domingo, 11 de noviembre de 2018

CRONICAS DEL ALBA ( 34 )

EL  ESCORIAL  Y  SEGOVIA

  Recuérdalo bien ,  Carmen ,  porque aquella experiencia te marcó bastante .  Mucho te emocionó conocer al gran poeta del  ´27 ,  y más lo que te sucedió después . 
  Resulta que me habían invitado a participar en un curso para homenajear a Rafael Alberti ,  ya viejito pero con sus camisas floreadas .  En El Escorial ,  pues andaban comenzando los famosos cursos de verano ,  en los que dirigí después diez años seguidos un encuentro anual con escritores de aquende y allende ,  los mismos que solían venir por Murcia .
   Viajamos a Madrid ,  fuimos al teatro que tanto te gustaba y aparecimos en El Escorial ,  justo en la misma planta que los Alberti , en el famoso hotel Felipe II ,  de tanta resonancia en la Belle Epoque ,  y que guardaba todo su encanto en un paisaje impresionante de bosque y montaña .
    Desayunábamos con él ,  muy divertidos por su excelente sentido del humor ,  realicé mi comprmetida intervención y ,  a mediados de semana ,  fuimos todos a Segovia en desvencijado autobús ,  Rafael incluído ,  porque la Diputación le ofrecía una medalla . 
   El presidente de la institución nos espetó un discurso digno de Castelar .  Se produjo la imposición y le llegó el turno al poeta .
   Se puso de pié , miró y remiró el salón lleno hasta la bandera  y ,  con su parsimonia y placidez habituales ,  comenzó un discurso bonito ,  florido y emocionante por los pertinente recuerdos .
   Todo marchaba bien .  Pero cual no sería nuestra sorpresa ,  cuando empezó a decir que esa tarde se encontraba muy a gusto en Argentina ,  país hermano que lo acogió paternal y al que tanto debía ,  y que esta era la ocasión de reconocerlo en su propia tierra ,  a la que no viajaba desde hace años . Trastocó la geografía y así terminó el discurso ,  con atronador aplauso .
   Fuiste la primera en detectarlo ,  me diste con el codo y unas palabras al oído .  Advertido por todos ,  fuimos amistosos cómplices comprensivos .
   Por la noche ,  tomando infusiones en la hermosa terraza ,  dijo que te sentaras a su lado ,  que te quería preguntar tu opinión sobre el acto y discurso .
   Estuvísteis hablando más de una hora . Cuando nos quedamos solos te brillaban los ojos .  Y me dijiste haber vivido una de las mejores y más emocionantes experiencias de tu vida .  Me sentí feliz .

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