Así fue aquel encuentro , con el añadido político pertinente , pues que ambas dimensiones siempre van unidas por naturaleza y exigencias del guión .
Vinieron más de cien sindicalistas hispanoamericanos y otros tantos españoles. Y sucedió algo parececido a lo que ayer contaba sobre la mujer . Nosotros pusimos la infraestructura y todos los elementos necesarios para la organización , tanto materiales cuanto personales .
El resto , es decir , el meollo de la cuestión lo pusieron ellos según su leal saber y entender .
La idea central era la de siempre , acercar posiciones distintas entre los de allá y los de acá , intercambiar información , compartir experiencias , analizar cómo estaban los sindicatos de una y otra parte .
Pero sobre todo , conocerse personalmente , que es la mejor manera de poder llegar a propuestas y acuerdos .
Los encuentros los inauguró Nicolás Redondo , a la sazón jefe supremo de la UGT . Agradable visita , buen discurso reivindicativo ( como corresponde) y excelente convivencia en la multitudinaria cena , con muy buen sentido del humor por su parte , eso sí , con el fondo vasco perfectamente reconocible .
La clausura corrió a cargo de Antonio Gutierrez , jefe de Comisiones Obreras . Talante muy distinto , también con claro humor y cercanía . Y una peculiaridad escasamene conocida : escribía versos , sonetos principalmente , lo que nos permitió animada charla . Y un prometido encuentro en Madrid en alguna de mis visitas a la capital del reino . Como así sucedió para satisfacción de ambos . Lástima que su dedicación sindical y política no le permitiera seguir escribiendo , porque lo hacía bien .
Durante una semana la ciudad fué un contínuo bullir de trabajo y honesta diversión , como decían a propósito los clásicos , que no sólo de pan vive el hombre .
Todo estuvo muy bien . Y quedaron abiertos numerosos caminos y propósitos , que espero se fueran cumpliendo con los años .
Nosotros fuimos la lanzadera . El resto dependía del ancho y nada extraño mundo que nos hermanaba .
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