PRIMER VERANO EN EL ESCORIAL
Gratamente sorprendido y depués de lo que aconteciera con Rafael Alberto , el profesor recibió invitación para dirigir un Curso en la universidad de verano de la universidad Complutense . También experimentó cierta dosis de perplejidad por lo inesperado , ya que la citada universidad disponía de cientos de profesores cualificados para semejantes tareas . En todo caso , aceptó la oferta con el consiguiente agradecimiento .
Hay que decir que los Cursos de Verano fueron creados con una doble intención clara : atemperar las tareas docentes sin abandonarlas y propiciar unos día relajados en plena naturaleza . Es decir , propósito de mezclar lo dulce con lo útil , que ya lo dijo bien Horacio .
Mes de julio , hotel Felipe II , buenas instalaciones y una grande terraza dando a la ladera de la montaña poblada de pinos . No se podía pedir más .
El profesor seleccionó cinco de los buenos escritores que ya visitaban la universidad de Murcia . De aquende y de allende , americanos y españoles que darían mucho y buen juego a los estudiantes y otros aficionados a los libros que los quisieren escuchar .
Uno para cada día , de lunes a viernes , con esquema sencillo de actuación . Presentaciones breves , intervenciones breves y jugosas , grandes coloquios como centro de atención importante . La parte más docente y tradicional se desarrollaba en las aulas , tal cual las clases habituales . El resto del tiempo , en la gran terraza , libertad absoluta de grupos y acompañamientos , preguntas y más preguntas , respuestas y más respuestas , todo muy ad libitum , como debía sr para que los trabajos y los días resultaran atractivos , productivos y agradables según el talante y actuación de cada escritor invitado .
El sábado por la mañana se dedicaba a las despedidas y a la entrega de diplomas a los asistentes , para engrosar el pertinente curriculum personal . Última comida de gozosa hermandad , y todos a la diáspora , con el incrementado cargamento de sabiduría y algunas amistades nuevas que , probablemente , habrían de continuar en el futuro .
Pero resulta que el profesor tenía un amigo , José Esteban , que a su vez poseía una hermosa casa en El Escorial , con robustas encinas en el jardín y un hermoso perro , que más de un susto proporcionó a los desprevenidos visitantes .
Situación bien aprovechada . El amigo Esteban propuso al profesor invitar al escritor y algunos conferenciantes a cenar en su casa , copas finales incluídas , "hasta la del alba sería" , si fuere necesario , conveniente y oportuno .
La experiencia del primer año fué moderada , discreta , incluso recatada cabría decir . De las que siguieron , el profesor tiene en archivo anécdotas increíbles , que algún día publicará para regocijo y sorpresa de lectores .
Porque hubo más años , más veranos escurialense y más cenas sabatinas prolongadas con libaciones , en ocasiones prudentes , a veces desbordadas , que si bien no llegaban a bacanal romana , se acercaban un poco a las fiestas juveniles y primaverales de los griegos .
No hay comentarios:
Publicar un comentario