Con este son tres los textos , vía reminiscencia , que dedico a la naturaleza casi virgen , en plena montaña , que vivimos durante muchos años , Carmen profesora y mujer vital donde las haya .
A los pies del Urbión , en la cabecera del río Duero , la plenitud de Castilla , mi otra tierra en la que no nací , pero que marcó mi vida para siempre y para bien , pues que sigue teniendo razón la sabiduría popular cuando afirma que " no donde se nace , sino donde se pace " . Y no en vano viví los primeros años de mi vida en aquellas tierras duras , entrañables y bastante primitivas .
Lo sabes bien porque también las viviste , aunque a modo de superestructura añadida a tu madurez , si que perfectamente asimilada y encardinada .
Costumbre y hábito en el norte de España , las cuadrillas de amigos . Si solteros , ellos tienen sus cuadrilla y ellas las suyas , sin mezclar . Si casados , cuadrillas de matrimonios .
La mía por edad y afinidades amistosas estaba constituída por śeis parejas : los maestros , un trabajador del monte , dos empresario madereros , el director de una caja de ahorro y nosotros . Teníamos la correspondiente sede privada donde reunirse , hacer vida y realizar todas las tareas del caso .
El día de Santiago , todos al monte por cuadrillas . De madrugada los hombres subían con los elementos necesarios , desde la comida hasta los tablones para armar las mesas bajo los pinos .
La comida , siempre la famosa caldereta , carne de carnero , verduras con predominio de guindillas , pan para la sopa y algunos añadidos originales de cada cocinero . También la preparaban los hombres .
A media mañana llegan las mujeres con sus trebejos y complementos necesarios . Y comenzaba la fiesta campestre hasta mediodía solar . Yantar abundante y bien regado de buenos y recios vinos .
Después de comer , siesta de los varones , mientras las mujeres fregaban , limpiaban y lo disponían todo para las partidas de cartas , ritual obligado . Varias horas .
Al anochecer , fuego de campamento y sus circunstancias . Fogatas múltiples y bien distribuídas , bajo la atenta mirada de los guardias de Icona .
Bien entrada la noche , todo recogido y camino de regreso en caravana de coches , furgonetas y camiones .
Tú te integraste plenamente . Entre carjadas solían decirte los amigos :"Anda , que si te vieran tus alumnos aquí bien remangá , jugando a las cartas y triscando por trochas y veredas , como los corzos".
Justa compensación necesaria , y conveniente , para la señorita de monjas que siempre fuiste , tan fina , tan elegante , tan bien modulada y exquisita . El haz y el envés de una misma hoja .
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