Se gestó y publicó bajo los auspicios de la Facultad de Letras , pero era la revista cultural de la Universidad . Apareció en los años cincuenta del siglo pasado , de la mano del profesor Baquero Goyanes , a la sazón catedrático de literatura y uno de mis tres maestros en el alma mater .
Trabajé con él veinticinco años , hasta su muerte todavía joven . Por entonces yo había creado y dirigía el Departamento de Literatura Hispanoamericana y solicité el cambio . Dejé lo mío a un buen amigo y discípulo y regresé al Departamento de Española . Baquero lo creó y yo tendría el honor de cerrarlo , segun antiguos cánones y tradición de discípulos y maestros .
La revista tenía un formato pequeño , con dos solapas ,
modesta de forma como correspondía a la época , no precisamente boyante .
Aglutinó a escritores , pintores y profesores más o menos del entorno universitario . Funcionó bien sin grandes ambiciones , y así se mantuvo durante bastantes años , justo hasta que llegó el boom universitario , estudiantes en masa , trastorno de casi todos los esquemas tradicionales correspondientes a una sociedad poco desarrollada , endogámica y un tanto provinciana , si me lo permitís , pues que yo viví esos tiempos como estudiante , tiempos en los al entrar un profesor en clase , todos los alumnos nos poníamos de pié , tiempos en los que todavía existía en la universidad la asignatura de Formación del Espíritu Nacional , vulgo política estudiando los primcipios fundamentales de la Falange .
Pero los cambios arrasaron muchas cosas , unas para bien , otras para mal porque toda exigencia comenzó a rebajarse . Y en ello estamos .
En un momento dado y con las elegrías de la incipiente democracia , se recuperó la revista ya fenecida . Mucho ánimo , mucho ímpetu .
Cambio de formato a mayor , calidad del papel , incorporación viva del color , en fín , todas las innovaciones y mejoras físicas que las nuevas tecnologías permitían . Renovación para bien .
Salieron unos cuantos números , más importantes por los pintores que los ilustraban que por los propios escritos de creación . Brillaba más el exterior .
Pero también finiquitó , con más pena que gloria , todo hay que decirlo . Y es que cuando vienen las crisis ,según san Ignacio de Loyola no hay que hacer mudanza .
En nuestro caso hubo que hacerla , constreñidos por la pobreza económica que , en casos semejantes , siempre abate primero los edificios que pudiéramos llamar culturales y de educación , porque el mal no suele verse de inmediato . Y así nos va .
Por mi parte , algunos artículos significativos aporté . Pero sobre todo , ciertas brillantes entrevistas y diálogos extensos con los escritores que ya nos visitaban , Octavio Paz , José Hierro , Benedetti , Cela y José Donoso , por ejemplo .
Espero que las nuevas generaciones recojan la herencia y den a luz nuevas revistas necesarias .
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