Regreso a la vida de aquella juventud triunfante que , un tanto alejada ya de los miserables efectos de la guerra civil , se planteaba una nueva fuerza de inercia para seguir adelante sin tantas rémoras o pesadumbres.
Rondábamos los treinta años , la vida profesional resuelta , sin grandes aspiraciones materiales , muy comprometidos con el trabajo y con la sociedad entorno . Nos sentíamos vivos y transformadores en la medida que nos lo permitieran las circunstancias . Nada revolucionarios , pues las revoluciones suelen terminar en dictaduras y , dando pasos en retroceso , casi lo único que cambia es el nombre y talante de quienes detentan y ostentan el poder . Cuando el revolucionario es conservador , dice que hay que poner orden en la vida . Cuando lo es de izquierdas , dice que todo está mal y hay que mejorar la vida de los ciudadanos.
Ambas posturas estarían bien si no se sintieran protagonistas y ejecutores de sus teorías . Antes al contrario , unos y otros aplican el apotegma de Juan Palomo , yo me lo guiso , yo me lo como .
También hacíamos gala de un claro compromiso político . Tu padre , Carmen , conservaba un manoseado carnet de socialista . El mío era republicano convencido . Tanto el tuyo como el mío se bandearon bien durante los años más ominosos , pero mantuvieron al final los principios .
Recuerda la etapa en que yo , abstemio total , tomaba con tu padre un whisky con cocacola al atardecer , lo hacía en su honor claro . Tardes de largas conversaciones sobre lo divino y lo humano hasta que , avanzando la confianza , me enseñó el carnet y me dijo : "Yo , socialista toda la vida , y ahora vienen estos quitando la O a las siglas. Pero !qué más! , si me han salido los dos hijos varones de derechas" . Muy revelador y sintomático .
Por su parte , mi padre el republicano , tuvo que jurar los principios fundamentales del Movimiento porque erra Maestro Nacional . Pero no sólo eso . Los veranos sorianos me enviaba al campamento nacional del frente de juventudes sin más miramientos ni averiguaciones , aunque luego me enteré que lo hacía por la calidad de la comida , que yo estaba en tiempo de crecimiento intelectual , pero también físico .
Y celebraba en la escuela todas las efemérides que el Régimen exigía . Y vestíamos la camisa azul mahón , y llevábamos la boina roja cuando se terciaba , y cantábamos el Cara al sol y el Prietas las filas mientras izábamos o arriábamos la bandera nacional. Pero los principios los mantuvo inmutables .
¿ Y nosotros , Carmen , por donde salimos ? Por vías parecidas y esperanzadas . Socialista tú , hasta que te engañaron por enésima vez , que siempre te gusta dar varias oportunidades a la gente , lo cual no obsta para que te apreciaras el trabajo y posición de Felipe González los primeros años . Yo seguía tus pasos , incluso trabajé unos años con los socialistas , cuyo jefe en Murcia era un compañero de estudios y buen amigo .
!Quién nos lo iba a decir , Carmen! Aquellos vientos trajeron estas tempestades . Pero habían de pasar bastantes años para que la desilusión y el desencanto echaran raíces . La izquierda se hizo de derechas y es natural que acabe fabricando y vendiendo bombas . La derecha continúa arriscada . Y fabrica y vende bombas .
Pero no cedimos . Continuamos con los principios inmutables .
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