,  treinta .  Buena edad .  Recién casados ,  recibimos quince día de permiso oficial para el viaje de novios habitual .  Parte del tiempo lo pasamos allí ,  nieve y cierzo incluídos ,  para tu susto ,  pues eres eres mujer eminentemente mediterránea .
   Llegamos a la capital ,  Hotel Comercio con carruajes ,  amplias habitaciones y calefacción a tope ,  que agradeciste contenta .  En el desayuno sirvieron mantequella de Soria dulce ,  otra sorpresa para tí .
   Visita al Duero ,  a la ermita de San Saturio pasando por el Arco de San Polo ,  recuerdos de Machado que ibas identificando muy bien ,  consecuencia de tus lecturas .
Paseo por El Collado y descubrimiento el peculiar templete de la Alameda de Cervantes .
   Alquilamos un seat 600 y por la tarde viajamos al pueblo .  Te presenté a las gentes conocidas ,  que se hacían lenguas del gran maestro que fué mi padre y de la estupenda señora maestra ,  que enseñó a las jóvenes a bordar y pintura ,  y que les leía novelas en el taller .
   Llegamos a casa de don Fidel y doña Tere ,  dos maestros un poco mayor que nosotros y amigos de mis padres .  Alegría inmensa .  Ella estaba embarazada de su quinto hijo ,  lo que no fué obstáculo para recorrer medio pueblo para las breves y reconfortantes visitas a varias personas ,  todas con especial significado por los buenos tiempos vividos quince años atrás .
   Casi todos querían que nos quedásemos a cenar ,  pero don Fidel impuso amistosamente su papel de padre de familia y anfitrión esa primera vez .
  Regresamos a su casa ,  se acostaron los niños y nos dispusimos ante una opípara cena .  La cecina y la morcilla dulce llamaron especialmente tu atención .
   Hablamos hasta la madrugada ,  recuérdalo .  Y cuando de allí salimos camino del único hotel ,  acertaste a decirme :"! Qué personas tan extraordinarias y qué diferentes de las mediterráneas .  Me he sentido muy a gusto ,  integrada desde el principio ,  creo que tendremos una buena amistad". 
   Acertaste por completo .  Y Tere y Fidel han sido dos de los más grandes amigos que siempre tendremos .

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