LA MUJER EN LA VIDA PÚBLICA
Tercera de las grandes concentraciones , no estrictamente culturales y académicas , de aquellos años fecundo y dinámicos , en los casi todo se mezclaba dejándolo luego para la serenidad del reposo y el ordenado cumplimiento de lo averiguado .
Comencemos por la inicial anécdota divertida y reveladora . La secretaria de turno , sindicalista y firme luchadora , propuso al profesor el asunto , feminismo real avant la lettre , que ya entonces despuntaba con seriedad y firmeza , lejos de estas jovenzuelas mal preparadas que conciben el feminismo como lucha frente al hombre (ellas suelen llamar machismo a lo que suele ser desinformación y superficialidad emotiva) .
Pues bien , la decidida secretaria pergeñó la ideal global para dedicar un Ciclo a la mujer , sin más ambages ni disimulos . Incluso le ofreció un título impactante y removedor de conciencias : "La mujer pública" .
Y aquí surgió una cuestión semántica que podía dar logar a comprometidas interpretaciones . La secretaria ignora el sentido peyorativo del sintagma "mujer pública" , dedicado a una profesión que , no por antigua , dejaba de ser ofensiva y humillante para la mujer . Subsanado el equívoco , la discusión condujo al claro marbete definitivo "LA MUJER EN LA VIDA PÚBLICA" .
Todo apuntaba a la política , pero el equipo dscutió ampliar el ángulo azimutal , pues que desde las amas de casa preocupadas por el bien común , hasta las ministras en ejercicio , existía una amplia y variada gama de mujeres actuantes en lo público de manera ejemplar .
Y se configuró la correspondiente lista , trabajadoras , sindicalistas , jefas de "oenegés" , alcaldesas , diputadas , profesoras en diversos grados ; es decir , una panoplia representativa para que las mujeres variadas pudieran explicar sus motivos de actuación dedicada .
El Ciclo de conferencias , coloquios , visitas , cafés , proyecciones , exposiciones , resultó efervescente , casi exclusivo , dado el talante y la energía resistente de cuantas intervinieron con alegría y firmeza .
Asistencia masiva , predominancia casi absoluta de mujeres , los foros elegidos se quedaban pequeños ante tanta y tan cualificada presencia . Tanto es así , que un compañero del profesor , sorprendido y un tanto asustado por el fenómeno , le pudo decir en prudente aparte : "Pero qué has hecho amigo , a las mujeres no se las puede dejar solas porque lo arrasan todo" . Ciertamente , así eran y así se hacían notar .
Todas las intervenciones resultaron brillantes , esclarecedoras y convincentes . Derribaron con soltura el viejo adagio masculino : "Detrás de un gran hombre siempre hay una gran mujer" . Había que modificarlo en igualdad : "Junto a un gran hombre siempre hay una gran mujer , junto a una gran mujer siempre hay un gran hombre ; en casos exxtremos , las mujeres no necesitan a los hombres para su actuación privada y pública" .
Pero para evitar la prolijidad , al profesor le gustaría destacar dos actuaciones ejemplares , una alcaldesa de pequeño pueblo montañés y una catedrática de universidad , ambas interviniendo sin alharacas ni gollería presuntuosas .
La alcaldesa hizo gala de una dicción perfecta , le recordó el viejo lema "hablo como escribo" , no leyó texto alguno y , sobre un guión elemental , hizo una exposición clara de su empeño y tarea . De entrada , estableció elprincipio básico de lo público : un ayuntamiento es lo mismo que una familia , solo que de mayores dimensiones y lo mismo que se organiza bien una familia , se organiza un pueblo y un país . Es cuestión de conocer la realidad , establecer los pertinentes diálogos y llegar a las normas de obligado y libre cumplimiento . Y cuando llegue un conflicto , no importa el origen , se va a salón municipal se discute sin límite de tiempo ni derivaciones espúrias , y se acuerda la solución pertinente .
La catedrática estaba en el otro extremo del arco de Ulises , pero formando parte del mismo arco , no al margen ni por encima . Cultísima , muy preparada , conocedora profunda de su campo , fijó su atención , sobre todo , en la dimensión ética de las mujeres que transitan el campo público , mucho más exigentes que los hombres , quizá un tanto degradados por el protagonismo casi absoluto de tantos siglos de historia .
Durante aquellos días nadie habló de feminismo y machismo . Se habló , mucho y bien , de la mujer y su complejo papel en la sociedad , no importa el tiempo ni la geografía . Se habó del hombre como elemento complementario , pues que de una pareja viene todo el misterio , toda la realidad de la especie humana . Se habló de entendimiento , de respeto , de campos propios y campos compartidos , se habló de idoneidad , de adecuada selección , de valores , de talentos , de diversidad . En suma , se habló de todo lo concerniente a la mujer en igualdad solidaria con el hombre .
Porque a la postre , un hombre no es mejor o peor que una mujer , es lo que es . Una mujer no es mejor ni peor que un hombre , es lo que es . Y la esencia de una mujer y la esencia de un hombre son los únicos pilares necesarios para el desarrollo cabal de la vida humana , tanto en lo material cuanto en lo espiritual , porque se nos dió un cuerpo y un espíritu para que se complementaran y entendieran .
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