Ayer te prometí esta segunda parte y lo prometido es deuda . Por sabido se calla que la vida es una sabia (depende del talante de cada cual) combinación entre los momentos agradables que se van viviendo , junto a otros menos compensadores , incluso dolorosos .
El resultado es lo que solemos llamar felicidad . De ahí que la fórmula clásica no es gratuita , ni mucho menos improvisada .
Pues bien , el trabajo es parte fundamental de la trayectoria humana . Cierto que algunos pueden verlo exclusivamente como la maldición bíblica conocida . Cierto , también , que otros lo pueden considerar tal que una vocación acendrada y consentida , de manera que no resultará tan oneroso y cuesta arriba .
Los primeros lo pasan mal , están deseando que llegue la jubilación "para vivir mejor" , y se equivocan de medio a medio , pues que todo lo que se realiza por imposición , externa o interna , va minando el equilibrio psicosomático , desgastando la mente , agriando el carácter , etc. , con lo que los períodos depresivos están asegurados , así como un final áspero precisamente cuando llegan los años más frágiles y desvalidos .
No es nuestro caso , pues los dos asumimos la enseñanza como vocación verdadera y convencida , y así durante casi medio siglo , que ya es decir . Nunca te escuché queja alguna , tampoco me la escuchaste . Incluso te sorprendió que , al jubilarme yo , aún quisiera continuar con la tarea . Y así durante otros diez años , primero como Emérito a plenitud de derechos , después como Emérito honorífico , y ahora impartiendo un Curso de lectura y escritura en la propia universidad .
Cierto que la tarea de profesor es la segunda en riesgos de salud , lo que no debe sorprender . Ahora bien , esos riesgos resultan muy atenuados por lo que acabo de decirte relacionado con la vocación .
Pero también , y muy importante , por combinar adecuadamente "lo dulce" del empeño . Esto tiene que ver con aprovechar el tiempo libre con actividades y proyectos alejados del trabajo diario , pero sobre todo con espacios y empeños satisfactorios . Y aquí viene el ejemplo .
Recuerda el primer viaje y estancia de nuestras primeras vacaciones estivales , dos meses largos por entonces . El primogénito tenía un añito , cogimos el pequeño coche a la sazón y nos fuimos a la montaña de Castilla , mi otra tierra . Paisaje extraoedinario montaraz y boscoso , clima muy lejano de nuestro Mediterráneo , personas muy diferentes , ambiente alejado del que gozábamos durante el curso .
Limpieza total de la mente , del espíritu , incluso del cuerpo . Vivencias compensadoras y contrastantes . Así que , al regreso , vinimos renovados , con las pilas cargadas , que dirían los jóvenes ahora .
El haz y el envés , necesarios para que la hoja exista como y para lo que fué diseñada . Incluso comenzamos amistad con una pareja soriana (también docentes) que viene durando toda la vida .
Miel sobre hojuelas , que diríamos los de allá .
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