LOS CURSOS DE VERANO , INTERLUDIO CRÍTICO
Los cursos de verano nacieron , justo es reconcerlo , como una gran oportunidad para que las universidades complementaran lo cerrado invernal con lo abierto al calor y la geografía del tiempo estival . Incluídos los métodos de trabajos en variación , si que permaneciendo la esencia de aprender en altos niveles .
Pero pronto y en gran medida se convirtieron en vacaciones becadas , so capa de sorprendentes , a veces inverosímiles , ofertas de temas , asuntos y profesores .
El caso es que se extendieron por toda la geografía nacional , hasta el presente , que brotan como ababoles en los prados .
Nosotros tuvimos una etapa brillante , no en nuestra Universidad , sino en la Complutense de Madrid , coincidiendo con un Rector entendido y proclive , que los elevó a categoría importante .
Me invitaron a un Curso en torno a Rafael Alberti . Fuí , conversamos y de allí salió una década luminosa de intercambio entre los escritores que , en primavera , viajaban a nuestra tierra , concitados para el verano en El Escorial , residencia Felipe II de la belle epoque y terraza impresionante sobre y bajo los pinso , enmedio de un inmenso bosque frondoso y feraz.
Durante diez años tuve el honor de dirigir un Curso en tan arcádico paisaje , mezclando a plenitud y llevando a la práctica la conocida fórmula de Horacio el latino : "Mezclar lo dulde con la útil" . Y a fé que lo hicimos a conciencia , dada la calidad y buena disposición de los eminentes escritores , profesores y críticos que allí llevamos , entre ellos cuatro Premios Nobel .
Y es que en algunas ocasiones , más de las que pensamos a veces , la Naturaleza geográfica y la Naturaleza humana se concitan para la felicidad y el bienestar . Sic transit gloria mundi .
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