Que tiene su correlato en el placer y misterio de leer , de manera que el binomio es complementario e irreversible . No puede haber escritor sin lector , y a la inversa por ley natural .
Recuerda , Carmen , nuestra primera estancia en El Escorial , con Rafael Alberti y otros amigos . Allí tuvimos numerosas y vibrantes conversaciones a propósito de la escritura y el papel que los autores y los libros debían tener en una sociedad moderna , con medios de comunicación muy desarrollados y lectores potenciales leyendo en legión .
Algunas conclusiones , sensatas y revolucionarias , pudimos obtener , puesto que el juego estaba entre autores, profesores , críticos y estudiantes que aportaban el frescor de sus ideas , aunque algunas fueran disparatadas .
La más llamativa y compartida fue la idea de incidir en el fenómeno literario liberándolo de prejuicios y leit motivs muy extendidos a propósito de la inspiración como algo numénico que se como arte de magia y poco trabajo . Y mirad adonde hemos llegado .
Por el contrario , era preciso ocuparnos todos , lo mejor conjuntados posible , y aplicarnos a la tarea en las aulas y fuera de ellas .
De manera que se me ocurrió la organización de un ciclo mixto en el que intervinieran especialistas , lectores libres y escritores , de cuya conjunción saldrían ideas y propuestas avanzadas , incluso brillantes .
Recuerdo que me dijiste una tarde : " Tú trabajas con la lengua española e invitas a escritores de allá y de acá . Podías empezar con lo más cercano y abrir círculos concéntricos " . Siempre tan oportuna , te consulté si convendría pensar en tres posibilidades : Murcia , España e Hispanoamérica .
A la vuelta lo hablamos con el equipos y dimos en pergeñar un ciclo de tres capítulos : Escribir en Murcia ,
Escribir en España y Escribir en Hispanoamérica .
Manos a la obra . Nos pusimos al tajo y en unos meses todo estaba preparado para invadir literaria y gozosamente el Hemiciclo de las butacas verdes .
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